Religión en Libertad

Algunas carambolas podrían llevar al trono de San Pedro a candidatos insospechados

Los 12 cardenales más papables... y por qué

De izquierda a derecha y de arriba abajo, los cardenales Erdö, Pizzaballa, Parolin, Zuppi, Müller, Arborelius, Eijk, Koch, Sturla, Krajewski, Omella y Ambongo.

De izquierda a derecha y de arriba abajo, los cardenales Erdö, Pizzaballa, Parolin, Zuppi, Müller, Arborelius, Eijk, Koch, Sturla, Krajewski, Omella y Ambongo.

Pablo J. Ginés
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Hacer quinielas de papables es un ejercicio a la vez arriesgado y entretenido. Vamos a presentar una docena de cardenales que nos parece que son los que tienen más posibilidad de ser elegidos Papa, de entre los 140 candidatos.

Criterios de papabilidad

Un primer criterio en nuestra selección ha sido dejar fuera a los quince de más edad (casi octogenarios) y también a los menores de 60 años (que son una veintena).

Un segundo criterio es que los más exóticos y desconocidos, y los de diócesis diminutas no tienen posibilidades (aunque un papable rompe esta norma).

Un tercer criterio es que parece casi imposible que tras Francisco llegue otro pontífice hispanoamericano, o sudamericano (por ejemplo, los brasileños quedan sin posibilidades) e incluso español. Con todo, quizá con mucho optimismo, incluimos un posible papable español y otro hispanoamericano.

Un cuarto criterio es que no damos posibilidades a los cuatro cardenales jesuitas (Czerny, Rossi, Hollerich y Chow).

En el Cónclave de 2013 los cardenales entran en la Capilla Sixtina

En el Cónclave de 2013 los cardenales entran en la Capilla Sixtina

Un quinto criterio es que no damos posibilidades a los cardenales norteamericanos: el Papa es una potencia diplomática internacional que no puede tener la misma mentalidad y origen que el país más rico y poderoso. Los cardenales no votarán un candidato norteamericano y lo saben.

Un sexto criterio es que los cardenales del ala más extrema de la "izquierda" eclesial (los que quieren cambiar muchas doctrinas y arrancar páginas enteras del Catecismo) saben que no pueden presentarse abiertamente, ni pueden dividir su voto, y necesitan atraer votos de "reformistas moderados", o cardenales con "inquietudes sociales" por lo que deben concentrar sus esfuerzos en un "moderado favorable". Eso quiere decir que debe haber muy pocos candidatos del ala "liberal".

Un séptimo criterio es que sospechamos que muchos colaboradores de Francisco de los últimos años, en vez de haber atraído votos, los han alejado. Además, tampoco entre ellos han creado verdaderos lazos de colaboración y cercanía. Así que aunque algunos pueden actuar como "kingmakers" (orientadores de voto y consejeros de facción) nos parece que no pueden postularse como Papa.

Había otro criterio habitual que era evitar a los cardenales que se llaman "Pedro", porque en las supuestas profecías de San Malaquías se habla de un "Pedro Romano" que sería el último de su lista de papas, lo que hacía pensar en el fin del mundo, o del papado u otras cosas inquietantes. Pero nosotros no creemos que esa superstición tenga efecto en este Cónclave y, como se ve, ¡la lista la encabezan tres Pedros!

Y esta es nuestra propuesta, ordenada de más papable a menos papable.

1. Péter Erdö, nacido en 1952, arzobispo de Budapest

Conoció bien el comunismo húngaro (a su padre, por ser persona de fe, le impidieron ejercer de jurista) y no se creerá la propaganda rusa ni china. Ha sido presidente de los obispos europeos, muchos cardenales le conocen. Entiende la Europa oriental y la occidental, y apostará por reevangelizar el Viejo Continente. Con los obispos húngaros supo "desactivar" la conflictiva Fiducia Supplicans reinterpretándola. 

