«Hay muchos que el Espíritu Santo probablemente no habría elegido»
El día que Ratzinger resolvió la eterna pregunta: ¿Al Papa lo eligen cardenales o el Espíritu Santo?

Benedicto XVI no disimuló la realidad sobre el progresivo empequeñecimiento de la Iglesia, pero con la convicción de su reflorecimiento.
Durante la tarde del pasado miércoles 7 de mayo tuvo lugar la primera votación del cónclave, única del día, emitida por los cardenales desde la Capilla Sixtina. La fumata negra anunciaba más tarde de lo previsto la ausencia del consenso de dos tercios necesarios para la elección de un nuevo pontífice.
Desde este jueves comienza la jornada habitual de votaciones en el cónclave, con cuatro rondas y dos fumatas cada día. En caso de darse un consenso en la primera votación, la esperada fumata blanca anunciaría el nuevo pontífice en torno a las 10:30 de la mañana. En caso contrario, la primera fumata negra asomará por la chimenea de San Pedro para el mediodía.
¿Quién elige al Papa?
Mucho se ha dicho y escrito en torno a quién elige o no al sumo pontífice. ¿Son los cardenales con sus votos? ¿El Espíritu Santo los asiste con su gracia… o los determina?
A esta pregunta respondió precisamente el cardenal Joseph Ratzinger, durante su prefectura en la Congregación para la Doctrina de la Fe y antes de su pontificado como Benedicto XVI. Era 1997 cuando la televisión bávara le preguntó al respecto. Y su respuesta no dejaba lugar a dudas: “El Espíritu actúa como un buen maestro, que deja mucho espacio, mucha libertad, sin abandonarnos”.
El entonces cardenal, poco amigo de los silencios de conveniencia, continuó su explicación: “Hay muchos papas que probablemente el Espíritu Santo no habría elegido. El papel del Espíritu Santo debe entenderse de manera más flexible. No es que dicte el candidato por el que se debe votar. Probablemente, la única garantía que ofrece es que nosotros no arruinemos completamente las cosas”.
De este modo, la respuesta de Ratzinger clarificaba que la inspiración del Espíritu Santo siempre se da, pero esta no siempre es recibida por los electores, que pueden votar en el sentido de la gracia o en el de las “consideraciones personales” de las que advertía el cardenal Giovanni Battista Re en la misa Pro Eligendo Pontifice del pasado miércoles.
Años antes, en 1985, el mismo Ratzinger afirmó que en las congregaciones generales previas al cónclave, “observas y escuchas. Luego, recibes una chispa. Y después, esta chispa se propaga en los sombríos pasillos del Vaticano”.
Vaticano
Último mensaje precónclave: abandonar consideraciones personales y priorizar la unidad de la Iglesia
José María Carrera Hurtado