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Van desde negarse a cambiar, fantasear, culpar siempre al otro... o llevar cuenta de las ofensas

Los 7 «pecados capitales» que todo matrimonio cristiano debería identificar para no naufragar

En muy pocos casos (aunque hay algunos) un matrimonio se desmorona por las acciones de una sola persona.

En muy pocos casos (aunque hay algunos) un matrimonio se desmorona por las acciones de una sola persona.pixabay

Redacción REL
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En la vida de casados hay muchas cosas que pueden hacernos tropezar, sin embargo, la mayoría de ellas suelen ser errores que surgen constantemente. El portal All Pro Dad enumera los 7 "pecados capitales" del matrimonio:

1. Negarse a cambiar

Es muy raro que la persona con la que te casas sea la misma diez o quince años después. Todos tenemos cosas difíciles que cambiar, y, a veces, estas pueden causar una gran fricción en nuestros matrimonios.

Quizás tienes mal carácter y pierdes los estribos con facilidad, o no puedas desconectar del trabajo o malgastas tu dinero. Sea como sea, solemos pasar por alto estas cosas cuando eres joven y estás enamorado. Pero, con el paso de los años, si la pareja no las aborda, se puede crear una brecha cada vez mayor.

2. Suponer siempre lo peor

Pocas cosas dificultan tanto resolver las desavenencias como asumir siempre lo peor de tu pareja. Si te dices a ti mismo que no te respeta, que es egoísta o lo que sea, todo lo que haga se interpretará siempre desde esa perspectiva

Es posible que todas estas cosas sean ciertas, y, si lo son, es algo que sin duda habría que abordar. Pero, también, es cierto que, muchas veces, proyectamos nuestras inseguridades en nuestro marido o en nuestra esposa. El miedo a que se aprovechen de nosotros proyecta una sombra de duda en cada interacción. Esto puede causar estragos en una relación. De todos los errores comunes en el matrimonio, este puede ser el más sutil.

3. Culpar siempre al otro

En muy pocos casos (aunque hay algunos) un matrimonio se desmorona por las acciones de una sola persona. Ambos han contribuido a que el matrimonio esté donde esté. Sin embargo, si constantemente señalamos a los otros, nunca nos dedicaremos a asumir nuestra propia responsabilidad.

4. No querer involucrarse

A algunas personas no les van bien los conflictos. Pero hay una estrategia muy común y contraproducente que puede impedir que tu matrimonio avance: la de cerrarse. Cerrarse es simplemente negarse a involucrarse

Puedes cerrarte porque estás herido o porque eres completamente incapaz de lidiar con el conflicto. Sea cual sea la razón, cerrarse pone fin a la conversación. Tu pareja podría seguir hablando, pero tú has dejado ya de escuchar. Es más, se puede crear un círculo vicioso en el que la otra persona intenta que te involucres, pero en cambio, tú te alejas más.

5. Fantasear

Cuando pensamos en fantasear como esposos, inmediatamente pensamos en fantasías sexuales. Pero, es mucho más que todo eso. Puede ser también fantasear con tener una pareja que disfrute con lo que a ti te gusta o que responda siempre como a ti te gustaría que lo hiciera.  

La fantasía es destructiva porque nos lleva a escapar de la realidad en lugar de conectar con ella. Fantasear te impide afrontar tu relación como realmente es y agradar a tu mujer o marido como realmente son. Que no sea todo lo que imaginabas no significa que no sea un regalo. De hecho, la persona que fantaseas probablemente no existe.

6. Mantener el dinero por separado

Jesús dijo: "Donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón". El dinero es uno de los mayores generadores de conflictos matrimoniales, porque está fuertemente ligado a lo que más nos importa. Precisamente por eso no deberíamos mantener nuestro dinero cada uno por separado

No es bueno separar por completo las finanzas, es decir que tu pareja no tenga derecho a hablar de las cosas que a ti te importan, y que tú no puedas hablar de lo que a él o a ella le importa. Claro, esto permitiría discutir menos, pero, también, es probable que descubras que es algo normal ocultarse cosas, ya sea físicamente o de otra manera.  

7. Llevar cuentas de los desprecios

Todos nos sentimos tentados a echar cuentas de los desprecios que hemos recibido, para así poder utilizarlo más adelante y ganar una discusión. Por supuesto, puede que ganes la discusión, pero, sin duda, perderás la confianza de la otra persona

Llevar un registro de las ofensas demuestra que eres incapaz de perdonar. Esto erosiona la confianza y crea ansiedad en la relación matrimonial. También hace que sea casi imposible que tu pareja te perdone cuando cometes un error. Como dice el autor Lewis Medes: "Perdonar es liberar a un prisionero y descubrir que ese prisionero eras tú".

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