Julio Borges lamenta que España, México o Colombia vean en Maduro un progresista y aliado ideológico

Julio Borges Junyent (Caracas, 1969) es un político venezolano exiliado en España, como nueve millones de compatriotas que han tenido que salir del país desde 2013 para huir de la miseria o de la persecución del régimen de Nicolás Maduro.

Antes de eso fue presidente de la Asamblea Nacional en 2017-2018 y una de las cabezas visibles de la oposición, por lo que llegó a sufrir una agresión que difundió por todo el mundo su rostro ensangrentado. 

Para los lectores de ReL es además una referencia del pensamiento político contemporáneo en una perspectiva católica, con artículos que rechazan el pluralismo como ideología porque es la antesala del relativismo.

Además, Borges plantea profundas entrevistas a grandes teóricos y analistas de nuestro tiempo que comparten esencialmente esa cosmovisión (pincha aquí para acceder a todas ellas):

Borges es una de las voces siempre reclamadas para enjuiciar la situación de Venezuela desde el patriotismo y la independencia.

Hace pocos días Noticias Caracol contactó con él para comentar las últimas iniciativas de la Casa Blanca.

Y este domingo fue Jorge Mestre quien le entrevistó para The Objective, donde Borges considera "irreversible" la implosión del régimen bolivariano por su absoluta ilegitimidad tras "el robo de las elecciones del pasado año", la "descomposición creciente de su propia coalición de poder" y la decisión de Estados Unidos de señalar a Maduro como "jefe de un cartel del crimen organizado", que "no es solo drogas: también lavado de dinero y oro".

"Venezuela se ha convertido en el paraíso de la corrupción en cualquiera de sus formas, y eso está desatado desde hace más de veinte años", añade (Hugo Chávez gobernó entre 1999 y 2013 y su sucesor desde ese año).

Julio Borges lamenta el papel de aliado del régimen que ejerce el ex presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y afirma que Pedro Sánchez es "cómplice" de la dictadura: "En lugar de una posición de solidaridad con el pueblo venezolano, lo que ha habido es una gran hipocresía y una connivencia con el régimen", por ejemplo permitiendo la libre circulación en España de capitales "de dudoso origen" de los jerarcas del régimen, cuyo seguimiento podría provocar "un terremoto interno".

Y pide que "se deje de ver el caso venezolano como un problema ideológico. España y México siguen atrapados en esa visión. Lo que está en juego no es una disputa entre izquierda y derecha, sino un tema mucho más profundo: democracia, derechos humanos y crimen organizado. El propio Petro habla constantemente de 'los países progresistas', como si Venezuela perteneciera a ese bloque, como si el drama venezolano fuera un asunto de identidad política y no de colapso institucional y criminalidad. Ese es el gran error".