En Israel las distintas comunidades e iglesias cristianas ofrecen un valioso servicio educativo: 33.000 alumnos (sólo la mitad bautizados) acuden a 47 escuelas cristianas.

Hace pocos años, las subvenciones estatales cubrían el 65% del coste de atender a estos alumnos, pero en los últimos años el Estado ha aplicado fuertes recortes a las escuelas cristianas y hoy no cubre ni el 30% de los gastos. 

Esto daña especialmente a las familias que acuden a estas escuelas, que tienen ingresos por debajo de la media.

Estas escuelas, al llegar el nuevo año escolar, en lugar de volver a abrir sus puertas a los estudiantes, han comenzado una huelga contra las decisiones políticas del Estado que consideran discriminatorias.



En Nazaret, frente a la Basílica de la Anunciación, el martes 1 de septiembre por la tarde tuvo lugar una manifestación numerosa de solidaridad con las escuelas cristianas, con la participación de Giacinto Boulos Marcuzzo, vicario patriarcal del Patriarcado Latino de Jerusalén para Israel, y con numerosos sacerdotes, religiosos y religiosas.

Marcuzzo repitió claramente que las escuelas cristianas no piden privilegios, sino sólo justicia, mientras la multitud de manifestantes - en su mayoría maestros, personal de la escuela y familias de los estudiantes - ondeaba pancartas y carteles con consignas escritas en varios idiomas, en los que se denunciaba la intención deliberada del gobierno de poner en riesgo la supervivencia misma de las instituciones educativas dirigidas por las Iglesias y comunidades cristianas en Israel.


Esta foto con el obispo Marcuzzo es de una manifestación en Jerusalén el pasado mes de mayo también con motivo de los recortes a las escuelas cristianas que dañan especialmente a familias más necesitadas