Tu Matrimonio como Dios lo pensó.
A cargo de Sus cosas. Comentario para Matrimonios: Marcos 12, 1-1
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EVANGELIO
Agarrando al hijo amado, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 12, 1-1
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos:
«Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.
A su tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de la viña. Ellos lo agarraron, lo azotaron y lo despidieron con las manos vacías. Les envió de nuevo otro criado; a este lo descalabraron e insultaron. Envió a otro y lo mataron; y a otros muchos, a los que azotaron o los mataron.
Le quedaba uno, su hijo amado. Y lo envió el último, pensando: “Respetarán a mi hijo”.
Pero los labradores se dijeron:
“Este es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia”.
Y, agarrándolo, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, hará perecer a los labradores y arrendará la viña a otros.
¿No habéis leído aquel texto de la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”?».
Intentaron echarle mano, porque comprendieron que había dicho la parábola por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se marcharon.
Palabra del Señor.
A cargo de Sus cosas.
Todo lo bueno que hemos recibido viene de Dios. ¡Todo! Todo lo bueno que recibimos a diario viene de Él, incluso las fuerzas para hacer el bien, incluso las buenas intenciones ¡Todo! De manera que no podemos apropiarnos de nada porque no es nuestro. Nosotros somos puros administradores. Lo único que puede proceder de nosotros es el mal.
Vivamos así, conscientes de que todo le pertenece a Él y no debemos intentar apropiarnos ni adjudicarnos nada o será una gloria vana o vanagloria. Siempre, siempre, siempre, demos gloria a Dios.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Pedro: No lo entendéis, mi mujer está todo el día corrigiéndome. Y no valora lo que hago. Ya no soporto más.
Matrimonio Custodio: ¿Qué te ha dado Dios a ti? A ver si consigues decírnoslo todo.
Pedro: Dios me ha dado la vida, mis capacidades para que las hiciera crecer, me dio unos padres que me cuidasen y me educasen, una familia donde aprender a amar, un trabajo que me permitiera construir mi propia familia, una esposa a la que entregarme para desarrollarme como persona, y a ambos, las llaves de la vida humana con los hijos que Él también nos ha dado.
Matrimonio Custodio: ¡Muy bien! Se nota que eres una persona que medita. Eso en el plano terrenal, ¿y en el ámbito espiritual?
Pedro: En ese plano, Dios me dio el alma, me dio el Espíritu Santo, me dio a su Hijo para redimir mis pecados y hacer posible el perdón, para hacer posible el amor en mi matrimonio, para devolverme la posibilidad de la vida eterna, y con Él, me dio los sacramentos, como fuentes de gracia…
Matrimonio Custodio: ¡Fenomenal! Se ve que tienes una vida espiritual intensa. La pregunta ahora es ¿qué frutos está recogiendo Él de todo esto? Porque hay veces que seguimos sin enterarnos de la película y seguimos pensando que estamos recibiendo de todo esto, como si fuese nuestro. No es mío, todo es de Dios y me lo da para que lo administre. Así que, insisto en mi pregunta: ¿Qué frutos está recogiendo Él de todo esto?
Pedro: Ya. Pues quejas y malos rollos… Ahora lo veo. ¡Gracias! (Pedro en oración) Señor, no voy a despreciar tus inmensos dones. Trabajaré para ti. Yo me ocuparé de Tus cosas y Tú ocúpate de las mías. Alabado seas, Señor.
Madre,
¿Cómo puedo ser tan Vanidoso? En seguida me apodero de las cosas de Dios y me creo que son mías, y reclamo derechos, y exijo… Me olvido de la Piedra Angular, me olvido de Cristo. Todo es suyo, soy suyo, y merece que dé fruto. Alabado sea el Señor que ha puesto tantos dones en mis manos y los ha confiado a mi administración. Gracias Señor!!