Religión en Libertad

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Desde que Juan Pablo II promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica con la Constitución "Depositum fidei", la Iglesia tiene un texto de referencia, una transmisión firme de la fe.

De él deben beber todos los catecismos particulares, y para eso se preparó, fundamentalmente. Pero no cabe duda de que es una fuente preciosa para conocer, estudiar, pensar y rezar la fe en sus cuatro dimensiones: qué creer, cómo celebrar, cómo vivir, cómo orar (Fe, liturgia, moral, oración).

A muchas personas en búsqueda de Dios, a muchos que se cuestionan y que necesitan las certezas de la fe y no las opiniones de éste o de aquél, el Catecismo les resultará una ayuda imprescindible en su camino hacia Dios. A la hora de buscar un libro para formarse, incluso en el plano de lectura espiritual, meditada, sólida, el Catecismo es una guía y alimento sólido. Y cuando hay que plantearse una formación seria, sistemática, en catequesis de adultos, en la formación de catequistas, o en equipos de liturgia, o coro parroquial, o asociaciones cristianas diversas, el Catecismo es un instrumento utilísimo y, en mi experiencia sacerdotal, valiosísimo. Cuando a principios de curso se retoma la actividad normal en las parroquias y comunidades, y siempre alguno se pregunta aquello de "¿qué vemos este año?", habría que sugerirle trabajar más y mejor las partes íntimamente relacionadas del Catecismo.

Los jóvenes tuvieron su encuentro con el Papa en la JMJ y se les prepará una selección o compendio del Catecismo. Para ellos el Papa escribió una introducción o prólogo muy personal, pero que perfectamente se puede ampliar a todos los católicos y a toda formación impartida en las parroquias y movimientos.

Atendamos a las indicaciones del santo Padre y pongamos el Catecismo de la Iglesia Católica en el centro de nuestra actividad pastoral y formativa, tanto en común -parroquia- como en privado (el estudio personal siempre necesario).

En definitiva, lo que quiero destacar (aparte de la lectura personal) es que el Catecismo debería ser estudiado, desglosado, en toda formación: catequesis de adultos, grupos de reflexión, equipos matrimoniales, pastoral de enfermos, escuela de catequistas...

El Catecismo es el "material" seguro y primero de formación para grupos cristianos a fin de ir preparando un laicado con sólida doctrina.

Gastamos mucho en fotocopias de articulitos y de no sé qué, cuando es una magnífica inversión el Catecismo para todos y en todos los grupos de jóvenes y de adultos.

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