Péter Erdö, cardenal arzobispo de Budapest, tiene muchas posibilidades de ser elegido Papa

Péter Erdö, cardenal arzobispo de Budapest, tiene muchas posibilidades de ser elegido Papaflickr Iglesia Católica Inglaterra

Era el candidato preferido del difunto cardenal Pell, y ese criterio convencerá a muchos votantes. Como candidato atrae a los conservadores y a muchos moderados. Es un conservador tranquilo que, en principio, no tiene 'vendettas' que resolver en la Curia ni en Italia. Lo consideramos el favorito de salida.

2. Pierbattista Pizzaballa, nacido en 1965, Patriarca latino de Jerusalén, franciscano

Es otro de los grandes favoritos. Le votarían los que quieren un Papa italiano (aunque él bromea diciendo que los de Bérgamo, como él, casi no son italianos). Sería un italiano que no está metido en "líos italianos". Se ha dedicado a la Custodia de Tierra Santa y al pequeño y pobre Patriarcado de Jerusalén. Tiene experiencia en enfrentarse a los poderes mundanos, extranjeros y políticos y sabe tratarse con otras religiones (musulmanes, judíos, drusos) y colaborar con cristianos de muchas denominaciones.

El cardenal Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, en el Santo Sepulcro en la Pascua de 2025

El cardenal Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, en el Santo Sepulcro en la Pascua de 2025patriarcado latino de jerusalén

Es a la vez austero, por franciscano, y majestuoso, porque en Tierra Santa se valoran los títulos y rituales. De muchacho, quiso ser misionero al oír hablar a ancianos franciscanos expulsados de China. Puede recibir votos de franciscanos (sería el quinto pontífice franciscano), de misioneros, de italianos, de cardenales de Iglesias orientales y de cardenales en países musulmanes (el Papa Francisco ha creado bastantes de esos). También le votarían quienes quieren un Papa diplomático, discreto y prudente, que no diga lo primero que se le ocurra. En televisión tiene buena presencia. En contra tiene el ser muy joven (su Pontificado sería largo) y ser "un Pedro que llega de Jerusalén", como el primer Papa, San Pedro, lo que molesta a algunos supersticiosos.

3. Pietro Parolin, nacido en 1955, Secretario de Estado

Italiano del norte, ha sido el Secretario de Estado desde 2013, responsable de la diplomacia vaticana y, en la práctica, mano derecha de Francisco en el Gobierno vaticano. Siempre ha estado en el famoso Consejo de Cardenales. Casi nadie más ha estado tanto tiempo en el mismo cargo con Francisco. Antes estuvo en la complicada nunciatura de Venezuela. Todos le conocen y casi todo pasa por él. Habla bien francés, español y algo peor inglés.

Sería el "heredero" lógico para los que quieran el máximo continuismo con la línea de Francisco, pero sin el carisma o simpatía del argentino. Es la opción más realista para el ala "liberal". Además, como gran diplomático, y conociendo a todos, sabrá buscar votos en el Cónclave. Mientras Francisco era imprevisible para la Curia, Parolin se les ofrece como alguien sistemático, que "deja trabajar". Ha cortejado a algunos críticos de la "sinodalidad" con un discurso que pedía concretarla o limitarla.

Pietro Parolin fue durante años el número 2 de Francisco; diplomático, desde Secretaría de Estado conoce a todos

Pietro Parolin fue durante años el número 2 de Francisco; diplomático, desde Secretaría de Estado conoce a todosVaticanMedia

En contra: no tiene ninguna experiencia pastoral. Muchos conservadores lo ven como demasiado liberal o globalista y muchos le recriminan su acuerdo con China, que ven como prácticamente una rendición ante el Gobierno comunista y una traición a la Iglesia clandestina. No ha demostrado ser capaz de poner orden en casos de corruptelas en su departamento. Y todos los que quieran un cambio de rumbo tras Francisco se opondrán a él.

Así, es probable que su nombre surja en una primera votación, reúna 20 o 25 votos, los mantenga, y se ofrezca como "kingmaker" con sus partidarios, bloqueando a los candidatos conservadores que los liberales no aceptarían nunca y orientando hacia un candidato percibido como "moderado" o "alternativo" o "centrado". Puesto que muchos cardenales creados por Francisco no se conocen entre sí y llegan de lugares lejanísimos, puede que muchos le escuchen.

