Hace seis años que el Parlamento portugués intenta implantar la eutanasia en el país, tres veces la ha aprobado con mayoría, pero una y otra vez se encuentra con bloqueos, en parte porque la Constitución portuguesa dice que "la vida humana será inviolable", otras veces por vetos del Presidente de la nación.

Ahora, el Tribunal Constitucional, por segunda vez, bloquea la implantación de la eutanasia, si bien por lo que parecen ser defectos menores de forma en el texto de la ley. 

Y son tan menores pero formales como una simple conjunción: la "y". El proyecto de ley, que deberá ser redactado de nuevo, ha generado nuevas dudas entre los magistrados del  Tribunal Constitucional. Según el texto, el sufrimiento "de gran intensidad" que justificaría la aprobación de la eutanasia debe ser "físico, psicológico y espiritual".

Algo que ha suscitado la duda de si estos conceptos deben ser "acumulativos" o "alternativos" -es decir, que el enfermo padezca los tres sufrimientos simultáneamente o tan solo uno de ellos- para que el sufrimiento sea considerado "de gran intensidad".

Para João Pedro Caupers, presidente del Tribunal Constitucional, se trata de una "definición intolerable" que ha implicado el nuevo veto a la norma tras el realizado en 2021. En esta ocasión, el TC señaló además que el Parlamento ha ido "más allá" de la aclaración de los aspectos señalados en 2021 modificando la norma, "alterando algunos aspectos esenciales" de la misma, lo que ha tenido "consecuencias".

Un fallo celebrado por los provida... y los promuerte

El rechazo del Constitucional al nuevo proyecto de ley de eutanasia ha suscitado el aplauso entre sus partidarios y opositores.

Una de estas últimas ha sido Isabel Moreira, diputada socialista, que ha celebrado que el motivo del fallo exija únicamente "corregir una palabra".

"Aparentemente, las dudas del Tribunal Constitucional se basan en una palabra [la conjunción y]. Los jueces quieren que aclaremos si los conceptos ‘físico, psicológico y espiritual’ son acumulativos, algo que para nosotros ya está absolutamente explícito. Pero si se trata de corregir una palabra, aquí estaremos para hacerlo", afirmó la diputada.

La Conferencia Episcopal portuguesa (CEP) también ha celebrado el rechazo del Constitucional al proyecto de ley, aunque ha lamentado lo expuesto por Moreira, ya que su rechazo no debe ser formal sino "de cualquier iniciativa".  

"La decisión del TC está en línea con la posición del CEP, que siempre ha afirmado la inconstitucionalidad de cualquier iniciativa legislativa que ponga en peligro la vida, es decir, la despenalización de la eutanasia y el suicidio asistido", declaró a Agencia Ecclesia el secretario de la Conferencia Episcopal Portuguesa, Manuel Joaquim Gomes Barbosa.

Los obispos portugueses ya expresaron su oposición al proyecto de ley en una nota conjunta que advertía de que, con la legalización de la eutanasia, "se rompe el principio ético fundamental" de "la prohibición de causar la muerte intencionadamente".

Del mismo modo, anticiparon que se aprobarse definitivamente, existe la posibilidad de "avanzar hacia la ampliación de las situaciones en las que se pueda solicitar", teniendo esto "un impacto social real".  También de que, de aprobarse la nueva ley, los pacientes "en situación de desesperación pueden ser llevados a dejar de vivir", al mismo tiempo que se renuncia a extender los cuidados paliativos, "a los que muchos portugueses aún no tienen acceso" y que, según la CEP, "son fundamentales y decisivos para combatir y aliviar el sufrimiento".

"Estamos contentos y decididos"

Las principales organizaciones provida de Portugal también han celebrado este nuevo varapalo a la eutanasia.

"Estamos contentos y decididos a seguir luchando porque este es el cuarto intento, , de legalizar la eutanasia en Portugal que fracasa en los últimos siete años. Confesamos también sentirnos un poco orgullosos porque en los tres últimos casos la mayoría del Parlamento estaba a favor y aun así no salió adelante", declaró la Federación por la Vida de Portugal.