Religión en Libertad

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Hay días que parece que no pueden estar mejor preparados. Cuando uno lo descubre se da cuenta y reconoce que no hay duda alguna para afirmar que la providencia divina siempre nos sorprende. Vivimos momentos de nuestra existencia que nos desconciertan porque se manifiesta de tal manera el poder de Dios y sobre todo su amor a los hombres, que uno no puede dejar de levantar la mirada al cielo y dar muchas gracias a Dios. Gracias a Dios y también a los santos que ha puesto en nuestro camino. Pues bien, uno de esos días de asombro y gratitud plena es el pasado 17 de mayo.

Toda la iglesia tiene la mirada puesta en el nuevo Papa, León XIV, que comienza su pontificado al día siguiente, pero lo que más sorprende y pasa desapercibido para muchos es que se cumplen 100 años de la canonización de Santa Teresita. Una santa que nos muestra con su vida y sus escritos que nada hay mejor que vivir unidos a Jesús Eucaristía. Es su Esposo, al que ha entregado su vida y el que llena todo su ser. Vivir una vida de fe auténtica, hasta el final como ella, es la invitación que nos deja. Si nos acercamos a su famoso poema, “Vivir de amor”, nos encontramos con el fundamento de su vida:

“Vivir de amor vivir es de tu vida,

glorioso Rey, delicia de los santos.

Por mí vives oculto en una hostia,

¡por ti quiero esconderme en el sagrario!

Soledad necesitan los amantes,

siempre estar corazón con corazón.

Me hace feliz tan solo tu mirada…”

Así me levanto por la mañana, con este gozo y alegría de celebrar dicho aniversario, dando muchas gracias a Dios por todo lo que Santa Teresita ha hecho en mi vida. Me ha acompañado para seguir dando pasos en mi vocación de carmelita descalzo además de ayudar a otros a ser felices. Así lo dejo reflejado en un libro que nace de mi reencuentro con Teresita, “Historia de una vocación. Soy feliz y estoy aquí”.

El día avanza y a las 11 la basílica del Pilar acoge la misa solemne de acción de gracias de la Obra Misionera de Jesús y María porque la esperanza ha llegado a su culmen. Se ha recuperado y se inaugura la restauración de la buhardilla donde su fundadora, la Beata María Pilar Izquierdo, vive durante 10 años largos enferma, paralítica y ciega. Allí se cura milagrosamente al recibir la comunión el 8 de diciembre de 1939 tras concluir la misa celebrada en su habitación en dicha buhardilla. Es una auténtica reliquia que nos ayuda a seguir dejándonos sorprender por Dios al ver que los milagros son siempre puertas a nuevas gracias. Dios obra maravillas para bien de sus hijos. Y en este caso, la curación milagrosa de Madre Pilar, vivida con esperanza plena, es la puerta que le abre a la fundación de la Obra que nace en esa buhardilla en medio de mucho sufrimiento y enfermedad. Según pasan los meses y los años allí, en lo escondido, María Pilar prepara ese rebañico que será el comienzo de la Obra Misionera.

Es bueno que lo revivamos. Así lo hacemos los que tenemos la gran dicha de ser los primeros en visitar este lugar de oración y santificación unido totalmente a la eucaristía. Esta buhardilla se puede visitar en la Avenida Cesar Augusto nº 70. Hagamos un viaje en el tiempo para ver cómo Jesús Eucaristía sana de igual manera que cuando paseaba por los contornos del lago de Tiberíades o por el Templo de Jerusalén:

“El día ocho, al recibir a Jesús, lo primero que sentí fue el oído y como un hormigueo por todo mi cuerpo como si tuviera electricidad […] Al terminar la misa, D. Lorenzo me dijo: Hija mía, abre los ojos y saca las manos. Así lo hice, y todos los que había allí presentes pudieron comprobar todavía cómo iba desapareciendo la carne de los quistes. Recuerdo que les oí decir esto: Mirad cómo van desapareciendo los quistes y cómo van llenándose de carne los dedos, brazos, etc. porque los tenía esqueléticos” (Relato de la curación de Madre Pilar).

Y por si esto fuera poco, para terminar la jornada, me uno a la Adoración Nocturna en los actos preparatorios al 150º aniversario de la fundación en España. Tenemos dos charlas sobre el fundador, el Venerable Luis de Trelles, y su obra; después rezamos el rosario que da paso a la vigilia en la basílica del Pilar. Celebrar la misa, rezar vísperas y el oficio de lectura y después la adoración en silencio en mitad de la noche, unido a adoradores de unos treinta lugares de España, es todo un gozo que ensancha el corazón y se llena de júbilo cuando comienza la procesión eucarística que cierra el encuentro en puro amor de los adoradores nocturnos de España; esos que buscan el amor de Dios sobre todo de noche, como lo dice con suma claridad el fundador: “No puede haber ocupación mejor, ni que más bien responda a la vocación del cristiano que la de adorar a Cristo Eucaristía de día y de noche”.

La vida de Luis de Trelles, un hombre que entrega todo por amor a Dios y a los hombres, es un puro anhelo de reciprocidad del amor de Cristo hacia nosotros. Leamos sus enjundiosos artículos en la “Lámpara del Santuario”. Entonces descubriremos lo que es capaz de escribir un laico, lleno de amor a Dios y abierto al amor que mana de la presencia real de Cristo en la Eucaristía, cuando lo adora expuesto en una custodia a lo largo de tantas noches… Dios nos ama y nosotros amamos a Dios presente en la Eucaristía. Esa vivencia íntima y al mismo tiempo compartida, la lleva hasta límites insospechados. Su corazón, que busca la libertad de los presos en las guerras carlistas, llega hasta lo profundo del sagrario, donde Cristo se encuentra preso por amor:

“Sí, Dios mío, vos estáis preso por amor en la Hostia consagrada… Preso por amor por tal de comunicaros dulce e íntimamente a los que lo merecen, sois el consuelo y el amparo de los que están encerrados por orden de los tribunales. ¿Quién no se consolará en una detención e incomunicación… recordando que todo un Dios está espontáneamente encerrado y por amor a los hombres?”.

Al terminar la jornada me doy cuenta que todo va unido. Cada momento del día y encuentro directo ya sea con una santa, una beata o un venerable es para saber que lo importante es trabajar las virtudes. Unamos todo, la fe de Teresita en su Esposo, la esperanza de la Beata María Pilar Izquierdo en la curación física y la caridad en acto del Venerable Luis de Trelles. ¿Dónde cultivan estas virtudes sino en la eucaristía como alimento de su alma, sanción de dura enfermedad y adoración al Amor de los amores?

Vayamos por donde vayamos, los santos salen a nuestro encuentro y nos muestran que no hay mejor camino de santidad que vivir unidos a Jesús Eucaristía. Y para muestra queda lo vivido en Zaragoza el 17 de mayo de 2025, una comunión con tres “santos” que con su vida y sus obras nos muestran que la eucaristía es la fuente de la santidad.

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