Martín Ibarra: las visitas de obispos a Torreciudad (2)

[Mario Tagliaferri, nuncio en España, VIII-1990]

MOTIVO DE LAS VISITAS

Son diferentes los motivos que han impulsado a los obispos europeos a viajar hasta este santuario oscense. Vamos a enumerar los principales.

El primero de ellos, quizá el más importante, es el de participar en ceremonias de ordenación de diáconos o sacerdotes. Lo han hecho el cardenal König de Viena (1978), el cardenal Höffner de Colonia, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (1979), el cardenal Oddi, prefecto del Clero (1980), el cardenal Etchegaray de Marsella, presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (1981), Mario Tagliaferri, nuncio apostólico en España (1990), el obispo de Leiría-Fátima Cosme de Amaral (1991), el obispo prelado del Opus Dei Álvaro del Portillo (1991, 1992, 1993), el obispo de la curia romana Julián Herránz, secretario del Consejo Pontificio de interpretación de los textos litúrgicos (1994) y el obispo prelado del Opus Dei Javier Echevarría (1995-2006).

Estas ceremonias tienen un amplio eco, no solo en España, sino en las naciones de procedencia. Veamos dos ejemplos, el primero del cardenal arzobispo de Viena, que ordenó a sesenta sacerdotes del Opus Dei. Así lo recogía la prensa austriaca: «Wiener Kardinal fährt doch zum Papstbegräbnis. In dieser Wallfahrtskirche “Unseren Lieben Frau von den Engeln” zu Torreciudad wird Kardinal König Dienstag 60 Neupriester weihen»^[1].

[Cardenal Etchegaray, arzobispo de Marsella, VIII-1981]

El segundo ejemplo es el de la ordenación de sacerdotes realizada por el cardenal arzobispo de Marsella, Roger Etchegaray. «Le Cardinal Etchegaray: c’est le beau temps pour etre chretien. “Je vous confie l’Evangile du Christ Jésus. Ce n’est pas un livre en bandes dessinées, mais un livre de l’Esprit qui fait toutes choses nouvelles, un livre écrit en caractères de sang, du sang de l’Agneau sans tache qui fait les martyrs et les témoins du Ressuscité»^[2].

[Lajos Kada, nuncio en España, IX-1997]

El segundo motivo es el de la participación en la Jornada Mariana de la Familia, que se comenzó en el año 1989 y ha contado con el apoyo decidido de la Santa Sede y de numerosos prelados de todo el mundo. En cada edición se ha leído un mensaje de S. S. Juan Pablo II, subrayando la universalidad y participación de la convocatoria. Esta Jornada la inauguró el nuncio apostólico en España Mario Tagliaferri (1989), habiendo participado en la misma igualmente, los nuncios Lajos Kada (1997) y Monteiro de Castro (2003). También se ha contado con la participación del cardenal Edouard Gagnon, presidente de los Congresos Eucarísticos Internacionales (1992), del obispo prelado del Opus Dei Javier Echevarría (1994, 1999, 2004) y del cardenal López Trujillo, presidente del Consejo Pontificio para la Familia (1995).

[Cardenal Rouco Varela, arzobispo de Madrid, IX-1998]

El tercer motivo es el de las peregrinaciones. Las hay muy variadas, de pocas personas, o multitudinarias. Muchos de ellos han venido recorriendo la Ruta Mariana. Otros, acompañando una imagen de la Virgen. Este es el caso ya citado, del arzobispo de Braga Dias Nogueira y de los obispos de Leiria-Fátima y de Braganza. Veamos cómo recogió la prensa portuguesa y brasileña esa peregrinación: «Cerimónia Mariana com bispos portugueses. O Arcebispo de Braga, D. Eurico Dias Nogueira, e os Bispos de Leiria-Fatima, D. Alberto Cosme do Amaral, e o de Bragança, D. António Rafael, presidiram à peregrinaçâo internacional que levou a imagen peregrina de Nossa Senhora de Fátima ao Santuário de Torreciudad, situado a 150 km de Saragoça, pròximo dos Pirinéus»^[3].

En este grupo podemos incluir también a los que han hecho unos días de retiro espiritual, como el obispo auxiliar de Paderborn (2000), los que simplemente han celebrado la santa Misa o los que han bautizado a algún adulto, como monseñor Ragonesi obispo auxiliar de Roma (1977). Algunas de estas visitas quedan reflejadas en notas de prensa, como la visita privada del cardenal Felici:

«El pasado sábado 9 de octubre vino al Santuario, en visita privada, el cardenal Pericles Felici, presidente de la Comisión Pontifica para la reforma del Código de Derecho Canónico, y que fue secretario general del Concilio Vaticano II. Ofició la santa misa en el altar mayor y dirigió una breve homilía a los fieles que llenaban el templo. A continuación hizo una detenida visita a la Cripta de confesonarios y a las Galerías del Rosario. Poco antes de las cinco de la tarde siguió viaje a Pamplona»^[4].

[Stefan Barela, obispo de Czestochowa, X-1979]

Una de las peregrinaciones más llamativas es la de los cincuenta y un sacerdotes y tres obispos polacos, además de otros fieles y religiosos polacos, en octubre de 1979. Llegaron por la mañana, procedentes de Zaragoza, donde asistían a los Congresos Mariano y Mariológico. A un kilómetro del santuario, se bajaron de los autobuses y continuaron a pie, rezando el santo rosario, alternando con cantos a «Santa María, Reina de Polonia». A las doce comenzaron la santa misa, presidida por el obispo de Czestochowa Stefan Barela. En la homilía, se refirió al amor de Polonia por la Santísima Virgen, amor que ha sido una constante en san Juan Pablo II.

Los cambios políticos facilitan la llegada de grupos procedentes de la antigua Alemania oriental. En abril de 1999 lo hizo el cardenal arzobispo de Berlín Georg Maximilian Sterzinsky.

[1] Salzburger Nachrichten, 12-VIII-1978.

[2] Le Courrier d’Aix 12-IX-1981.

[3] O Dia, 13-X-1984. Cfr. O primeiro de Janeiro, 7-X-1984; Voz da Fátima, 13-XI-1984; A voz do Domingo, 15-IX-1991.

[4] El Noticiero, 19-X-1976.