El equilibrio es lo que nos permite vivir con esperanza

No debe uno estar tan libre de ocupaciones que no piense en medio de su mismo ocio en la utilidad del prójimo, ni tan ocupado que ya no busque la contemplación de Dios  🔹San Agustín. La Ciudad de Dios (19, 19)🔹

▶️ En el contexto de la Espiritualidad Católica: Esta frase de Agustín nos presenta un equilibrio delicado y esencial en la vida cristiana. Nos invita a evitar dos extremos peligrosos: la inactividad egoísta y el activismo desmedido que nos aleja de Dios. Nos revela la necesidad de un equilibrio vital entre la acción y la contemplación, entre el servicio al prójimo y la búsqueda de Dios. No se trata de elegir uno u otro, sino de integrarlos en nuestra vida de manera armoniosa.

La verdadera espiritualidad se manifiesta tanto en nuestras obras como en nuestra oración. El servicio al prójimo es una expresión concreta de nuestro amor a Dios, mientras que la contemplación de Dios es la fuente que nutre y da sentido a nuestro servicio. La frase también nos recuerda la importancia de la intencionalidad. No debemos simplemente dejarnos llevar por las circunstancias, sino que debemos elegir conscientemente cómo empleamos nuestro tiempo y energía. Debemos buscar activamente oportunidades para servir a los demás y para conectarnos con Dios.

San Agustín también nos advierte contra la trampa de la ociosidad egoísta. No se trata de demonizar el descanso o el tiempo libre, sino de señalar que incluso en esos momentos de relajación, no debemos olvidarnos de las necesidades de los demás. El "ocio" no debe ser sinónimo de indiferencia o falta de preocupación por el prójimo. La "utilidad del prójimo" se refiere a buscar activamente formas de ayudar a los demás, de contribuir a su bienestar, ya sea material, emocional o espiritual. Incluso en nuestro tiempo libre, podemos encontrar oportunidades para ser útiles, para ofrecer una palabra de aliento, una ayuda práctica o una oración.

En el otro extremo, San Agustín nos previene contra el activismo frenético que nos impide conectar con Dios. Estar "tan ocupado" significa estar tan inmerso en nuestras actividades, responsabilidades y preocupaciones que nos olvidamos de alimentar nuestra relación con lo divino. La "contemplación de Dios" se refiere a la oración, la meditación, la lectura de las Escrituras, la reflexión personal y cualquier otra práctica que nos permita acercarnos a Dios y escuchar su voz. Si estamos constantemente ocupados, sin tiempo para la oración y la reflexión, corremos el riesgo de perder nuestra conexión con la fuente de nuestra fuerza y sabiduría.

▶️ En el contexto de la evangelización digital. Esta frase refleja la búsqueda de la santidad a través del equilibrio entre la oración y la acción, un tema central en la espiritualidad cristiana. Lo importante es transmitir esto a las personas con las que interactuemos en las redes sociales. Podemos compartir oraciones y si es posible, indicar que la fe no termina en rezar, sino que comienza justo ahí. En un mundo lleno de distracciones y exigencias, podemos recordar a otros la importancia de encontrar un equilibrio entre la acción y la contemplación, para vivir una vida plena y significativa. Como hashtag proponemos: #DiosNosLibera.

▶️ Preguntas para reflexionar: ¿Cómo estamos equilibrando el servicio al prójimo y la contemplación de Dios en nuestra vida? ¿Estamos cayendo en la trampa de la ociosidad egoísta o el activismo frenético? ¿Estamos siendo intencionales en la búsqueda de oportunidades para servir a los demás y para conectarnos con Dios? ¿Estamos dedicando suficiente tiempo a la oración y la reflexión? ¿Estamos buscando activamente formas de servir a la Voluntad de Dios?

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