«La religión católica, apostólica y romana es la religión del Estado», se lee en el 9º artículo
Alberto de Mónaco se niega a legalizar el aborto por la Constitución católica del Principado

Alberto de Mónaco y su esposa Cherlene Wittstock, con quien contrajo matrimonio en 2011, en una foto que compartieron con motivo de su undécimo aniversario.
El aborto seguirá estando prohibido en Mónaco. Así lo ha anunciado recientemente el príncipe Alberto II de Mónaco, después de negarse a firmar el proyecto de ley aprobado por el Consejo Nacional que buscaba cambiar la consideración jurídica del aborto de “despenalizado” a “legalizado”. Una decisión que el príncipe, reinante desde 2005, achaca al “papel de la religión católica en el país”.
Actualmente, el aborto no está legalizado en el código penal de Mónaco, si bien se encuentra despenalizado desde 2019 en los casos excepcionales introducidos por la ley del 8 de abril de 2009, como son los de violación, peligro mortal para la madre o malformación fetal grave. El proyecto de ley rechazado por el príncipe Alberto II contemplaba legalizar el aborto hasta las 12 semanas, ampliando el plazo a 16 semanas en casos de violación y rediciendo la edad de consentimiento parental de 18 a 15 años.
En una entrevista concedida a Monaco-Matin, remarcó que el proyecto de ley no prosperaría. Algo que fundamentó en la consideración católica del Principado, que recoge su misma constitución al afirmar que “la religión católica, apostólica y romana es la religión del Estado”.
“Creo que el sistema actual expresa quiénes somos, considerando el papel de la religión católica en nuestro país, al tiempo que garantiza un apoyo seguro y humano”, expresó.
En primavera, la Archidiócesis de Mónaco expresó su preocupación por el posible cambio legislativo. En marzo, el arzobispo Dominique Marie David declaró su temor a un importante cambio antropológico: "Esto significaría que el Principado dejaría de reconocerse en los valores sociales del catolicismo".
Comparando la vinculación del Principado de Mónaco con Francia, mencionó que si bien en lo diplomático rigen unos preceptos determinados, en lo religioso no se aplican las mismas normas. En este sentido, el prelado enfatizó que, si bien Francia se basa en el laicismo como principio común, "en Mónaco, es la fe católica", y no dudó en afirmar que "sin el catolicismo, el Principado ya no tiene su esencia".
Representantes de asociaciones feministas locales han expresado su decepción ante una decisión que medios como European Conservative han calificado de “simbólica”; pues viajar a Niza, situada a 20 km de Mónaco, en una región con excelentes conexiones de transporte, para una población generalmente acomodada, no es en absoluto un obstáculo insalvable. Pero a medida que aumenta la presión en toda Europa para una mayor liberalización del aborto, Mónaco se destaca como una incómoda excepción.
La decisión había sido comunicada al ministro de Estado dos semanas antes y se espera que vaya acompañada de “nuevas medidas de apoyo”, aún no reveladas, para las mujeres que se enfrentan a embarazos imprevistos.