En el artículo anterior, terminaba haciendo alusión a las piedras de los monumentos. Pocas estatuas y muchas piedras que los sostienen.

   Loa textos de la Escritura nos presentan a san José en los momentos claves dela vida de Jesús, pero sin ser protagonista de los mismos.

   El Papa, partiendo de este hecho, acentuado durante el tiempo de pandemia que estamos sufriendo, nos presenta a san José como modelo.

   “En medio de la crisis que nos está golpeando, podemos experimentar <

   Yo también lo he experimentado en mi Comunidad Religiosa. En un momento determinado, solo quedó uno libre porque había sufrido antes el virus. Su servicio sencillo y cordial no tiene precio. Seguro que alguno de vosotros, a nivel familiar también lo habéis experimentado. Los aplausos para los sanitarios fueron un eco de tantos servidores que entregaron su vida para el servicio de los hermanos.

   “Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños con gestos pequeños y cotidianos, cómo afrontar y tramitar una crisis: readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración.  Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos. Todos pueden encontrar en san José – hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta- un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en <> tiene un protagonismo sin igual en la historia de la salvación. A todos ellos va dirigida una palabra de reconocimiento y de gratitud”.