Religión en Libertad

Propone sociedades armónicas, defensa del no nacido y el anciano, la unión hombre y mujer...

Primer discurso de León XIV al cuerpo diplomático: pide paz, justicia, verdad y menciona dos países

León XIV en su primera audiencia como Pontífice con el cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede

León XIV en su primera audiencia como Pontífice con el cuerpo diplomático acreditado en la Santa SedeVaticanMedia

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León XIV ha recibido este viernes por primera vez como Pontífice al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, que es una potencia diplomática considerable. El Papa se centró en tres conceptos que sirven para la acción misionera, y también diplomática, de la Iglesia: paz, justicia y verdad.

Apenas un puñado de dictaduras comunistas o musulmanas, o algunos países muy pequeños y remotos, carecen de embajador ante la Santa Sede.

El primero en hablar, en el marco de la Sala Clementina, como es habitual en estos casos, fue el decano del cuerpo diplomático, George Poulides, embajador de Chipre, país de que desde hace décadas sufre que parte de su territorio esté ocupado militarmente por Turquía, pero que cuida con esmero que eso dé paso a conflictos armados.

Diplomáticos constructores de la paz

Así, el diplomático chipriota habló también de paz. Las Bienaventuranzas de Jesús alaban a los "constructores de paz", el Papa pide a muchos ser constructores de paz, y Poulides aseguró que los diplomáticos ante la Santa Sede están dispuestos a "responder afirmativamente" y "afrontar, junto a Usted, los innumerables desafíos que nos reserva el mundo contemporáneo".

El veterano diplomático declaró: "El Cónclave ha dado sabiamente al mundo un guía espiritual y moral que ha desarrollado su sensibilidad en una experiencia pastoral vivida en contacto directo con los desafíos de nuestro tiempo”, incluida la pobreza, la búsqueda de la justicia y el respeto a la dignidad humana. Y reconoció "una Iglesia que quiere hacerse cada vez más cercana a toda la humanidad".

Beber de San Agustín, afrontar los retos del mundo

Poulides animó a beber de la espiritualidad de San Agustín para superar "la lógica de la indiferencia y la contraposición, para redescubrir el camino de la compasión como fundamento del verdadero diálogo entre las naciones, entre las religiones, entre los hombres", en tiempos complejos, "donde la humanidad parece frágil, desorientada y en busca de un refugio seguro", también por "las preocupaciones morales y éticas de la revolución de las tecnologías de la información y la inteligencia artificial".

Y el decano de los diplomáticos acreditados enumeró algunos retos que afronta el mundo: "reducir las consecuencias cada vez más devastadoras del cambio climático, combatir las desigualdades entre las personas y las poblaciones que se ensanchan como heridas abiertas, ayudar a los últimos, a los indefensos, a los olvidados".

Felicitaciones de países sin delegación

León XIV agradeció las palabras del decano del cuerpo diplomático y los mensajes de felicitación que ha recibido, también de países con los que no hay relaciones diplomáticas oficiales. Lo considera "una significativa manifestación de estima, que alienta a profundizar las mutuas relaciones".

León XIV animó a combatir la indiferencia ante "el clamor de los pobres, los necesitados y los marginados, como también a los desafíos que caracterizan nuestro tiempo, desde la protección de la creación hasta la inteligencia artificial".

"Por medio del constante y paciente trabajo de la Secretaría de Estado intento consolidar el conocimiento y el diálogo con ustedes y con sus países", aseguró León XIV, que en su etapa como superior mundial de los agustinos recorrió muchas naciones.

"En la perspectiva cristiana - como también en la de otras experiencias religiosas - la paz es ante todo un don, el primer don de Cristo: ‘Les doy mi paz’. Pero es un don activo, apasionante -recalcó- que nos afecta y compromete a cada uno de nosotros, independientemente de la procedencia cultural y de la pertenencia religiosa, y que exige en primer lugar un trabajo sobre uno mismo", detalló.

Para eso cada uno debe evitar el orgullo y medir también su lenguaje, que puede herir.

León XIV se fotografía en su primera audiencia al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede

León XIV se fotografía en su primera audiencia al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa SedeVaticanMedia

Pidió "el pleno respeto de la libertad religiosa en cada país, porque la experiencia religiosa es una dimensión fundamental de la persona humana, sin la cual es difícil -si no imposible- realizar esa purificación del corazón necesaria para construir relaciones de paz".

León XIV recordó el último mensaje Urbi et Orbi del Papa Francisco, unas horas antes de morir, cuando dijo: "La paz tampoco es posible sin un verdadero desarme y la exigencia que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme”

Sobre la justicia, reiteró que eligió su nombre pontificio "pensando principalmente en León XIII, el Papa de la primera gran encíclica social, la Rerum novarum, que dio impulso al compromiso de la Iglesia para la justicia entre los pueblos". 

Pidió "esforzarse por remediar las desigualdades globales, que trazan surcos profundos de opulencia e indigencia entre continentes, países e, incluso, dentro de las mismas sociedades".

Unión de hombre y mujer, el niño por nacer, el anciano

Para "construir sociedades civiles armónicas y pacíficas”, león XIV indicó que "puede realizarse sobre todo invirtiendo en la familia, fundada sobre la unión estable entre el hombre y la mujer". Además  pidió "que se tutele la dignidad de cada persona, especialmente de aquellas más frágiles e indefensas, desde el niño por nacer hasta el anciano, desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes”, señaló.

Sin verdad, con ambivalencia, no habrá relaciones auténticas

Sobre el tema de la verdad, el Papa lo relacionó también con la construcción de paz en el ámbito internacional. "Allí donde las palabras asumen connotaciones ambiguas y ambivalentes, y el mundo virtual, con su percepción distorsionada de la realidad, prevalece sin control; es difícil construir relaciones auténticas, porque decaen las premisas objetivas y reales de la comunicación".

A su vez, "la Iglesia no puede nunca eximirse de decir la verdad sobre el hombre y sobre el mundo, recurriendo a lo que sea necesario, incluso a un lenguaje franco, que inicialmente puede suscitar alguna incomprensión".

"La verdad, sin embargo, no se separa nunca de la caridad, que siempre tiene radicada la preocupación por la vida y el bien de cada hombre y mujer", añadió. "La verdad no nos aleja; por el contrario, nos permite afrontar con mayor vigor los desafíos de nuestro tiempo".

Dejar atrás las contiendas

El Jubileo de la Esperanza, dijo, es una "ocasión para dejar atrás las contiendas y comenzar un camino nuevo". Pidió, con esperanza, "construir, trabajando juntos, cada uno según sus propias sensibilidades y responsabilidades, un mundo en el que cada uno de nosotros pueda realizar la propia humanidad en la verdad, en la justicia y en la paz”.

"Espero que esto pueda suceder en todos los contextos, empezando por los más que más sufren, como Ucrania y Tierra Santa", concluyó el Santo Padre, mencionando por su nombre en su discurso sólo a estas dos situaciones internacionales.

El discurso completo del Papa León XIV se puede leer aquí en Vatican.va .

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