4. Matteo Maria Zuppi, nacido en 1955, arzobispo de Bolonia

Es el tercer gran candidato italiano y una apuesta 'amable' y factible del ala liberal. Ha sido el presidente de los obispos italianos y, también por conexiones familiares, conoce bien la Iglesia italiana y lo que se mueve en Roma. Inteligente y con gran capacidad diplomática, está ligado al movimiento de Sant'Egidio y a actividades de promoción de la paz. Visitó Kiev, Washington y Moscú en visitas diplomáticas de paz, tratando con políticos y eclesiásticos. Pastorea la rica diócesis de Bolonia y a la vez tiene fama de trabajar con pobres y migrantes. Con su simpatía, puede ganar amigos en el Cónclave entre cardenales novatos o llegados de muy lejos.

El cardenal Zuppi en 2019, en el consistorio en que recibió el capelo cardenalicio

El cardenal Zuppi en 2019, en el consistorio en que recibió el capelo cardenalicioCNS/Paul Haring

Sus críticos lo consideran heterodoxo en temas como la indisolubilidad del matrimonio, las prácticas homosexuales o la ideología de género. Amigo de negociar con todos, se ha metido a veces en asuntos de política italiana, casi siempre a favor de partidos de izquierda. Un Papa italiano muy interesado en la política italiana no es algo que inspire confianza a muchos cardenales.

5. Gerhard Ludwig Müller, nacido en 1947, Prefecto Emérito de Doctrina de la Fe

Es el candidato contundente para los que buscan poner orden rápido en el caos doctrinal de los años de Francisco. Como es alemán, muchos piensan que puede poner orden también en Alemania y su alocado "camino sinodal alemán". Si se necesita alguien que tome decisiones firmes, sin miedo a las críticas, muchos pensarán en él. Hombre de confianza de Benedicto XVI, fue obispo en Ratisbona y su "solucionador de temas doctrinales". Ha hablado claro en una época en la que ha faltado claridad. Pasados 4 años de Pontificado, Francisco le cesó de todos sus cargos cuando aún tenía 69 años, sin darle cargo alguno de relevancia. Habla idiomas, tiene cierta simpatía con los medios y es capaz de hablar con sencillez. Suele recordar que es hijo de un obrero de la Opel, y no un príncipe de ninguna élite.

El cardenal Müller fue una de las figuras de confianza de Benedicto XVI y puede recibir muchos votos en el Cónclave

El cardenal Müller fue una de las figuras de confianza de Benedicto XVI y puede recibir muchos votos en el Cónclave

Podría suceder que muchos cardenales en la primera o segunda votación lo votaran, no por quererlo de Papa, sino para que su nombre sonara en reivindicación de cosas que consideran que se han acallado o censurado durante los años de Francisco. Pero si realmente muchos hicieran así, y si se diera un movimiento pendular (común en los Cónclaves, compensar un pontificado con otro de signo alternativo) podría encontrarse siendo Papa para sorpresa de muchos. Si no lo consigue rápido y por sorpresa, y se estancara su opción, podría pedir a sus votantes que elijan otro candidato a la vez ortodoxo y enérgico.

6. Anders Arborelius, nacido en 1949, carmelita descalzo, obispo de Estocolmo

Entramos en el mundo de los candidatos-sorpresa. Algunos ven a Arborelius como un "Sean O'Malley sueco", es decir, un fraile-obispo con barba, tranquilo y sanador de heridas, con buena fama y aspecto de sabio. Es, como el capuchino norteamericano, a la vez devoto, bastante tradicional y con mucha conciencia social. Puesto que O'Malley, que pastoreó Boston en años duros, no es elector por tener ya más de 80 años, Arborelius es su alternativa. Es el único carmelita en el Cónclave, y el primer cardenal sueco que se conozca.

