10 razones para iniciar la adoración perpetua en tu parroquia: «Cambió mi sacerdocio y a mis fieles»

El sacerdote Jonathan Meyer tuvo su primer contacto con la adoración perpetua en 1999, en su primer año como seminarista en la arquidiócesis de Indianápolis. Lo que experimentó ante el Santísimo no fue nada extraordinario, pero desde entonces fue consciente de que si hay alguna solución a los grandes problemas de la parroquia e incluso de la Iglesia, se encuentra en la Eucaristía. Poco después de su ordenación, Meyer se especializó en torno a esta práctica de piedad y desde 2022 es predicador nacional del Renacimiento Eucarístico de Estados Unidos, publicando además buena parte de sus reflexiones espirituales en el canal Dynamic Catholic.

En una reciente entrevista concedida a Catholic Exchange, ha desarrollado sus conocimientos e ideas para impulsar la adoración perpetua en otras parroquias, así como las formas de hacer frente a las objeciones para comenzarla.

1º La reverencia, autopista hacia la adoración perpetua

El mismo Meyer reconoce la “celebración reverente de la misa” como principal y mayor recomendación de cara a iniciar la adoración perpetua en las parroquias.

Para que los fieles la acepten, dice, “necesitan saber que Nuestro Señor está presente. La misa debe celebrarse con reverencia”, subraya.

2º Inundarlo todo de catequesis eucarísticas

En segundo lugar, cuenta que cada vez que llega a una parroquia intenta “inundar” cada momento o espacio libre con catequesis sobre la Eucaristía, aprovechando para ello la misa, los boletines de información, las propias catequesis, los folletos y anuncios, etc.

Para él, la catequesis sobre la Presencia real de la Eucaristía es algo “crucial”, pero también tener en cuenta que cada persona aprende de forma diferente. Por ello, propone una gran variedad de formas de desarrollar esta catequesis eucarística, desde el estudio o la participación activa de la parroquia, los fundamentos bíblicos de la Eucaristía, conocer las exposiciones de los milagros eucarísticos de Carlo Acutis, enseñar a hacer la genuflexión y otros comportamientos apropiados.

“A no ser que estés practicando la Adoración Eucarística, tus feligreses no sabrán qué es. Que literalmente es Jesús en el Santísimo Sacramento”, incide.

3º Dedicar el tiempo que sea a la preparación y la oración

Entre otras formas de promover la adoración perpetua, menciona también la costumbre de su parroquia de hacer cinco minutos de adoración después de cada misa. Junto con estas prácticas, también admite hablar con franqueza con sus feligreses de la importancia de la adoración en el día a día, y de recordar que siempre hay tiempo y que no hay excusa que valga eternamente para no ir.

4º La Adoración de Adviento

Desde 2008, el sacerdote también ha estado promoviendo la llamada Adoración de Adviento, exponiendo el Santísimo en su caso el 23 de diciembre, en una de las épocas más concurridas del año litúrgico.

“Pido a cada persona, sin importar su edad, que pase una hora con Jesús. Nos aseguramos de que todo esté bellamente decorado. Mis feligreses me han dicho una y otra vez que es el momento más poderoso del Adviento. Así es como los he expuesto primero a la Adoración nocturna. Hago que toda la parroquia se apunte”.

5º Todo empieza por el sacerdote

Meyer observa que si se quiere promover la devoción eucarísticas, el sacerdote es el primero que debe llevar una vida centrada en la Eucaristía y celebrar, al menos, una hora santa cada día, “corazón y centro de nuestra Iglesia”.

6º Para que los fieles vayan, el sacerdote debe invitarles

Tras su experiencia inaugurando capillas de adoración perpetua, el sacerdote observa que “no hay nada más eficaz” como invitar a los fieles a acudir y a promover las campañas por la adoración perpetua. Una adoración que además considera “el punto de inflexión” de cualquier parroquia.

“Todo santo ha arraigado su vida en la Sagrada Eucaristía. No hay santo que no haya tenido devoción eucarística. Los sacerdotes deben recomendar la Adoración Eucarística. Tienen tanto poder y autoridad para invitar y animar como nadie más puede. No deben tener miedo de invitar a la gente a lo más importante que podrían invitar a sus hijos. Solo hay que decirles que vayan”.

7º La solución a todos los problemas de la parroquia

Meyer se atreve a afirmar que la adoración eucarística es, en realidad, “el antídoto para la mayoría de problemas de la parroquia”.

“Si quieres que más gente lea buenos libros, abre una capilla de Adoración Eucarística Perpetua; la gente empezará a leer buena literatura católica. Si quieres que tengan relaciones profundas entre ellos, inicia la Adoración Eucarística Perpetua y hablarán antes o después de la Hora Santa. [También] si quieres que la gente asista a los funerales o que interceda por los demás…”, observa.

En su caso, lo corrobora por experiencia propia. Tras inaugurarla en su parroquia, cuenta, “ha cambiado mi forma de celebrar y predicar la misa, porque sé cuántos de mis feligreses han pasado una hora en silencio, probablemente meditando sobre las Sagradas Escrituras dominicales”.

8º Los beneficios de la adoración perpetua

El mencionado es solo uno de los ejemplos por los que el sacerdote considera a la adoración perpetua como algo realmente fructífero. Entre otros frutos y resultados, observa que hay más personas comparten oraciones de petición, se cuidan, aumenta el sentido de reverencia, hay una mayor capacidad para pasar tiempo en silencio o más apertura y receptividad a las vocaciones (no solo al sacerdocio y la vida religiosa, sino también al matrimonio; un joven le propuso matrimonio a su prometida en la capilla de Adoración Eucarística Perpetua el fin de semana pasado).

9º Contra las objeciones

De entre las muchas objeciones que escucha entre los sacerdotes, la más común es que dicen que no logran que sus feligreses les sigan o que nunca funcionará.

"No es cierto", remarca, convencido de que “grandes cosas suceden en todas partes. A menudo limitamos las cosas, aceptando la mediocridad y la falta de virtud, en lugar de ser magnánimos, creyendo que Dios hará grandes cosas. Las grandes cosas son posibles. Y si no hay suficientes fieles en una parroquia, se pueden atender varias parroquias en cada capilla. Siempre está en el mismo lugar y, si los fieles tienen un día o una noche difíciles, saben adónde ir”.

10º Una parroquia y vidas cambiadas

La adoración perpetua, concluye el sacerdote, “cambió claramente mi sacerdocio y la vida de mis feligreses. Es el centro de mi parroquia. [Empieza] si quieres que Jesús sea el centro, que todos los feligreses pasen una hora con él. Es realmente maravilloso”.