Construidos sobre Roca de Vida

Si quien ama a Dios habita con Dios en el cielo, quien ama al mundo habita en el mundo con el príncipe del mundo (San Agustín. Sermón 174, 4)

▶️En el contexto de la Espiritualidad Católica: San Agustín nos plantea una disyuntiva fundamental sobre dónde tenemos los cimientos de la casa espiritual, que es nuestra alma. Como en la parábola, podemos tener la casa cimentada en arena o en Roca. No es una simple cuestión geográfica, sino una cuestión de lealtad, de enfoque, y de destino.

El amor a Dios no es un sentimiento o emoción humana. El amor a Dios es acción movida por la Voluntad de Dios, que se alimenta de la Gracia. Amar a Dios implica buscar Su voluntad, vivir según Sus mandamientos, y orientar nuestros deseos y acciones hacia Él. Este amor nos eleva, nos une a la divinidad, y nos permite reflejar la presencia de Dios por medio de la Imagen que todos llevamos impresa en nuestro ser. El "cielo" aquí no se refiere necesariamente a un lugar, sino a un estado de del ser/alma, una comunión con Dios que comienza aquí en la Tierra y se perfecciona en la eternidad. Es un estado de paz, de gozo, y de plenitud que sólo se encuentra en la presencia de Dios.

El "mundo" se refiere a la mentalidad mundana, a los valores opuestos a los de Dios: la búsqueda desenfrenada del placer, el poder, la riqueza, el egoísmo, la vanidad, el materialismo. Amar al mundo en este sentido, implica darle prioridad a estas cosas sobre Dios. El "príncipe del mundo" es una referencia al error y al enemigo. El enemigo que es el instigador de la tentación y fuente de sufrimiento y dolor. Al amar al mundo, nos sometemos a su influencia, nos alejamos de Dios y nos condenamos a una vida de vacío, de frustración, y de sufrimiento. Esta "habitación en el mundo" es una prisión, una esclavitud a los deseos egoístas y a las falsas promesas.

▶️ En el contexto de la evangelización digital, esta frase nos recuerda que debemos mostrar cómo es la verdadera vida cristiana en las redes sociales. Debemos evitar promover contenidos que sean contrarios a los valores del Evangelio. Debemos utilizar las redes sociales para anunciar el amor de Dios y señalar su presencia entre nosotros. Debemos ser conscientes de que Dios nos usa como herramienta para mostrarse al mundo.

Como hashtag, podemos proponer #ConstruidossobreRocaDeVida, porque sólo podemos ir adelante si andamos un camino sólido y no una ciénaga de deseos y egoísmos.

▶️ Preguntas para reflexionar: ¿A quién amamos realmente? ¿A Dios, a nuestros placeres o al mundo? ¿Dónde reside nuestro ser? ¿En el cielo o en la Tierra? ¿Qué acciones concretas podemos tomar para amar más a Dios y menos al mundo? ¿Cómo podemos ser testigos de la presencia y amor de Dios en las redes sociales?

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