Según han informado la prensa y la Policía de la isla japonesa de Kyushu, al noroeste del país, una niña de 13 años de edad ha muerto después de que fuera atada y rociada con agua como parte de un supuesto exorcismo del rito budista.

Un oficial de la Policía informó que tanto un monje budista y el padre de la víctima habían organizado el "tratamiento de la cascada", un rito en el que al parecer ataron a la niña "a una silla con correas y le rociaron la cara con agua". La misma fuente reveló que ambos hombres fueron detenidos por los "golpes y heridas que llevaron a la muerte" a la niña. Según la Policía, "la causa de la muerte fue la asfixia".

La prensa japonesa señala que tanto el monje como el padre querían "exorcizar" la mente de la pequeña, que a juicio de ellos se encontraba poseída por un demonio del monje.

Según relata el canal de televisión TBS, durante el acto, la niña estaba sentada debajo de una pila de agua. Al tiempo que el padre sujetaba a su hija, el monje,miembro de un pequeño movimiento religioso dentro de una secta budista, cantaba sutras,

La prensa añade que la víctima, que sufría una incapacidad física o mental ya había sido sometida a esta práctica más de un centenar de veces antes del fatal desenlace.