Robert Brode tiene 71 años y ha visto muchas cosas en su vida. Las ha visto en 10 años en el ejército de Estados Unidos y en otros 28 como policía en California. También ha vivido experiencias duras en su casa. Murió su primera esposa, también su hija, y él mismo ha sufrido 10 ataques al corazón. Sabe que la vida no es para siempre. 

En la pasada Vigilia Pascual, en la parroquia de Our Lady of Perpetual Help (www.olphscv.org) en Santa Clarita, California, fue bautizado, después de muchos años de explorar diversos sistemas de creencias.

"Dios es bueno conmigo", declaró en Angelusnews.com, pese a las momentos duros de su vida. "Creo en Dios y creo que no te da más que lo que puedes manejar, Él tiene en mente lo mejor para ti, sólo has de confiar en Él", dice este veterano policía. 

De su vida, sólo lamenta "no haberme hecho católico antes".


De joven, antes del Vaticano II, acompañó a una novia que tenía en esos días a misa en latín, y quedó impresionado: "Era bastante abrumador", recuerda. 

Pero nunca llegó a hacerse católico ni cristiano de ningún tipo. Su primera esposa era católica, pero entonces él no estaba muy interesado en las cosas espirituales. Después de enviudar, volvió a casarse, hace 25 años. Su esposa actual se asombró cuando supo que Robert se quería bautizar, porque ella pensaba que él era algún tipo de católico no practicante, ya que sabía algunas cosas de doctrina y tradiciones. 

Robert Brode explica que a partir de cierto momento empezó una búsqueda espiritual. "Buscaba algo que me llevase al sitio correcto con la gente correcta", explica. 

Brode, que actualmente es profesor en un instituto en Santa Clarita, dedicó mucho tiempo en los últimos años a explorar distintas religiones y doctrinas y al final decidió que la propuesta católica es convincente. Por un lado, las enseñanzas de Cristo han impactado para bien en el mundo y en su propia vida. Por otro lado, la Iglesia Católica puede documentar que es la fundada por Cristo y que ha conservado su doctrina. 


La parroquia de Robert Brode, dedicada a la
Virgen del Perpetuo Socorro



Cuando decidió apuntarse al curso de iniciación cristiana para adultos de su parroquia sintió que era como un retorno al hogar. "No puedo explica cómo me sentía, como en casa, era como si Dios me dijera, asintiendo con la cabeza, 'sí, perteneces aquí'. Eso sentí: como volver a casa". 

En las clases sólo la doctrina de la transustanciación le costó algo de asimilar. Todas las otras enseñanzas de fe le parecían mucho más fáciles. Como santo patrón escogió a San Miguel Arcángel, patrón de los militares

Como cristiano él ya nota diferencias en su vida. "Ahora estoy más dispuesto a aceptar a la gente tal como es, juzgo menos", dice. "La religión te da una brújula moral, lo pone todo en perspectiva".