Martes, 08 de octubre de 2024

Religión en Libertad

Enfermo crónico y con tendencia suicida, rechaza «múltiples» ofertas de eutanasia: «Quiero vivir»

Roger Foley.
“Tengo pasión por vivir. No quiero renunciar a mi vida", expresa el enfermo Roger Foley.

ReL

Desde 2016 la eutanasia es legal en Canadá, actualmente bajo la denominación de "ayuda médica para morir" o MAID, por sus siglas en inglés. Solo en 2022, 13.200 personas decidieron acabar con su vida, lo que supone más del 4% de las muertes totales.

Sin embargo, hay quienes sufren diariamente el dolor de la enfermedad y se niegan a solicitar la "asistencia", aún incluso teniendo la tentación del suicidio ante los dolores crónicos. En su lugar, lanzan un contundente mensaje: "No quiero renunciar a mi vida".

Es el caso de Roger Foley, canadiense de Ottawa de 49 años, enfermo de ataxia cerebelosa, una ardua y dolorosa dolencia marcada por la repentina incapacidad de coordinar los movimientos musculares debido a una lesión en el cerebelo, según define Medline.

Entrevistado por Amanda Achtman para Dying to Meet You, Foley explica cómo, en su caso, no puede contar con la ayuda del Estado para poder vivir.

Al principio, hace unos años, contrato a un empleado para que le ayudase en su casa a cuestiones tan elementales como poder ducharse. Se supone que debía recibir "atención de calidad", pero recuerda que, tras ayudarle a meterse en la bañera, este se quedó dormido. Foley tuvo que salir del baño arrastrándose por sus propios medios. Aún muestra su sorpresa cuando, al informar a la agencia de lo sucedido y después de que el empleado lo confesase, "a la agencia no le importó".

Actualmente está ingresado en un hospital, al no poder disponer de los recursos necesarios para vivir de forma segura en su casa.

Preguntado por si alguna vez le han ofrecido la eutanasia, Foley afirma que esto ha sucedido "en múltiples ocasiones".

En una de ellas, fue preguntado por si tenía tendencias suicidas. "Les digo que pienso en poner fin a mi vida debido a lo que estoy pasando, al no recibir los recursos que necesito", comenta.

Pero la respuesta médica no es la de tratar de evitar esta tendencia o mejorar sus condiciones.

"Si no obtienes financiación, siempre puedes solicitar una asistencia", le dicen en referencia a la denominación de la eutanasia.

"Cuando digo que tengo tendencias suicidas, me encuentro con un: `Bueno, el hospital tiene un programa para ayudarte con eso si quieres poner fin a tu vida´", comenta.

Foley no solo debe lidiar con los dolores e incapacidad crónica, sino también con el "trauma" que le suponen propuestas como esa. Tanto es así que, "no habrá un solo segundo en el resto de su vida en el que no recuerde que me ofrecían el suicidio, la infravaloración de mi mismo y de todo lo que soy".

Foley no es católico y se considera un buen ejemplo de que tampoco hace falta serlo para estar en contra de la eutanasia. 

El problema, dice, es que los partidarios de la misma "miran a las personas con discapacidad y creen que estaríamos mejor muertos, como si fuésemos un desperdicio de recursos".

Frente a esta visión, la presentadora de Dying to Meet You remarca la necesidad de que haya espacios de atención médica libres de eutanasia, ya sea para proteger la propia integridad de instituciones católicas como por la necesidad de muchos pacientes de ser tratados sin que les presenten el suicidio como única salida.

Para ella, "que se ofrezca la eutanasia, en cierto sentido, ya mata a la persona. Disminuye la sensación de confianza de una persona en que los médicos y enfermeras realmente van a luchar por ellos. Cuando se sugiere la eutanasia como una opción de 'tratamiento' entre otras, con demasiada frecuencia no se ofrecen otras opciones reales", denuncia a Catholic News Agency.

Achtman es consciente de que responder con intervenciones reales y adecuadas a la persona es exigente, pero "es lo que la gente merece. Está mal ceder o capitular ante la ideación suicida de una persona. Toda persona merece la prevención del suicidio en lugar de asistencia para el mismo", concluye ella. 

Cuando se le pregunta qué es lo que le da esperanza, Foley dijo que aspira a, algún día, "poder obtener acceso a los recursos" que necesita, "vivir en casa con empleados" que quieran trabajar con él y, con ellos, "poder trabajar en equipo”. "Tengo pasión por vivir. No quiero renunciar a mi vida", agrega. 

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