Sea tu Voluntad Señor, hemos visto los signos.
Buscar el Signo que es Cristo
En la actualidad, nuestra vida está llena de eslóganes; frases atractivas que nos distraen lo fundamental. Estas llamadas hacen que perdamos de vista lo sustancial y nos quedemos con lo adecuado. Hacen que miremos a otra parte diferente a Cristo. ¿Un ejemplo? En la misma Iglesia, tenemos grupos contrapuestos en constante lucha para buscar la preponderancia de sus ideas y formas. Se habla mucho de comunidad, pero no se concreta qué es y cómo debemos vivir en ella. Algunas veces es un estado de bienestar social. Otras es una estructura de presencia pasiva e indiferente. ¿Es esto lo que quiere Cristo cuando ora diciendo? "Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti" (Jn 17, 21). ¿Qué es lo que buscamos y cómo buscamos a Cristo? En el Evangelio de este pasado lunes de la tercera semana de Pascua, tenemos una lectura evangélica muy interesante. En ella Cristo nos dice:
¿Para qué buscamos a Cristo? Porque a veces nos llegamos a darnos cuenta de la importancia de esta búsqueda. Seguir las pisadas de Cristo es buscarle. Cristo es Camino, Verdad y Vida, nadie llega al Padre si no es a través de Él (Jn 14,6). Cristo vivió su vida siendo un signo de la presencia de Dios entre nosotros. ¿Cómo fue llamado el Señor? Emmanuel: Dios con nosotros (Mt 1, 23). Cuando ascendió a los cielos, nos legó la misión de ser signos de Dios en el mundo, proclamando el Evangelio a toda criatura y nación. Pero, los signos de Dios nunca han sido especialmente bien recibidos por el mundo. Al mundo los odia y rechaza. Al mundo le interesa aquello que le hace más fuerte y capaz de dominar a los seres humanos. Por eso el mundo acepta el pan físico de la filantropía y es terriblemente intolerante con el pan espiritual de la trascendencia.
Sin duda, el milagro de la multiplicación de los fue un sacramento. Fue un signo de Dios que evidencia su presencia y trascendencia. Tras el milagro, llegó el sermón de la Montaña, donde señaló puntos tan importantes como quién puede ver a Dios y la bienaventuranza para quienes le sigan, aunque sean perseguidos. Hoy en día se nos persigue de muchas formas. En los países occidentales se nos persigue con la indiferencia y el desprecio. En otros países, la persecución en más dura, matanzas y cárcel. En este sentido, el mundo no ha cambiado mucho desde el siglo I.
Cristo nos indica que lo importante es el pan espiritual. El poder, la adoración humana y el egoísmo, no nos llevarán muy lejo. Cristo no deseaba ser un rey humano, sino el Rey espiritual de nuestro ser: "Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo" (Jn 6, 15). Volvamos a la pregunta inicial, ¿Para qué buscamos a Cristo? Quizás buscamos generar aspectos sociales o egoístas. Quizás buscamos ser un líder político que se imponga nuestras ideologías. Temo que ese no es el Camino que Cristo señala. Cristo señala la Puerta es estrecha, nunca ancha y sencilla de traspasar. Los signos, que San Agustín indica, son lo esencial. El pan físico y el poder político, no dejan de tener su importancia en el mundo, pero no es lo que nos llevará convertirnos y creer realmente en el Evangelio. Esta es realmente la Nueva Evangelización que tanto necesitamos.