El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECH) ha visitado este 18 de diciembre a Sebastián Piñera, ganador de las elecciones presidenciales en Chile, para felicitarle y plantearle temas de importancia para la Iglesia y el país. 

El 17 de diciembre se realizó la segunda vuelta de la elección presidencial entre Sebastián Piñera, abanderado de Chile Vamos, pacto político opositor al gobierno, y el candidato independiente Alejandro Guillier, que estaba apoyado por el partido del gobierno socialista de Michelle Bachelet, la cual introdujo durante su mandato una serie de medidas anti-vida y antifamilia en la legislación chilena.

Piñera tomará será presidente por segunda vez, desde el 11 de marzo hasta 2021.

Le visitaron este lunes el Presidente de los obispos chilenos, Santiago Silva; el Vicepresidente, Cristián Contreras Villarroel; el Secretario General, Fernando Ramos; el Arzobispo de Santiago, Cardenal Ricardo Ezzati; y el Obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, en su domicilio familiar.


“Nos pusimos a disposición para trabajar por el país, sobre todo por aquellos que están más postergados. Ha sido una reunión muy cordial, en la que hemos tocado los temas que más nos importan, presentes en nuestra última Carta Pastoral ‘Chile un Hogar para Todos’”, dijo al término de la reunión el obispo Silva. 

[La Carta Pastoral, muy larga, puede leerse aquí en una síntesis].

Indicó que los temas tratados fueron “la vida y la familia que es fundamental para nosotros y algunos aspectos de la visita del Papa”.

El Arzobispo de Santiago, Cardenal Ricardo Ezzati, manifestó que “la elección de un nuevo presidente siempre es un acontecimiento para el país y nosotros hemos dicho que a la ciudadanía la construimos entre todos”.

“Tenemos la responsabilidad de participar en eso, de un proyecto común y del desarrollo de solidaridad para todos”, finalizó.


Piñera en campaña no hizo muchos esfuerzos en prometer dar marcha atrás con la nueva ley del aborto de Bachelet ni con la ideología de género que se va imponiendo en varios ámbitos de la vida social.  Hay analistas que consideran que no tocará muchas de estas leyes ideológicas. Pero una adecuada presión (o participación) de la parte de la sociedad civil que quiere ese cambio y revertir esas normativas quizá podría lograrlo.