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Exclusión social en España: Un problema que afecta a todos

Natalia Peio Pérez, de Cáritas, analiza las causas y soluciones para revertir la tendencia

Presentación del IX Informe Foessa por parte de Natalia Peiro y Raúl Flores. (Foto : Fundación Foessa)

Presentación del IX Informe Foessa por parte de Natalia Peiro y Raúl Flores. (Foto : Fundación Foessa)

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La pobreza y la exclusión social son problemas que afectan a millones de personas en España. Según el informe Foessa, 4,3 millones de personas se encuentran en situación de exclusión severa, un 52% más que en 2007. Natalia Peio Pérez, Secretaria General de Cáritas Española, analiza en esta entrevista las causas de este aumento y propone medidas urgentes para revertir la tendencia.

-Natalia, ¿a qué se debe el aumento de la exclusión social en España?

-El fuerte aumento de la exclusión se explica, sobre todo, por la precariedad laboral y las dificultades de acceso a la vivienda. Hoy uno de cada cuatro hogares sufre algún problema residencial y casi la mitad de la población activa vive con algún tipo de inseguridad laboral. El empleo ha dejado de ser garantía de integración y la vivienda se ha convertido en un bien inaccesible para amplias capas sociales. Revertir esta tendencia exige políticas estructurales: un empleo digno, un parque amplio de vivienda social en alquiler, y también, unos servicios públicos capaces de acompañar a las personas y fortalecer la cohesión comunitaria y la inclusión.

-¿Cómo abordar el problema de la vivienda para evitar la pobreza?

-Durante años hemos tratado la vivienda como un bien de inversión y no como el derecho social que realmente es. Esa lógica ha incrementado el precio del acceso a la vivienda a unos niveles inalcanzables para muchos: uno de cada cuatro hogares sufre exclusión residencial y el 45% de las personas que alquilan a precio de mercado está en riesgo de pobreza. Revertir esta tendencia exige un cambio profundo: ampliar con urgencia el parque público de vivienda social en alquiler asequible y regular el mercado incentivando fiscalmente el alquiler o la contención de subidas abusivas de precios. Son necesarias muchas medidas a todos los niveles para garantizar que nadie quede fuera de una vida digna por no poder pagar un techo.

-Se menciona que acceder a un empleo ya no salva de la pobreza. ¿Qué políticas laborales se necesitan para garantizar un salario digno?

-Las mejoras del Salario Mínimo o la reducción de la temporalidad son pasos positivos, y es necesario avanzar en esa línea. Pero hoy trabajar ya no garantiza salir de la pobreza porque casi la mitad de la población activa vive en la precariedad y 1 de cada 10 trabajadores está en exclusión. Necesitamos políticas que vayan más allá del empleo: erradicar la precariedad, generar empleos verdes y de cuidados, y dignificar los salarios de estos trabajos esenciales para el sostenimiento de la vida. Y, junto a ello, contener los gastos de las familias —especialmente en vivienda— para que el esfuerzo laboral se traduzca en verdadera seguridad y bienestar.

-El estudio desmonta el cliché de que las personas en situación de exclusión prefieren no trabajar y vivir de las subvenciones. ¿Cómo cambiar la percepción errónea sobre la pobreza?

-Hay dos mitos que debemos romper. El primero, que la pobreza es fruto de la falta de esfuerzo: en España la cuna marca más que el mérito, y el origen familiar sigue condicionando las oportunidades de los niños a lo largo de su vida. El segundo, que las personas en exclusión no hacen nada por cambiar su situación. Los datos del IX Informe FOESSA lo desmienten: tres de cada cuatro hogares en exclusión severa activan estrategias de inclusión —trabajan, se forman o buscan empleo—, pero chocan con barreras estructurales. No fallan las personas, falla el sistema.

»Para cambiar esta mirada necesitamos vernos en el otro, sentir su dolor como propio y reconstruir comunidad. Solo desde la empatía y el reconocimiento mutuo podremos romper la indiferencia y fortalecer los lazos que hacen posible una sociedad verdaderamente inclusiva.

-La población migrante es una de las más afectadas por la exclusión. ¿Qué medidas tomar para integrar a los migrantes?

-La política migratoria debe centrarse en la inclusión y ser verdaderamente integral, abordando no solo el empleo, sino también la vivienda, la salud y la participación social. La falta de documentación es uno de los mayores recortes de derechos que puede sufrir una persona, porque la deja fuera de la ciudadanía y de la vida en común. Por eso hemos impulsado una Iniciativa Legislativa Popular para regularizar a quienes ya viven entre nosotros, trabajan, cuidan y forman parte de nuestra sociedad.

-El informe destaca la importancia del "colchón familiar" y la comunidad para evitar la exclusión, pero también señala que esta red se está debilitando. ¿Cómo fortalecer la comunidad y la solidaridad?

-Fortalecer la comunidad pasa por recuperar la mirada hacia el otro, reconocerlo y sentirlo como parte de un “nosotros”. El IX Informe FOESSA muestra que las relaciones son un eje central de inclusión: cuando se tejen vínculos, la exclusión se vuelve reversible. Necesitamos políticas que refuercen la familia, la redes vecinales, los espacios de encuentro y la corresponsabilidad entre Estado, mercado, familia y comunidad. La salida a los problemas globales solo puede ser colectiva, desde una ética del cuidado y de la interdependencia.

- Finalmente, ¿qué mensaje transmitir sobre la exclusión social?

-La pobreza no es un problema de los pobres, sino un síntoma del modelo social que construimos entre todos. En las últimas crisis hemos avanzado sin mirar atrás, dejando a muchos fuera del camino. El IX Informe FOESSA muestra que las clases medias se estrechan y la desigualdad crece: las dificultades alcanzan cada vez a más personas. Abordar la exclusión de forma integral significa asumir que solo una sociedad que cuida de todos puede sostenerse a sí misma.

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