Cuando hace un par de semanas nos adentramos en ese libro maravilloso del Antiguo Testamento que es el Eclesiástico (pinche aquí para conocerlo mejor), prometí seguir trayéndoles a Vds. sus aleccionadores consejos, así que eso es lo que me dispongo a hacer hoy con una nueva entrega que tampoco será la última. Que los disfruten les deseo, ahí van:
 
            “No prestes a uno más fuerte que tú, y si le prestas, dalo por perdido” (Ecl. 8, 12)
 
            “No pidas consejo a un insensato, porque es incapaz de guardar el secreto”  (Ecl. 8, 17)
 
            Delante de un extraño no hagas nada secreto, porque no sabes lo que inventará después”. (Ecl. 8, 18)
 
            “No abras tu corazón a cualquiera, no sea que se aproveche” (Ecl. 8, 19)
 
            “No tengas celos de la mujer que amas, no sea que tú le enseñes a actuar contra ti” (Ecl. 9, 1)
 
            “No te entregues del todo a una mujer, no sea que te llegue a dominar” (Ecl. 9, 2)
 
            “No abandones a un viejo amigo, porque el nuevo nunca será igual. Vino nuevo es el amigo nuevo, cuando sea añejo, lo beberás con fruición” (Ecl. 9, 10)
 
            No envidies el éxito del pecador, pues no sabes cuál será su desenlace” (Ecl. 9, 11)
 
            “¿De qué se enorgullece el que es tierra y ceniza?, ¡si ya en vida su vientre es podredumbre!” (Ecl. 10, 9)
 
            “El criado sabio tendrá hombres libres a su servicio” (Ecl. 10, 25).
 
            “Quien es apreciado en la pobreza, ¡cuánto más lo será en la riqueza! Quien es despreciado en la riqueza, ¡cuánto más lo será en la pobreza!” (Ecl. 10, 31)
 
            Pequeña es la abeja entre los animales que vuelan, pero su producto es el más dulce”. (Ecl. 11, 3)
 
            “No presumas de los vestidos que llevas, ni te engrías cuando te alaben; pues admirables son las obras del Señor, y sin embargo, permanecen ocultas a los hombres” (Ecl. 11, 4)
 
            “Antes de recriminar, infórmate;  reflexiona primero y censura después”. (Ecl. 11, 7)
 
            “Hay quien se hace rico a fuerza de trabajar y ahorrar, y ésta es la parte de su recompensa: cuando dice: «Ahora ya puedo descansar, y disfrutar de todos mis bienes»,  no sabe cuánto tiempo pasará, hasta que muera y tenga que dejarlo todo a otros”. (Ecl. 11, 18)
 
            Que hagan Vds. mucho bien y que no reciban menos, ¡feliz fin de semana!
 
 
 
            ©L.A.
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