Religión en Libertad

En su conferencia «Ál-Ándalus: ¿España musulmana?», del curso «España con una mirada nueva»

Fernando Paz desmonta 5 mitos de Al-Ándalus frente a quienes buscan normalizar la conquista islámica

"Se busca normalizar la invasión árabe como si no hubiera sido excesivamente onerosa para los invadidos", advierte el historiador.

José María Carrera Hurtado

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El curso de España con una mirada nueva elaborado por Fernando Paz para Aula Mucha Vida está de celebración. Además de cumplir recientemente su primer año vigente, también es uno de los más difundidos por la plataforma. En su primer año ha contado con cientos de inscritos que, tras concluirlo, afirman haber adquirido una comprensión de la historia al margen de la leyenda negra o la manipulación del buenismo.

Desde su lanzamiento, Aula Mucha Vida ha organizado conferencias periódicas en las que el profesor Fernando Paz aborda algunos de los aspectos concretos que se destacan a lo largo del programa. Con motivo del primer aniversario del curso, extraemos los argumentos con los que Paz desmonta el mito de Al-Andalus como una estructura política y periodo de convivencia, armonía, tolerancia y esplendor cultural.

[Es posible saber más del curso en Aula Mucha Vida o inscribirse desde este enlace]

Al-Ándalus, gran centro de esclavos

Uno de los primeros mitos abordados por el historiador fue el de la tolerancia, convivencia y respeto a los cristianos. De hecho, afirma que Al-Ándalus “fue uno de los grandes centros de esclavos”, convergiendo en el territorio multitud de rutas donde directamente se comerciaba con la población hispana.

“En muchos sitios reducían a la esclavitud a toda la población cristiana, en otros solo a los guerreros vencidos. No faltaron casos en los que el mando militar, en no pocas ocasiones, ordenó la aniquilación completa de una población”, detalla.

Según sus datos, la cifra de esclavos hispanos enviados a Damasco en los primeros años tras la conquista ascienden a los 30.000 y en los siglos siguientes, Al-Ándalus sería para el islam “una permanente fuente de obtención de esclavos en las razias, llegando a organizar expediciones dirigidas específicamente a eso”.

Las cristianas, concubinas educadas “para complacer”

Otro de los aspectos que contradicen multitud de mitos es el del destino de la mujer cristiana en Al Ándalus. Explica que, aunque por lo general tenían más libertad, la mayoría de estas concubinas eran de procedencia cristiana y se comerciaba con ellas en un “inmenso mercado de esclavas destinadas a clases acomodadas”.

Una vez comenzaban su nueva vida, pasaban a ser “centro de fiestas, banquetes y celebraciones”, siendo “educadas específicamente para complacer a los hombres” y siendo “utilizadas como adornos”. E igualmente, “el varón podía maltratar o vengarse de la concubina del modo que el viniese en gana”. Mientras, en el mundo cristiano, la esposa podía heredar, la mujer era mayor de edad al mismo tiempo que el varón o podía casarse una vez se convertía en viuda así como ser tutora de sus hijos.

Pagando para sobrevivir

El historiador también menciona la yizia, “el impuesto por excelencia” sobre la población cristiana -principales dimmíes-. El tributo “partía de la consideración de ser el precio que los dimmíes debían pagar por no ser ajusticiados, si no se pagaba, el cristiano era ejecutado”. Sin embargo, la económica no era la única vertebración de esta modalidad de impuesto. Aunque lo económico “fuera esencial”, Paz menciona que existía una intencionalidad “especialmente humillante”, pues “el pago se realizaba de un modo degradante” en el que el recaudador cogía del cuello al dimmí obligándole a pagar como “enemigo de Alá”. Dicho recaudador debía ser imitado por todos los que le rodeasen, pudiendo empujar o maltratar al pagador del impuesto. Un espectáculo al que “debía ser admitido todo el que quisiese gozar de él y no había medio posible de evitar tales afrentas, porque según la interpretación de los alfaquíes, el pago de la yizia debía haberse personalmente”.

[El curso España con una mirada nueva ofrece multitud de argumentos que desmienten el mito de la tolerancia en Al-Ándalus]

El cristiano pagaba hasta diez veces más impuestos

En el mismo sentido, Paz detalla que en lo relativo a impuestos los cristianos debían pagar la mitad de lo obtenido en su cosecha a las autoridades, lo que contrastaba enormemente con el trato que recibían los musulmanes en el terreno conquistado, debiendo pagar entre el 5 y el 10%.

“Mientras, los cristianos pagaban un 50% de forma directa, a lo que debía añadirse la ampliación de otros tributos sobre la utilización de bienes como huertas, ganado, aguas o prados, o la prohibición de disponer de cantidad alguna de su cosecha hasta que hubiesen pagado los impuestos a las autoridades. Y si la autoridad sospechaba que los dimmíes ocultaba algún bien, eran torturados hasta que confesaban.

Sí hubo conquista, y no fue “ni voluntaria ni amable”

Pero más allá de los impuestos excesivos, la esclavitud o la explotación, la conquista islámica se caracterizó fundamentalmente por su violencia, quedando amplias regiones arrasadas literalmente, según Paz.

Una conquista que se produjo de tres formas distintas pero siempre con la violencia con un papel protagonista. En la primera, por la fuerza militar, “los vencidos son sometidos sin ningún miramiento y de forma habitualmente cruel”.

Con esta, se daba también una conquista por abandono del territorio por las poblaciones locales, “huyendo atemorizadas precisamente porque la conquista no era ni voluntaria ni amable”.

Y en tercer lugar se alude a la “sumisión mediante acuerdo con la población local”. Esta última fue mediante capitulaciones entre invasores y vencidos, lo que en ningún momento permite verlo como una sumisión voluntaria.

“Ver eso es fundamentalmente falso, porque la capitulación de la mayoría de ciudades vino precedida no solo de la amenaza del uso de la fuerza más extrema, sino de episodios de resistencia muy duros, aunque no excesivamente prolongados”.

“Lo que se pretende con la tesis en cuestión es normalizar la invasión árabe como si no hubiera sido excesivamente onerosa para los invadidos, pues hasta ha habido historiador que ha negado que se tratase de invasión alguna”, comenta Paz. 

[Aula Mucha Vida permite inscribirse al curso España con una mirada nueva de Fernando Paz desde su página web]

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