Religión en Libertad

Landon Quintana asegura que a los siete años sintió la vocación

Se rompió el apéndice, sobrevivió y prometió ser cura... en cama, comenzó a leer sobre su diócesis

"Deseo lo que Él tiene planeado para mí, con un corazón abierto y humilde", reconoce Quintana.

Redacción REL
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El joven Landon Quintana nació y se crió en el Valle de Salt Lake (EE.UU) y, a partir de este mes de julio, será seminarista en la diócesis de Salt Lake City. "Tenía siete años cuando escuché el llamado al sacerdocio", comentó recientemente.

Un viernes cualquiera se le rompió el apéndice pero "mis padres pensaron que los síntomas eran de gripe", dijo. "No fue sino hasta el sábado por la noche que mi dolor era insoportable que ellos pensaron que a lo mejor era otra cosa", añadió.

La muerte, antes que la vida

Cuando se despertó, estaba en una cama de hospital y sus padres habían llamado a un sacerdote para que le diera la extrema unción.

"Fue en ese momento, bajo la luz de aquel cuarto, con monseñor dándome la extrema unción y mi familia mirándome con miedo, cuando creo que Dios me llamó al sacerdocio", dijo Quintana.

Quintana entró en julio en el seminario diocesano.

Quintana entró en julio en el seminario diocesano.

Quintana recuerda ese episodio de su vida como "un regalo del Espíritu Santo en mis horas más oscuras, al que le precedió la reconciliación y Eucaristía en mi vida. La muerte llegó antes que la vida para mí", aseguró.

Su recuperación le llevó meses y debido a su frágil estado fue aislado de el colegio. En ese tiempo comenzó a leer libros sobre la historia de la Diócesis de Salt Lake City "y volví a reconocer mi llamado de una manera profunda".

Con el apoyo fiel de su familia, Quintana sirvió en su parroquia, como monaguillo, lector y Ministro Extraordinario de la Comunión.

"Mi mamá, papá y hermano siempre han pensado que yo deseaba estar cerca de Dios y siempre me han animado a hacerlo", dijo Quintana. 

"Ahora que ya ha sido aceptado como seminarista diocesano, he descubierto que mis emociones han sido parte de ese camino, para que finalmente dijese 'sí' al sacerdocio. Desde entonces, me he llenado de paz y he sentido una profunda alegría".

Entrar al seminario ha estado en su mente durante mucho tiempo y era "algo por lo que había rezado y pensado abiertamente", dijo. "Ahora estoy en paz conmigo y con el llamado de Dios. Deseo lo que Él tiene planeado para mí con un corazón abierto y humilde".

En el seminario Mount Angel, Quintana se une a los demás seminaristas diocesanos. "Muchos sacerdotes de nuestra diócesis han estado en este seminario tan especial. Si puedo lograr por lo menos la mitad de lo que ellos han logrado, estaré contento. Es un gran honor y privilegio ingresar a un lugar tan sagrado para discernir y continuar con mi formación".

A quienes están considerando una vocación religiosa, Quintana evoca las recientes palabras del Papa León XIV: "No tengan miedo! Acepten la invitación de la Iglesia y de Cristo".

"Mi camino al seminario ha sido largo. A quienes están discerniendo el llamado al sacerdocio, pero están esperando o dudando, decirles que rezo para que confíen en su llamado. Dios sabe lo que desean y Él es muy paciente", concluye.

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