Religión en Libertad

El párroco Emilio Montes viene de una familia con empresarios, y suele hablar de dinero, pero en tema de jornaleros la diócesis está en campaña

El cura de Valdepeñas ¿por qué se hizo viral hablando de los temporeros?

Emilio Jesús Montes, en su parroquia de Valdepeñas, con una reliquia de Juan Pablo II, quien fue obrero antes que clérigo

Emilio Jesús Montes, en su parroquia de Valdepeñas, con una reliquia de Juan Pablo II, quien fue obrero antes que clérigo

Pablo J. Ginés
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Emilio Jesús Montes es el párroco de Valdepeñas, una población agrícola de Ciudad Real, con unos 30.000 habitantes, conocida por sus vinos. El párroco se ha hecho viral en varias ocasiones, porque graba y difunde sus homilías, con estilo desenfadado, donde regaña con humor, pero regaña.

Pero no regaña "en general", sino para lograr efectos concretos, desde mayor generosidad en una colecta a más compromiso con algún servicio. Pretende retar a los feligreses. A cambio, ofrece trasparencia, claridad, concreción y hasta resultados. Él pide dinero, pero luego muestra que la calefacción calienta la parroquia y los locales en invierno y el aire acondicionado permite estar a gusto en verano, y así la gente viene y participa.

Cura con familia empresarial

Emilio Montes habla con cierta frecuencia de dinero, en la homilía y fuera de ella. En parte, le viene de familia. Nació en Ciudad Real en 1976, de una familia con origen en Jaén, que incluye emprendedores y empresarios. En 2002 fue ordenado sacerdote en Ciudad Real. El dinero permite concretar las cosas, evitar lo indefinido. En el encuentro de evangelizadores Transforma, de 2023, daba ideas a curas para lograr dinero que se invirtiera en evangelización y en el servicio a la parroquia (ReL lo detalló aquí).

El pasado domingo las lecturas del día hablaban de la codicia, del rico que derribó sus graneros pensando ampliar sus cosechas, sólo para morir antes. Y el párroco lo llevó al tema de los temporeros, numerosos en el campo de Ciudad Real y Castilla-La Mancha. Al contrario que otros oficios donde también hay explotación, los temporeros ya existían en tiempos de Jesucristo y antes, y la Biblia habla de ellos.

Tres ideas claras

"Aquí en Valdepeñas ahora mismo no tenemos tanto problema con los temporeros, pero en otros sitios de La Mancha sí se tiene. Pero yo quiero que tengáis claro tres cosas. La primera, el tema de los temporeros, las personas que vienen desde fuera para ganarse un jornal. Si el jornal son ocho horas, son ocho horas, no son doce", avisó el párroco.

"Y si son doce, se pagan las horas extras. Porque sean gente pobre o gente humilde no te voy a dar cincuenta euros porque estés doce horas. Te voy a dar cincuenta euros porque estés ocho y si estás doce te pagaré las horas extras. No me aprovecharé de ti. No me aprovecharé ni siquiera en las horas".

Después pasó a comentar el alojamiento digno para los temporeros. "Si te tengo que dar vivienda, te la daré en un sitio donde yo me pueda ir a vivir. No digo el hotel Hilton, pero ni mucho menos un sitio donde no viviría ni yo ni mis hijos. En ese tema de la vivienda a veces, bueno pues... 'sí, total, son rumanos'. Son personas y merecen su dignidad", insistió.

Por último, pidió cuidar la legalidad. "Se les da de alta y se hace que esas personas tengan sus derechos sociales. Si eso no lo tenemos claro, aunque luego nos demos golpes de pecho y todas esas cosas [religiosas], el jornal escatimado al pobre o los derechos escatimados al pobre, Dios no los olvida nunca. Porque es aprovecharte del más débil".

Uno de los cuatro pecados que claman al cielo

Aquí, sin especificarlo, el párroco estaba refiriéndose a uno de los tradicionales "cuatro pecados que claman al cielo", el que dice "el que defrauda el jornal al jornalero", tema del que habla la Biblia en Eclesiástico 34,27 ("el que defrauda el jornal al jornalero") y en Santiago 5,4 ("ya clama el jornal sustraído por vosotros a los trabajadores que segaron vuestros campos, y el clamor de los segadores ha penetrado en los oídos del Señor").

Con esos tres puntos muy concretos, su vídeo se divulgó y mucha gente lo aprobó en redes, incluso en el canal YouTube del diario más bien anticatólico El País. Otros comentaron que si en vez de hablar a empresarios del campo sobre temporeros (que no son muchos) hablara a familias de ciudad que emplean trabajadores para tareas domésticas (que son más, y más diversas) quizá no le habrían aplaudido tantos. 

Además, el párroco animaba a hacer presión social sobre los explotadores. "Debemos tenerlo claro, incluso si alguna vez nos enteramos de alguien que hace eso. 'Se te tenía que caer la cara de vergüenza'. Decídselo con esas palabras. Nadie debe aprovecharse del débil. Esto debemos tenerlo muy claro, no por ser cristianos sino por dignidad. Toda persona rica o pobre tiene su dignidad y nosotros debemos defenderla. Ser generosos, que Dios os premiará".

La Iglesia de Ciudad Real, muy atenta a los temporeros

El tema de los temporeros es seguido de cerca por la Iglesia de Ciudad Real, especialmente a través de Cáritas Diocesana.

En 2024, Cáritas Diocesana de Ciudad Real atendió, de distintas maneras, a unos mil temporeros. Los temporeros casi siempre son extranjeros. Durante años, solían ser profesionales veteranos, con experiencia, que van de campaña en campaña, siguiendo una serie de rutas según las cosechas y temporadas, para volver a sus casas (en Europa del Este, Norte de África u otros países) al acabar la campaña. Pero recientemente aumentó el número de migrantes sin casa, que buscan afincarse, buscan un hogar, y ven el campo como una opción. En Cáritas, casi un tercio de temporeros atendidos son mujeres: ellas cada vez son más. Y casi la mitad de los que pasan por Cáritas están en una situación administrativa irregular.

Lo peor: la infravivienda y hacinamiento

Su mayor problema, dicen siempre, es la infravivienda y el hacinamiento. Es también lo más indignante. Cáritas, en sus campañas diocesanas pide "garantizar un salario justo, jornadas razonables y un entorno que respete los derechos fundamentales".

Cada año, Cáritas Diocesana hace una campaña sobre la situación de los temporeros, presta atención al tema y avisa de bandas explotadoras

Cada año, Cáritas Diocesana hace una campaña sobre la situación de los temporeros, presta atención al tema y avisa de bandas explotadorascáritas diocesana de ciudad real

Cáritas hace tareas de mediación y ayuda a algunos temporeros a encontrar trabajos. Pero constata que "sin papeles", muchos se ven aceptando precios y condiciones indignas. Cáritas avisa además de que existen "varias bandas organizadas que se encargan de captar personas para trabajar en el campo y se llevan a trabajar personas sin documentación regularizada, lo que les permite abusar de su vulnerabilidad". A menudo, los explotadores son sus propios compatriotas, que se quedan parte de su sueldo.

Cáritas Diocesana de Ciudad Real en 2024 firmó un convenio de colaboración con la Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores para servir de puente entre agricultores y trabajadores del campo. 

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