El cardenal Arborelius, de Suecia, en 2022; carmelita, se hizo católico con 20 años

El cardenal Arborelius, de Suecia, en 2022; carmelita, se hizo católico con 20 años

Más aún, es converso: educado luterano, se hizo católico a los 20 años. ¡De protestante a Papa, sería una evolución única! Pastorea la única diócesis de Suecia, de unas 40 parroquias y unos 120.000 católicos, muchos de ellos migrantes. Vendría de una iglesia muy pequeña pero acostumbrado a ser el portavoz católico ante su país. A ser Papa le ayudaría el ser un gran lingüista, incluso titulado: habla bien inglés, español, francés, alemán y holandés. También su estilo humilde, tranquilo, nunca enfadado. Su santa preferida es la carmelita Teresita de Lisieux. No se le conocen enemigos ni cabos sueltos en Italia. En contra: como cualquiera que ha sido obispo muchos años, podría encontrarse con que alguien buscara casos de abusos mal gestionados, quizá en años remotos de su episcopado.

7. Willem Jacobus Eijk, nacido en 1953, arzobispo de Utrecht, Holanda

Un perfil único y muy interesante: de padre protestante y madre católica, trabajó unos años como médico antes de ordenarse sacerdote. Se doctoró con una tesis sobre la eutanasia en Holanda (cuando empezaba esta práctica inmoral) y luego, como obispo, publicó un manual católico de Bioética. En un país descristianizado donde la eutanasia está banalizada, ha sido una voz firme, ética y científica en defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural.  

El cardenal Eijk, holandés, fue médico antes de ser sacerdote, es valiente en los temas de bioética

El cardenal Eijk, holandés, fue médico antes de ser sacerdote, es valiente en los temas de bioética

Ha tenido que reorganizar la maltrecha diócesis que se le encargó (Utrecht es la parte más católica de Holanda), cerrar iglesias, hacer recortes, etc... y ha logrado suscitar vocaciones sacerdotales. Sería una voz clara y ortodoxa por una Cultura de la Vida y la reevangelización de la Europa más descristianizada. Sabe inglés e italiano, y se maneja en otros idiomas. ¿Un médico Papa? 

8. Kurt Koch, nacido en 1950, Prefecto del Dicasterio de Promoción de la Unidad Cristiana

Ordenado en Basilea (Suiza), donde sería obispo varios años, tiene el mérito de llevar desde 2010 al frente de Unidad de los Cristianos, primero con Benedicto XVI y después con Francisco. El cargo incluye el trato también con el mundo judío. Gran diplomático, veterano en la Curia y viajero por su cargo, muchos le conocen. Al recordarse el Concilio de Nicea, con su llamado a sanar la unidad cristiana perdida, puede atraer miradas. Conoce bien la Iglesia de lengua alemana y se ha mostrado crítico con el "camino sinodal alemán". 

Kurt Koch, suizo de 75 años, responsable de ecumenismo en el Vaticano desde la época de Benedicto XVI

Kurt Koch, suizo de 75 años, responsable de ecumenismo en el Vaticano desde la época de Benedicto XVI

Pero antes de centrarse en el ecumenismo defendía cosas como el celibato opcional de los sacerdotes y, antes aún, la ordenación sacerdotal de mujeres. Han pasado muchos años desde entonces, pero podría ser un candidato para los liberales, si les fallaran otras opciones. Es capaz de atraer votos de otros entornos.

9. Daniel Fernando Sturla Berhouet, nacido en 1959, salesiano, arzobispo de Montevideo (Uruguay)

Hemos dicho que los cardenales difícilmente apostarán por un hispanoamericano después de Francisco. Pero si lo hicieran, podría ser por Sturla, a quien podrían ver como "un Francisco sin los problemas de Francisco". Sturla sabe lo que es hacer "Iglesia en salida", "hacer lío", evangelizar en las calles y en las televisiones en un país descristianizado como Uruguay (el menos religioso de América), es creativo, atrevido y a la vez ortodoxo. Es valiente: supo plantarse y señalar la confusión de Fiducia Supplicans. También es claro en temas provida y profamilia. Criticó la forma en que se hacían "procesos sinodales" en América Latina. 

