Disfrutar también cabe en el lenguaje cristiano
A veces, reducimos la fe a los momentos tristes o de prueba, pero se nos olvida que disfrutar también cabe en el lenguaje cristiano. Hay muchos pasajes en los que vemos a Jesús disfrutando, por ejemplo, a orillas del mar o en casa de sus amigos en Betania, porque era su manera de ser y estar agradecido con el Padre. Si no somos capaces de disfrutar las cosas sanas de la vida no estamos viviendo bien nuestra fe. Es un buen criterio de evaluación, pues cuando confiamos y vamos caminando con Jesús se vuelve más fácil disfrutar. Esto no significa estar libre de problemas, sino de saber gestionarlos de manera que no echen a perder los buenos momentos que también son una realidad.
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