Ha escrito junto a Javier Pueyo «Mirarán al que traspasaron», una historia de esta espiritualidad
Pablo Cervera: el Corazón de Jesús, «medicina que el hombre necesita» para el nihilismo y la soledad

Presentación de 'Mirarán al que traspasaron'. De izquierda a derecha: Pablo Cervera, José Francisco Serrano Oceja, Manuel Vargas, Miguel Ángel Velasco y Javier Pueyo
El pasado 18 de junio, el salón parroquial de la iglesia del Buen Suceso de Madrid acogió la presentación de una obra llamada a ejercer una profunda influencia en los estudios sobre el Sagrado Corazón de Jesús: 'Mirarán al que traspasaron'. Historia de la espiritualidad del Corazón de Cristo (Monte Carmelo - Fonte), de Pablo Cervera Barranco y Javier Pueyo Velasco, ambos sacerdotes, doctores en Teología y expertos en la cuestión abordada.
Pablo Cervera, director de Magnificat y colaborador habitual de ReL, es un infatigable apóstol de dicha devoción: además de diversas obras escritas, nuestros lectores recordarán su extraordinaria colección de meditaciones en audio sobre las 33 invocaciones de las Letanías del Sagrado Corazón.
"Mirarán al que traspasaron" es algo más que un nuevo elemento de esa cadena de libros e iniciativas: en cierto modo, corona todas ellas, por la magnitud del esfuerzo documental realizado por los autores y la síntesis histórico-doctrinal-espiritual lograda, que el propio Cervera nos explica.
-¿Cómo se concibió, creció y nació esta obra?
-Tras la fundación del Instituto del Corazón de Cristo, erigido en la archidiócesis de Toledo, se me encargó, por mi conocimiento y experiencia, que me ocupara del aspecto editorial, con publicaciones de diverso tipo sobre el tema del Corazón de Jesús (teológicas, históricas, biografías, espiritualidad….)
»En este sentido, llevo dirigiendo ya bastantes años la Serie Cor Christi, en la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Habíamos llegado ya a casi 10 o 12 títulos y pensé que era el momento de preparar una historia de la espiritualidad del Corazón de Jesús.
»Lo comenté con José María Alsina, presidente del Instituto del Corazón de Cristo, y enseguida me comentó que un sacerdote de su hermandad sacerdotal, Javier Pueyo Velasco, tenía escritos unos apuntes sobre el tema, pues daba un curso de licenciatura en el Instituto Teológico San Ildefonso sobre esta materia. Cuando vi aquellos apuntes me pareció perfecto que él se ocupara del período desde Santa Margarita María de Alacoque hasta nuestros días y que yo hiciera desde la parte bíblica hasta el Renacimiento. Así comenzó el proyecto.
-El resultado es enciclopédico...
-Han sido cinco años de trabajo intenso, de investigación, con sus altos y bajos, porque no todo es fácil en algo tan ambicioso y enciclopédico.
»Cuando ya estaba para imprimirse en junio de 2024, el Papa Francisco anunció que iba a escribir un documento sobre el Sagrado Corazón, con ocasión de los 350 años de las apariciones del Corazón de Jesús a Santa Margarita María de Alacoque.
-¿Trastocó sus planes?
-Supuso que tuviéramos que detener la impresión y esperar el documento que, para colmo, fue una encíclica (Dilexit nos): es decir, el máximo rango magisterial en un documento pontificio de magisterio ordinario.

Pablo Cervera y Javier Pueyo, 'Mirarán al que traspasaron'.
-Sorprende que un libro sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús arranque... ¡en el Antiguo Testamento! ¿Cómo se explica "cristológicamente"?
-Efectivamente, puede sorprender ese aspecto, pero hay que decir que el Antiguo Testamento anuncia un Mesías y en relación a ese Mesías ya el profeta Zacarías anuncia que "Mirarán al que traspasaron" (Zac 12, 10).
»Además hay otras muchas referencias bíblicas que he recogido en el capítulo dedicado a las fuentes bíblicas del Antiguo y del Nuevo Testamento. Incluso Zacarías dice que "llorarán como se llora el primogénito" (Zac 12, 10), es decir, el aspecto que después se ha denominado la "reparación" en la espiritualidad del Corazón de Cristo.