El cardenal Daniel Sturla, de Montevideo, puede atraer votos hispanoamericanos y que insistan en una línea de evangelización en salida

El cardenal Daniel Sturla, de Montevideo, puede atraer votos hispanoamericanos y que insistan en una línea de evangelización en salida

Hay 17 cardenales hispanoamericanos y otros 4 cardenales salesianos (incluyendo dos españoles, Artime y Romero). Es muy difícil que voten en bloque, pero podrían querer apostar por otra versión de "Iglesia en salida", cercana, desenfadada e hispana, pero con doctrina clara. En contra, tiene su juventud y, como hemos dicho, que los cardenales casi seguro no querrán más Papas hispanos por una buena temporada.

10. Konrad Krajewski, nacido en 1963, Prefecto del Dicasterio para el Servicio de la Caridad

De los cardenales más jóvenes, sería toda una sorpresa que el polaco Krajewski saliera elegido, pero podría pasar si, después de muchos empates, los cardenales quisieran ofrecer al mundo un Papa sin bagaje pastoral pero lleno de signos de caridad. En Polonia era un liturgista y maestro de ceremonias, y también en Roma desde 1999. 

En el Cónclave de 2013 era un mero ayudante litúrgico pero ese mismo año el Papa le nombró Limosnero Pontificio, y cardenal en 2018, y en 2022 Prefecto del nuevo Dicasterio para la Caridad. No hace declaraciones públicas sobre casi nada, excepto sobre las misiones concretas de caridad en las que se involucra (por lo general, enviado por el Papa), como sus viajes a Ucrania para repartir ayudas, o acogiendo personas sin hogar. 

El cardenal Konrad Krajewski, Limosnero Papal, visita enfermos en Fastiv, Ucrania, durante la guerra

El cardenal Konrad Krajewski, Limosnero Papal, visita enfermos en Fastiv, Ucrania, durante la guerra

A "Don Corrado" (como le llaman en Italia) le gustan los gestos visuales, y también la caridad que no se ve. Todo juega en contra de su papabilidad (su juventud, falta de experiencia pastoral, no saber idiomas, pocos contactos...) excepto esa candidez limpia de haber dedicado su vida eclesial a la liturgia y los pobres. Desde el primer día podría presentarse como un Papa de la caridad y nadie le sacaría historias antiguas de ineficacia con tal o cual apostolado diocesano.

11. Juan José Omella Omella, 79 años, arzobispo de Barcelona

Ha cumplido 79 años precisamente el día que murió el Papa Francisco. Es nuestro candidato papable más anciano. Esa es una de sus fuerzas: podría ser elegido como un Papa de transición que no moleste a ninguna de las facciones, mientras cada una intenta reforzar sus posiciones de cara al próximo Cónclave. Desde 2023, el cardenal Omella está en el Consejo de Cardenales asesores de Francisco, y en los años anteriores ha participado en muchos organismo vaticanos, así que le conocen en la Curia. Ha sido el presidente de los obispos españoles. 

No es heterodoxo en doctrina, ha hablado contra el aborto y la eutanasia en algunas ocasiones. Además, Barcelona ha acogido un impulso importante en la Nueva Evangelización, con congresos e iniciativas evangelizadoras, que Omella, si no las ha iniciado, sí las ha apoyado.

Tiene una dimensión social reconocida (era consiliario de Manos Unidas, iba a manifestaciones de temas sociales cuando no iban otros obispos) y de joven colaboró como misionero con los Padres Blancos en Zaire. Entre los cardenales no tiene grandes enemigos, suele suscitar simpatías, y más en las distancias cortas (como un Cónclave largo) y podría atraer votos de lengua española, del mundo misionero, del ala más liberal y del "centro renovador".

