Evangelio según san Mateo 7, 21.24-27

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.

El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»

¡Jesús!, por nuestra imprudencia hemos edificado nuestras casas sobre arena.  Cuando cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa y se hundió totalmente. Sí, Jesús, todo ha sido por nuestra ignorancia e imprudencia, pero queremos cambiar, queremos seguirte a Ti que tienes la vida eterna.  Tú eres la roca firme.  Tu palabra nos da la esperanza. Tú que vives por los siglos de los siglos. Amén.