»Hay otros muchos textos, como Jeremías 31, en que se anuncia un corazón nuevo: al final, la alianza nueva es un corazón nuevo, es en el Corazón de Jesucristo, único capaz de establecer una fidelidad absoluta entre Dios y el hombre.
»Son muchos elementos en germen pero es fascinante cómo la Revelación nos abre, aunque sea embrionariamente, este gran tesoro.
-El libro muestra claramente una continuidad de esta devoción en la historia de la Iglesia, pero se perciben dos pequeños "agujeros", uno en los albores del Renacimiento y otro en el postconcilio. ¿A qué se debieron?
-El Renacimiento supone un antropocentrismo del pensamiento cultural de la época. En la medida en que el hombre quiere ser la medida de todas las cosas, Dios desaparece de su horizonte.
»En el postconcilio las causas de la desaparición son complejas. Por un lado, crisis de fe y teológica en elementos que tocan la devoción y que el padre Cándido Pozo señaló con su habitual claridad teológica: el pecado es ofensa personal a Dios, Cristo es persona divina, Cristo tiene ciencia infusa en su naturaleza humana, realismo de Cristo resucitado con corazón de carne vivo, presencia real de Cristo en la Eucaristía… Muchos de estos elementos estaban en crisis en aquellos años y eso repercutió en el anuncio del Corazón de Cristo. Otros fueron, más bien, temas externos: imágenes, formas externas, cantos…
-Además del jansenismo cuando se relanza esta devoción, ¿cuáles han sido sus grandes enemigos?
-Efectivamente, la devoción al Corazón de Cristo en su modalidad pública, desde Santa Margarita, es ocasionada providencialmente por Dios para combatir el jansenismo, que es el fenómeno eclesial herético por el que a la gente se la alejaba de Dios: una especie de purismo o catarismo, fenómenos que se repiten a lo largo de la historia de la Iglesia. Ese acercamiento del Corazón de Cristo, en las revelaciones de Santa Margarita, supone que el Corazón de Dios se abre en cercanía a los hombres; es el acercamiento de ese amor de Dios también para devolverle amor con amor.
-¿La Ilustración, la masonería...?
-Ciertamente, la Ilustración tiene lugar en esa época histórica y, frente al racionalismo, frente al deísmo, muchos ismos de la ilustración… la devoción al Corazón de Jesús hace caer más en la cuenta en la dimensión de la encarnación de un Dios que es amor, de un Dios que es redentor, de un Dios que cuenta con el hombre para que acoja ese amor y para que le devuelva amor con amor.
»La masonería tiene, en otros momentos de la historia, también una presencia respecto de la devoción al Corazón de Jesús. Baste recordar que el presidente Gabriel García Moreno del Ecuador, que consagró la nación al Corazón de Cristo, después fue asesinado por los tentáculos de la masonería.
Cultura
«No cabe la menor duda del martirio de Gabriel García Moreno: fue asesinado por sus creencias»
Carmelo López-Arias / ReL
»A nuestro rey Alfonso XIII, que consagró en el año 1919 a España al Corazón de Cristo, no se le perdonó aquello. Tuvo que sufrir personalmente derroteros posteriores, que sin duda estuvieron provocados por la masonería.
-¿Quiénes son los "grandes santos" del Corazón de Jesús?
-Es una interesante pregunta porque yo podría decir que ningún santo está el margen del Corazón de Jesús, en la medida en que ningún santo está el margen del amor de Dios.
»Los santos padres que hablan de las fuentes de agua viva que brotan del Corazón de Cristo (San Justino, San Ambrosio, San Agustín, Orígenes…), tantísimos autores que aparecen en el libro, serían los primeros en la historia.
»Pero después, en la Edad Media, las grandes religiosas de Hefta (Santa Gertrudis, Santa Matilde…) y luego, evidentemente, los referentes de la presentación, llamémosla "moderna", de la devoción al Corazón de Cristo: porque primero era privada, individual, y desde Santa Margarita y San Claudio de la Colombière se hace eclesial, social, pública…
»Hay muchos grandes santos del Corazón de Jesús además de los mencionados. Basta leer la encíclica Dilexit nos del Papa Francisco para ver que es un río continuo hasta hoy prácticamente: San Vicente de Paúl, Santa Teresita del Niño Jesús, Carlos de Foucault, la Madre Teresa de Calcuta…
»En fin, tantos fundadores que precisamente en torno a este centro espiritual que es el Corazón de Cristo, fundan y construyen institutos religiosos para diversas funciones en la vida de la Iglesia: educativas asistenciales, evangelizadoras…

El concurrido acto de presentación de 'Mirarán al que traspasaron. Historia de la espiritualidad del Corazón de Cristo'.
