La semana pasada la Corte Constitucional de Colombia decidió implantar el aborto hasta las 24 semanas (bebés seismesinos), en una decisión especialmente polémica, tomada por 5 votos contra 4 (la mayoría de las mujeres del tribunal votaron en contra, de los 5 votos a favor del aborto 4 eran hombres).

Los obispos y asociaciones provida del país -uno de los más religiosos del mundo según todas las encuestas- expresaron su disgusto, y también lo han hecho las entidades de religiosos católicos y de escuelas católicas.

La Confederación Nacional Católica de Educación (Conaced), Conferencia Nacional de Religiosos (CRC) y la Red de Universidades Católicas de Colombia (RUCC) difundieron sus comunicados de protesta asegurando que lucharán pastoralmente por defender siempre la vida humana de todos.

En su comunicado, las organizaciones consideran que la decisión de la Corte Constitucional hiere “los principios fundamentales como hombres y mujeres generadoras de vida y esperanza”.

Además, aseguran, “la sentencia de la Corte pone en entredicho los principios democráticos y de separación de poderes sobre los cuales se funda el Estado Social de Derecho”.

Conaced, la plataforma que agrupa a las escuelas católicas de Colombia, ha planteado que la misión de la escuela “es formar a las personas para la vida a partir de una determinada escala de valores que liberen al ser humano de cuanto les impide vivir plenamente como la imagen y semejanza de Dios que es”.

Sobre la postura de los religiosos y religiosas colombianos queda claro que “todos defendemos la vida y anhelamos que el Estado sea quien garantice la vida en el país. No solo el aborto nos conmueve y nos mueve a expresarnos. Las muertes a causa de la violencia, la muerte por hambre y falta de atención sanitaria”.

Por tanto “instamos a la vida religiosa a fomentar la defensa de la vida desde todas las acciones pastorales que lideramos en el país”.