El inicio del curso escolar en España llega con gran incertidumbre para familias, profesores e incluso para las autoridades debido al aumento del número de casos de coronavirus. Ante esta situación, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Argüello, ha pedido en COPE que todos los esfuerzos se centren ahora en el inicio de curso y el Gobierno deje de lado su ideológica ley de Educación.

 “Ya comentamos al Ministerio en una reunión que lo prioritario era organizar el curso más que la ley, siendo necesario un pacto escolar. Hemos mostrado nuestra disposición a colaborar sabiendo que no es sencillo, porque las propias exigencias higiénicas que vemos que son necesarios en las aulas, las necesidades de las parroquias y los locales parroquiales son lo que son, pero en alguna escuela concreta, en relación con alguna parroquia concreta, esta colaboración pueda darse. También queremos que desde algunas parroquias puedan darse programas de apoyo escolar e inmigrantes, que alguna experiencia tenemos ya en este sentido, y que tendrá y una significación especial, sobre todo si hay que volver a las clases no presenciales”, explicó el portavoz de los obispos.

Cuidar a los mayores

Por otro lado, monseñor Argüello ha querido destacar que junto a los niños, las personas mayores son la gran prioridad ante la pandemia de coronavirus. “Nos sentimos urgidos a poner de nuestra parte lo que sea necesario para que el cuidado social en general y de los mayores en particular sea tenido en cuenta y cultivado de manera especial en este tiempo. La Iglesia tiene una presencia grande en el campo de las residencias de mayores, de ahí este llamamiento, principalmente en aquellas residencias que están en manos de instituciones eclesiales para poner todo de nuestra parte para que ese cuidado se realice”, señaló.

Las familias están siendo igualmente muy golpeadas con los efectos sociales y económicos de la pandemia. El secretario general de la Conferencia Episcopal afirma que tanto la Iglesia como las administraciones públicas deben trabajar en dos dimensiones. Una es –indicó el obispo- “la que se realiza en nuestros propios ámbitos eclesiales y el llamamiento que la comunidad cristiana está llamada a realizar, a concretar la fraternidad y la caridad. Pero está también la dimensión ciudadana y el llamamiento a las administraciones públicas para sentarse y buscar la mejor manera para que el plan de reconstrucción sea llevado adelante sabiendo que todos debemos colaborar. Es una ocasión en el que no podemos mirar para otro lado y no asumir la responsabilidad, cada uno desde su ámbito”.