El Papa Francisco ha firmado el decreto que reconoce las virtudes en grado heroico del sacerdote Diego Hernández González (1915-1976), director espiritual del Seminario Diocesano de Orihuela y consiliario de Jóvenes de Acción Católica. Recibirá el título de Venerable y, en caso de confirmarse un milagro por su intercesión, la Iglesia podría declararlo beato.

El padre Diego falleció el 26 de enero de 1976 con fama de santidad y su causa de canonización fue introducida el 25 de enero de 2002.

Diego Hernández nació el 3 de enero de 1915 en una familia humilde de la localidad murciana de Javalí Nuevo. Entró en el seminario San Fulgencio de Murcia a los 10 años. "Pensé ser sacerdote desde que tengo uso de razón", declaró en cierta ocasión.

Le gustaba el teatro religioso y era bueno dibujando y pintando, lo que aprovechó en su vida sacerdotal para realizar gráficos, esquemas y dibujos catequéticos.

La Guerra Civil y la persecución antirreligiosa le sorprendió en su pueblo, siendo aún seminarista. Cuando incendiaron la iglesia, entró a salvar el copón, que según los paisanos estaba caliente y quemó su camisa y piel por apretarlo con fuerza contra su pecho.

Fue detenido por los milicianos pocos días después, y llevado a la prisión provincial de Murcia el 30 de noviembre de 1936. Un "tribunal popular" dos meses después le condena a tres años de trabajos forzados, que empezaron en el seminario de Orihuela reconvertido en prisión republicana. También le llevaron a realizar trabajos forzados a Huéscar (Granada), Baza (Jaén) y a las Alpujarras (Granada). Aunque varias veces le amenazaron de muerte, al finalizar la guerra dio muestras de perdón hacia los que le habían hecho sufrir.

Tras la guerra, volvió al seminario y fue ordenado sacerdote en Barcelona en 1940. Como nuevo sacerdote recorrió algunos pueblos de Murcia y después Villena, especialmente entregado a atender a los más necesitados, que eran muchos en la postguerra española. Fue sacerdote en Lorca, primero en la parroquia San Patricio, luego en la de San Mateo. En 1942 se hizo cargo de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, en la parroquia de la Fuensanta, además del Pradico, Los Morotes y Tirieza.

De esos años de penurias, muchos recuerdan que don Diego ayudaba a que nadie se quedara sin comer y que para ello cultivaba su propio terreno.

Acción Católica y seminario de Orihuela

Llegó a Villena en 1949 como párroco, y pronto fue nombrado consiliario de la Acción Católica del centro interparroquial de Villena. En 1954 fue nombrado director espiritual del Seminario diocesano de Orihuela (Alicante), donde había sido prisionero en la guerra.

Compaginó esta labor con múltiples tandas de Ejercicios Espirituales, cursillos sacerdotales y retiros espirituales, Director de Catequesis, responsable de consiliarios de jóvenes de Acción Católica, primer Director de la Casa sacerdotal, formador de religiosas, Director diocesano y Consejero nacional de la Unión Apostólica.

Murió el 26 de enero de 1976 con fama de santidad y su causa de canonización fue introducida el 25 de enero de 2002.

Se puede conocer más de su figura y espiritualidad en la web PadreDiego.org

Un vídeo informal recoge varios aspectos de la vida del padre Diego Hernández