El pasado 12 de junio, en Linares, monseñor Angelo Amato, prefecto de la Congregación Vaticana para las Causas de los santos, presidía la celebración en que era declarado beato, el venerable Manuel Lozano Garrido, "Lolo". Entre los cardenales, obispos y sacerdotes presentes, con una multitud que pasaba de las 15.000, asistían al acto Expectación y Lucía Lozano Garrido, hermanas de Lolo que aún viven. También allí estaba el joven, que siendo niño, recibió una curación milagrosa por intercesión de Manuel Lozano.

Era la llegada a la meta de una etapa feliz de la andadura difícil que hace algo más de 14 años emprendieron un grupo de seglares, muchos ellos militantes de aquella Acción Católica en que Lolo se formó. El grupo de "amigos de Lolo" se erigió en Asociación canónica y promueve esta Causa de canonización realmente atractiva por la figura (www.amigosdelolo.com). De Manuel Lozano decía uno de los teólogos consultores: "En mi larga vida de consultor nunca encontré una causa tan limpia".

Manuel Lozano Garrido, nació en Linares el 9 agosto 1920 y allí murió el 3 de noviembre de 1971. Desde muy joven se inscribe en el aspirantado de la Juventud de Acción Católica, cuya mística asimila en una formación que daba cumplimiento al lema de ella: "Piedad, estudio y acción".

La biografía de Lolo es conocida por nuestros lectores ya que hemos hablado con frecuencia de este hombre de Dios, joven, seglar de Acción Católica, paralítico total y luego también ciego y sin embargo periodista comprometido y escritor de 9 libros de cuidada literatura, con mirada cristiana y evangelizadora. Su pasión por la Eucaristía y la Iglesia y su sencillo y tierno amor a la Virgen María eran los secretos de una vida tan alegremente conforme con los planes de Dios que él aceptó con ejemplar paciencia y fortaleza. Su dolor era su cátedra y su enfermedad la causa de su santificación.

La profunda vida evangélica de este hombre santo, seglar, místico y contemplativo, tiene unos perfiles que iluminan a enfermos y médicos; periodistas y escritores, jóvenes y catequistas.

A lo largo de los meses anteriores a su beatificación se ha ido celebrando una cadena de actos que ponían de relieve su polivalente talla y luminosidad.

En Lourdes en los primeros días de mayo, más de 600 médicos católicos del mundo (la Federación internacional de médicos católicos que preside José María Simón) reflexionaron sobre este enfermo que escribió una preciosa oración "del enfermo", y otra "oración del médico". El Consejo Pontificio de la salud, a través de su secretario, el obispo José Luís Redrado, y en colaboració ;n con el colegio médico de Jaén celebró un encuentro de médicos y personal sanitario y otros voluntarios de la Delegación diocesana de pastoral de salud para reflexionar sobre el sentido cristiano de la enfermedad. Lolo, en los años de su larga enfermedad, era un canto a la vida, una alegría renovada y contagiosa. Peregrino a Zaragoza en sus años de salud, luego también es peregrino a Lourdes en los años de su enfermedad.

Los periodistas en Jaén celebraban un homenaje a este periodista inquieto que desde su sillón de ruedas andaba caminos de evangelización dictando sus escritos a un magnetófono cuando ya quedó ciego. En un encuentro organizado por el Pontificio Consejo para las comunicaciones sociales, el arzobispo Claudio María Celli, presidente del mismo, presentaba a la prensa extranjera acreditada en Roma, el perfil de este periodista que escribió también una oración por los periodistas y un "Decálogo del periodista" que presentaba en toda su dimensión apostólica monseñor Celli en aquel encuentro de junio 2010 en Roma. Periodistas del mundo entero se han hecho eco de esta beatificación a través de los medios de comunicación social en que trabajan Para ellos, los periodistas, creó Lolo su Obra pía "Sinaí", grupos de monasterios y de enfermos que ofrecen su dolor y su oración ante el Señor para que el trabajo de los periodistas sea siembra de Evangelio.

Seglar y joven de Acción Católica, ha hecho honor a la fundación "Acción Católica, escuela de santidad". Pues sin duda su formación serena y profunda en sus años de juventud sana le preparó para vivir apostólicamente en esos años y en los más d e 28 que luego estuvo enfermo sin perder su afán apostólico.

La Diócesis de Jaén vivió intensamente esta celebración animada por su obispo, monseñor Ramón del Hoyo López. En las parroquias, catequesis, teatro infantil, peregrinaciones juveniles, encuentros parroquiales o diocesanos, colegios, cofradías, etc. prendió la devoción a este Hombre de Dios, tan contemporáneo nuestro.

Linares se vistió de gala y alegría el día de la beatificación, como hace pocos años lo hiciera para la Beatificación y Canonización de otro linarense, san Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana. Uno y otro (el padre Poveda y Lolo) habían nacido en Linares a muy poca distancia en el tiempo y también a muy poca distancia (unos 50 metros) entre la casa de uno y otro.

El 3 de noviembre de 1971 murió Manuel Lozan o Garrido en Linares. Ahora al cumplirse los 39 años de aquella muerte vamos a celebrar su "dies natalis·, o sea, su nacimiento para el cielo, y por primera vez lo haremos ya habiendo sido declarado por el Santo Padre Benedicto XVI "beato".

Linares celebrará el día 3 de noviembre una fiesta en su honor que presidirá el obispo de Jaén, en la Parroquia de Santa María, donde están sus restos mortales.


El padre Rafael Higueras es el postulador de la causa de canonización del beato Manuel Lozano Garrido.