Religión en Libertad

Piero Pioppo, un nuncio de formas leoninas y con criterio eclesial propio en la selección de obispos

Piero Pioppo, un diplomático con amplia experiencia en la curia vaticana y un perfil de actuación que encaja bien con el del Papa.

Piero Pioppo, un diplomático con amplia experiencia en la curia vaticana y un perfil de actuación que encaja bien con el del Papa.

Carmelo López-Arias
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C.L.

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La Santa Sede ha anunciado este lunes 15 de septiembre el nombramiento del arzobispo Piero Pioppo como nuncio apostólico en España y Andorra, donde toma el relevo de Bernardito Auza,  que es ahora nuncio ante la Unión Europea. 

Se pone así fin a una situación anómala de interinidad que comenzó en marzo, con el final del mandato del prelado filipino, y se prolongó como consecuencia del fallecimiento de Francisco, la elección de un nuevo Papa y la lentitud del Gobierno de Pedro Sánchez en otorgar el placet o agrément al nombre que sonaba desde hacía semanas para sustituirle.

Experiencia en la curia vaticana

Monseñor Pioppo nació el 29 de septiembre de 1960 en Savona (Liguria, Italia), fue ordenado sacerdote en 1985 y a su formación en la Pontificia Academia Eclesiástica (la escuela diplomática de la Santa Sede) suma una licenciatura en Teología Dogmática. En 1993 empezó a trabajar para la Secretaría de Estado, con misiones en Corea y en Chile y en la sección de Asuntos Generales en Roma

Este perfil curial acentuó su relevancia cuando fue secretario personal del cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, y entre 2006 y 2011 prelado del Instituto para las Obras de Religión (IOR).

Esto situó a Pioppo en el ojo del huracán que son desde hace años las finanzas de la Santa Sede. Ejerció como secretario de la comisión cardenalicia supervisora del IOR y asistió a las reuniones del Consejo de Superintendencia, aunque sin participación en sus decisiones más controvertidas.

En 2010, Benedicto XVI le nombró obispo y nuncio en Camerún y Guinea Ecuatorial. Francisco le nombró en 2017 nuncio en Indonesia, desde donde Pioppo coordinó en 2024 el viaje más largo del pontificado bergogliano, doce días por cuatro países del Extremo Oriente (del 2 al 13 de septiembre: Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur). 

Dos años antes, en noviembre de 2022, Pioppo fue el encargado de leer el mensaje del Papa a la 'cumbre' interreligiosa que precedió al encuentro de jefes de Estado y de Gobierno del G-20 en Bali (Indonesia).

"Leonino" en las formas y eclesialmente independiente

Monseñor Pioppo llega a España con tres condicionantes

  • La personalidad de su predecesor. Auza ha sido un nuncio muy querido por la Iglesia española: acudía de buen grado a las solicitudes de las diócesis y ha defendido, en la medida de sus posibilidades y competencias, los intereses de los católicos ante la marcada hostilidad gubernamental. 
  • El fin del 'puenteo' al que la nunciatura se vio sometida en la propuesta de obispos a Roma, que estableció un cauce de asesoramiento distinto fuente de continuas tensiones. El diplomático filipino pudo ver su criterio respaldado en no pocas ocasiones, pero no en todas, lo cual ha abierto brechas que ahora, con la desaparición de esa comisiones asesoras y el canal de información de nuevo unificado, Pioppo podrá cerrar.
  • El carácter anticatólico del Gobierno. Con su entorno familiar, peronal y político imputado por corrupción, Pedro Sánchez acude alternativamente a agitaciones diversas con las que enmascarar el horizonte penal que le amenaza, y una de las más eficaces es la veta antirreligiosa de buena parte del establishment mediático, con la que amenaza de continuo a la Iglesia, junto a la presión sobre el sistema educativo concertado. El nuevo nuncio ha de capear esa situación con dos grandes frentes simbólicos abiertos: los casos de abusos y el proyecto de profanación del Valle de los Caídos.

¿Qué actitud adoptará Pioppo ante estos desafíos?

Las fuentes consultadas le describen como una persona:

  • eclesialmente independiente: es decir, un diplomático de vieja escuela al servicio de la curia vaticana sin el condicionante de cercanías a grupos o movimientos;
  • "leonino" en las formas, si es que ha de seguirse el juicio generalizado sobre León XIV como un Papa que busca unir a todos sin tener que actuar radicalmente contra ninguna de las partes; en ese sentido, un perfil menos reactivo a la confrontación que Auza, pero no por ello más 'blando' en los objetivos;
  • seguro en la doctrina y vigilante de la ortodoxia y virtud de las ternas propuestas.

Con criterio pastoral

Actualmente hay en España tres sedes vacantes (Astorga, Teruel-Albarracín y Osma-Soria) y cinco cuyos obispos ya han presentado la renuncia por edad: el cardenal Juan José Omella (Barcelona), José María Yanguas (Cuenca), Sebastián Taltavull (Mallorca), Rafael Zornoza (Cádiz y Ceuta), José Manuel Lorca Planes (Cartagena) y Salvador Cristau (Tarrasa).

Uno de los primeros cometidos de Pioppo será proveer a estas cátedras según los criterios de prioridad que le fije León XIV, quien tras cuatro meses de pontificado aún no ha nombrado prefecto del Dicasterio para los Obispos.

Desde el punto de vista lingüístico, el nuevo nuncio no tendrá ninguna dificultad. Habla el español perfectamente, predicando incluso sin necesidad de papeles. Sus estancias en Chile y Guinea le avalan en ese sentido.

Precisamente en el país africano, y en colaboración con el arzobispo de Malabo, Juan Nsue Edjang Mayé, el nuncio Pioppo tuvo empuje en 2016 para emprender una importante reforma de la estructura diocesana que supo llevar a Roma y defenderla, porque respondía a las necesidades pastorales del país.

No va a ser ajeno a las que presenta ahora España, su nuevo y más importante destino, el cual, por su peso histórico y eclesial, solía ir vinculado al capelo cardenalicio. Algo que ha cambiado en los últimos cuarenta años, pues desde 1985 solo el portugués Manuel Monteiro de Castro, prefecto de la Penitenciaría Apostólica, recibió la púrpura.

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