«Dar un paso atrás y darte cuenta de las bendiciones que Dios te ha dado»
El verano, tiempo propicio para hacer una auditoria de tu vida: cómo establecer metas espirituales
La vida es un camino en el que se dan momentos de difícil subida, otros de reconfortante bajada y también de tramos tranquilos por los valles. Todos los seres humanos pasan por esto: momentos de sufrimientos que parecen no tener fin y otros de paz…
Como viajero que es, el hombre sube a los picos y se adentra en los valles de esta vida para encontrar el camino hacia el gozo eterno. El problema es que debido a lo frenético de la vida es difícil saber dónde se está.
Por eso el escritor y autor católico TJ Burdick considera tan importante que cada uno “audite” su vida.
“Auditar tu vida te da poder sobre tu futuro colocándote firmemente sobre los cimientos de tu estado actual. Ordena tus prioridades y te fundamenta en la realidad de lo que eres capaz de hacer ahora mismo para llegar a donde quieres estar”, explica.
En su opinión, una buena auditoria de vida ayuda a lo siguiente:
-Ayuda a controlar tu salud mental y física.
-Mantiene las relaciones positivas mientras mantiene a raya las negativas.
-Proporciona un camino hacia una mejor estabilidad económica.
-Construye la base para poder perseguir objetivos mientras permite buscar la felicidad en el trabajo.
-Lo más importante, acerca a Dios a través de puntos de control espirituales.
Según explica Burdick en Catholic Exchange, la mejor parte para que cada uno audite su vida es que es fácil de hacer. Sólo se necesita un papel, un lápiz y al menos una hora de silencio.
Este autor asegura que en este proceso hay que crear tres columnas en la hoja: una con “lo positivo”, otra con “los indiferentes” y la tercera con “lo negativo”.
TJ Burdick es escritor y autor de artículos de temática religiosa.
A continuación, este escritor asegura que pasa un buen rato enfocándose en las cosas positivas que han sucedido en su vida desde su última auditoría. Él pone algunos ejemplos: ha pasado más tiempo con su esposa, ha podido leer todos los días con sus hijos, está escribiendo un libro y su horario diario no es especialmente estresante.
Después se toma otro tiempo para pensar en las cosas de su vida que ha dejado en un segundo plano, cosas que no le hacen sentir de una forma u otra, pero que, sin embargo, son importantes para su vida.
Finalmente, se debe abordar con total honestidad las cosas que le preocupan, le estresan e incluso le impiden dormir algunas noches. Esto aparecía en su lista: tiempo de oración inconsistente, una deuda de un préstamo, no conseguir tiempo para ayudar a los pobres, el miedo a no sacar horas para otro trabajo en el que se ha embarcado…
“Mis listas suelen tener un mínimo de 10 cosas en cada columna. Cuando termino, puedo ver visualmente si mi estado actual es positivo, negativo o indiferente. Si hay más cosas en la columna positiva, mi vida va bastante bien. Si hay más líneas llenas en la columna negativa, necesito averiguar cómo cambiarlas al otro lado”, asegura.
Para cerrar la auditoria, Burdick hace tres cosas:
-Da gracias a Dios por todos los aspectos de su vida que ha puesto en la columna de lo positivo y reza para poder mantenerlos sin darlos por sentado.
-Pide a Dios que le ayude con los aspectos con los que está luchando en ese momento.
-Escribe dos o tres líneas de acción para realizar durante los siguientes tres meses para cambiar alguno de los aspectos negativos y convertirlos en positivos.
Los pasos de acción que él planteó en su última auditoria pasaban por rezar diariamente al menos una de las oraciones del Oficio Divino y madrugar más una vez a la semana para avanzar en la escritura.
“Puedes ver –señala- que uno de los aspectos negativos en los que quiero enfocarme es la falta de consistencia en mi vida de oración. Si tengo éxito con mi paso de acción, es probable que esas oraciones traigan muchas otras cosas de mi lista a la columna positiva porque cuando la oración es una prioridad, estoy más dispuesto a aceptar cualquier cosa que se me presente, ya sea negativa o positiva”.
En sus consejos para auditar la vida, el autor pide realizar una cada tres meses. Y además, antes de realizarla no hay que mirar las anteriores para que no influyan a la hora de rellenar las distintas columnas.
Por ello, recalca: “Independientemente de dónde te encuentres en la ondulación de la vida, en la cima de un pico o en las profundidades del valle, auditar tu vida te ayudará a dar un paso atrás y darte cuenta de las bendiciones que Dios te ha dado y el trabajo que puedes hacer para construir tu futuro”.