El cardenal Juan José Omella de Barcelona, con 79 años recién cumplidos, puede ser considerado una opción intermedia en el Cónclave

El cardenal Juan José Omella de Barcelona, con 79 años recién cumplidos, puede ser considerado una opción intermedia en el Cónclave

En Cataluña ha sabido mantenerse al margen de las marejadas políticas, y así lo haría con la política italiana. La Iglesia podría presentarlo como un "abuelito amable de pueblo", o quizá un sonriente Juan XXIV. Todo esto es muy improbable, pero aún así creemos que Omella está entre los 12 más papables, y no entre los casos imposibles.

En contra: como a cualquiera que ha pastoreado una diócesis grande o ha presidido a los obispos de un país, se le examinará cómo ha enfrentado casos de abusos, atención a las víctimas, etc... Incluso quien haya hecho una buena gestión de estos casos tendrá que ver como se habla en la prensa de esos asuntos, en vez de otros muchos.

12. Fridolin Ambongo Besungu, capuchino, nacido en 1960, arzobispo de Kinshasa (R.D. del Congo)

Ambongo es el candidato africano. Su diócesis de Kinshasa es monstruosamente grande (y pobre, y devota): 13 millones de habitantes, de los que casi 8 son católicos. Tiene más feligreses reales, con fe, que los otros 11 candidatos juntos. Al levantarse contra Fiducia Supplicans y sus confusas "bendiciones de parejas" sumó consigo a todos los episcopados de África, excepto algunos misioneros europeos de África del Norte y algún matiz el el texto de Sudáfrica. Se sentó en Roma con el cardenal Fernández (alias "Tucho") y establecieron un documento según el cual África podía hacer, básicamente, lo que quisiera con Fiducia: Ambongo hablaba por el continente donde más crece la fe. Y hablaba con fuerza y libertad, y eso puede atraer a algunos que piensan que es lo que necesita la Iglesia.

Fridolin Ambongo, cardenal de Kinshasa y gran líder de la Iglesia en África, bendice a una feligresa

Fridolin Ambongo, cardenal de Kinshasa y gran líder de la Iglesia en África, bendice a una feligresa

Es muy difícil que un cardenal africano inspire confianza en los cardenales electores: siempre temen que en África, donde la familia extensa es tan importante, se descubran casos de favoritismo a primos o sobrinos, u otros escándalos. Además, el lenguaje africano sobre la homosexualidad (que la prensa mundial provocaría continuamente) es incómodo incluso para los cardenales más ortodoxos de Europa y América. Puede parecer que las reformas y cambios que hiciera Ambongo, las podría hacer, con menos ruido y más prudencia, un Erdö o un Müller.

Pero quizá hay una corriente que sí quiere hacer ruido, mostrar que la Iglesia en el Tercer Mundo es joven, fuerte, dinámica y no quiere ganarse la condescendencia del Primer Mundo opulento. Los cardenales africanos son muy pocos, pero podrían atraer en bloque a los distintos cardenales asiáticos y misioneros de iglesias muy jóvenes (gracias a Francisco son bastantes), y también de las Iglesias de ritos orientales (casi media docena), logrando un grupo de hasta unos 20 cardenales. Los cardenales conservadores de Occidente (europeos y norteamericanos) y algunos de los hispanoamericanos podrían entonces apostar por el primer Papa negro que se conozca.

Es difícil, pero no imposible. Y quizá, si no se logra en este Cónclave, esta propuesta desde el Tercer Mundo ensaye para lograrlo en el siguiente.

Los retos del nuevo Papa 

A quien elijan los cardenales, le esperará el reto de unir una Iglesia dividida y desconcertada, reencauzar polémicas y documentos de alcance doctrinal polémico, enfrentar la descristianización y envejecimiento de Occidente, el auge de líderes políticos hostiles a la fe y la ética cristiana, el desprecio a la vida frágil y a la familia, las ideologías de falsos utopismos, el aumento del belicismo y el armamentismo y los desafíos de la inteligencia artificial, mientras se multiplican las pantallas que con ocio u otras ofertas distraen a los hombres de Dios y de su prójimo. Nadie es TAN bueno para afrontar todos esos retos. Pero la Iglesia, poniéndose en manos del Espíritu Santo, va a lanzarse a ello.

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