Tres cristianos coptos han sido brutalmente asesinados y posteriormente mutilados y sus cuerpos pisoteados en Egipto por un grupo de seis musulmanes que aseguran que les atacaron para “lavar” la sangre de un pariente asesinado hace setenta años por otros familiares de los muertos.

Sin embargo, los expertos han observado que el ensañamiento tendría una justificación religiosa por el hecho de ser las víctimas cristianas. De hecho, cuando regresaron al pueblo los asesinos fueron recibidos con cantos y festejos al grito de “Allah Akbar”

Tal y como informa AsiaNews, las víctimas se llamaban Youssef Youssef Youssef, Afifi Youssef Youssef y Bushra Youssef Youssef. Fueron atacados el 1 de marzo, cuando estaban trabajando en un campo agrícola, aunque la noticia se ha filtrado hace pocos días.

Los atacantes, procedentes del pueblo de Jaweer, abrieron fuego y ejecutaron a los hermanos cristianos que vivían en el pueblo de Ibshadat, ubicado en el distrito de Mallawi, en la gobernación egipcia de Minya. Después de matarlos, mutilaron sus cadáveres y realizaron una danza macabra alrededor de sus restos.

Una motivación religiosa

Fuentes locales, reproducidas por el International Christian Concern (ICC), informan que los habitantes de la zona donde viven los musulmanes habrían acogido la noticia de la masacre tocando instrumentos musicales en señal de celebración.

El abogado de la familia y algunas personas con conocimiento de los hechos informan que los tres hermanos no sabían nada del supuesto asesinato ocurrido décadas antes, cuando su padre era joven.

Además, la forma en que se produjo el asesinato no se corresponde con los típicos asesinatos por venganza de los últimos años. Otras personas han señalado que la mutilación del cadáver indica una correspondencia con la identidad religiosa y en cierto modo refleja las ejecuciones realizadas por los miembros del Estado Islámico.

Una fuente afirma que los asesinos regresaron a la aldea gritando "Allah Akbar" [Dios es grande, ndr.]. Días después fueron arrestados por la policía; durante el interrogatorio confirmaron los hechos y explicaron el ataque, incluso el desmembramiento de los cadáveres. Ahora serán juzgados por el asesinato de los tres cristianos, uno de los cuales tenía seis hijos.