Sin descanso. Comentario para matrimonios: Matero 11, 16-19
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Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 16-19
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«¿A quién compararé esta generación?
Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo:
“Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».
Sin descanso.
La paciencia del Señor es infinita. Él siempre está llamándonos, sin descanso, pidiéndonos nuestro Sí para que pueda hacer en nosotros. Sin embargo, nosotros hacemos caso omiso, porque nos falta fe y porque nos empeñamos en hacer nuestra voluntad.
Lo mismo ocurre con nuestro esposo, nos empeñamos en tener la razón, y además, nos falta fe porque no terminamos de creer que nuestro esposo es una mediación para llevarnos al Señor. Forma parte del plan que Dios, un plan precioso en el que nosotros tenemos que despojarnos de nuestros criterios para entregárselos al Señor y que sea Él quien haga su obra en nosotros y en nuestro matrimonio.
Aterrizado a la vida Matrimonial:
Carlos: ¿Sabes qué, Almu? Desde que fuimos al retiro de Proyecto Amor Conyugal no te veo igual. He pasado de verte como alguien que en ocasiones me estorbaba, a verte como la persona que Dios me ha puesto a mi lado para que lleguemos a Él, por pura gracia.
Almudena: La verdad es que sí, Carlos, a mí me pasa algo parecido. Pero además ya sé que tengo que despojarme de mis criterios si quiero estar en comunión contigo y con el Señor. Perdóname por todo este tiempo que he querido imponerme y no te he valorado lo suficiente, aún sabiendo que eres mediación para llegar a Dios.
Carlos: No Almu, perdóname tú a mí. Porque sé que hay veces que fallo. Menos mal que el Señor me llama una y otra vez a creer más en Él, para que pongamos nuestro matrimonio en sus manos y nos unamos a Él a través de nuestro sacramento.
Madre,
Tú que eres mediadora de todas las gracias, ayúdanos a tener más fe para poder acercarnos a Él. ¡Alabado sea el Señor!