-¿Qué aporta el Corazón de Jesús a la idea de la Misericordia de Dios?
-Creo que es difícil diferenciarlos porque el Corazón de Jesús, tal como se presenta en los textos bíblicos o a lo largo de la historia, es un ofrecimiento de un amor perdonador que pide ser acogido y respondido.
»Esa misericordia de Dios es el "atributo del que Él más se gloría", como dice nuestro Tirso de Molina en El condenado por desconfiado. La contemplación del Corazón de Cristo, traspasado por la lanza y del cual brota sangre y agua, es decir, crucificado y resucitado, lleva en el que lo contempla a experimentar el amor misericordioso de Dios.
»Por ejemplo, en los ejercicios de San Ignacio de Loyola, en los diálogos de misericordia de la primera etapa en que se medita sobre el pecado, llevan a descubrir el propio pecado, pero sobre todo la misericordia perdonadora que se vuelca sobre ese pecador.
-La devoción al Corazón de Jesús ha vuelto con fuerza. ¿Cómo se ha producido ese retorno?
-Después del Concilio Vaticano II, y ya antes, hubo una gran crisis al respecto. Sin embargo, ha habido grandes apóstoles y teólogos, y aunque quizá pocos en número, que han realizado una tarea gigantesca de la que bebemos hoy nosotros. En torno al Instituto Internacional del Corazón de Jesús, en los años 80 y 90 se promovieron congresos y publicaciones. Esos apóstoles sembraron la semilla en tantos otros sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, que a su vez se han convertido en apóstoles de esta devoción.
-¿Qué impacto puede esperarse de este reflorecimiento?
-En un momento de nihilismo, en un momento de soledad del hombre de hoy, en un momento de materialismo, la devoción lleva a anunciar al hombre de hoy la medicina que necesita (Cristo, Dios encarnado, hombre y Redentor, dador de vida eterna, de corazón vivo) que colma el corazón humano de felicidad y de amor, pero no un amor volátil o perecedero, sino infinito y eterno, que es de lo que aquí se trata.
-Antes mencionó que el anuncio de "Dilexit nos" les obligó a retrasar la publicación del libro. Cuando apareció el texto, ¿fue una sorpresa para usted? Las dos encíclicas previas de Francisco eran de un tenor muy distinto...
-El Papa, en el número 217 de la encíclica Dilexit nos, dice que desde ella se tiene que comprender todo su magisterio: es como la clave de bóveda de las anteriores encíclicas. Alguien, en broma, ha dicho: "Pues ya lo podía haber hecho desde el principio". Es así, porque solo desde el Corazón de Cristo se comprende la fraternidad entre los hombres, una fraternidad que es mucho más que la fraternidad ilustrada de la revolución francesa, es la fraternidad de los hijos de Dios (Fratelli tutti). Una contemplación amorosa de la creación, como fruto de un regalo de Dios a la humanidad, no en base a un ecologismo o a un pacifismo (Laudato si').
-¿Qué lugar le atribuye a "Dilexit nos" en la historia de esta devoción?
-Ciertamente ha sido una encíclica sorprendente y para colmo se ha dado el hecho de que, solo después de unos meses, ha muerto el Papa Francisco. Esto significa, en un cierto sentido, que es un testamento. Testamento es la última palabra que uno quiere transmitir a sus "herederos". Dilexit nos es un testamento que nos ha transmitido Francisco y que además tiene el carácter de estar llamado a perdurar muchas décadas. La Haurietis Aquas de Pío XII fue el último documento sobre el Corazón de Jesús y se escribió hace casi setenta años. Es muy probable que nuestra generación muera antes de que se publique otra encíclica sobre nuestro tema. De ahí su importancia.
-¿Qué ha aportado Francisco con ella?
-El Papa afina aspectos respecto de la devoción, purificando y también abriendo nuevos horizontes respecto de la reparación con sentido social y respecto de la misionaridad de la que tiene que participar también la reparación. Uno quiere que todos los hombres lleguen al conocimiento del Corazón de Dios y su misericordia, los que no le conocen. Por eso el trabajo de la misionaridad o evangelización es un aspecto nuevo de la reparación.