"La Historia se hace con nombres propios", y "cuando alguien descuella en ese baile, por propia voluntad o empujado por las circunstancias, su nombre queda inscrito para siempre y su peripecia, con sus virtudes y sus tachas, sirve de referencia a otras generaciones": es el caso de los 87 personajes retratados por José Javier Esparza en Héroes españoles de la A a la Z (Ciudadela), pues el criterio selector incorporado es, confiesa el director de La Gaceta, "la posteridad". Es decir, "las cosas que hicieron surtieron efecto en nuestro camino común". No están todos los que son, pero indudablemente en este volumen son todos los que están.

Y entre ellos, cuatro religiosos (tres de ellos santos), un fraile de itinerario ermitaño y un sacerdote secular. Que no sólo compiten en obras increíbles con conquistadores, exploradores, escritores, caballeros de la Reconquista, científicos o rebeldes frente a Bonaparte, sino también con quienes, perteneciendo al estamento clerical, no han pasado a la memoria por ello (cual Pedro Calderón de la Barca), o quienes, fuera de él, han hecho rezar durante siglos a millones de compatriotas, cual Luisa Roldán (La Roldana), que plagó España de cientos de imágenes sagradas, muchas aún sin censar.


Esparza destaca el papel histórico de tres jesuitas: San Ignacio de Loyola, fundador de la audaz Societas Iesu ("si hay que buscar una palabra para definir el espíritu general de la Compañía, esa palabra sería entrega") y dos de sus primeros hijos, buenos exponentes de esa audacia y de esa entrega, a saber, San Francisco de Borja (el hombre que al ver el cadáver descompuesto de su señora, Isabel de Portugal, dijo aquello de "no quiero más servir a señor que se me pueda morir" y entró en religión) y San Francisco Javier, el apóstol de Asia, cuya vida "es una formidable aventura en tierras exóticas y peligrosas, entre piratas malayos y samuráis... y un impresionante ejemplo de fe".

Alba de América
Junto a ellos, otros dos religiosos. Uno ofreció la primera misa que se dijo en América, el 22 de noviembre de 1493: Fray Bernardo de Boil, antiguo prior de los ermitaños de Montserrat, fraile mínimo (orden fundada por San Francisco de Paula) y designado por el Papa Alejandro VI primer vicario apostólico de las Indias. Primera misa, primer vicario... y fundador de la primera ciudad española del nuevo continente, La Isabela, el 6 de enero de 1494. Su historia no se diferencia en nada de las penalidades y triunfos de los conquistadores españoles, salvo en que no llevaba un arma en la cintura. O sí.

Por su parte, un franciscano, Francisco Jiménez de Cisneros, confesor de la Reina Católica, ideador y ejecutor de una profunda reforma eclesiástica -sobre todo conventual- que hizo pasar a la Iglesia española del riesgo de decadencia al esplendor de dos siglos (Concilio de Trento incluido) donde fue faro para toda la Iglesia universal. Además, cuando en 1509 hubo que conquistar Orán, se puso al frente de sus hombres: "La estampa es estremecedora. Un anciano cardenal de más de setenta años, a caballo delante de sus tropas, espada al cinto, entre el estruendo de la artillería y los arcabuces".


Es decir, lo mismo que hacía vibrar el alma de Jerónimo Merino (el Cura Merino), prototipo del cura trabucaire, del guerrillero antinapoleónico que toma las armas en nombre de la fe. Lo hizo como párroco de Villoviado, en lo que hoy es provincia de Burgos, cuando fue humillado por los franceses el 16 de enero de 1808. Se puso en contacto con Juan Martín el Empecinado e inició una legendaria carrera de golpes al invasor que concluyeron con el grado de general. Aunque al finalizar la Guerra de la Independencia fue nombrado canónigo de la catedral de Palencia, a él le iba ya otra marcha, y se echó al monte contra el liberalismo tras el golpe de Riego y en la primera carlistada. Murió en 1844, en el destierro, tras haber creado un tipo humano inseparable del siglo XIX español.

Con estas seis historias, más otras ochenta y una otras, Esparza ofrece una visión de la historia de España didáctica y formativa y donde aparecen en transparencia, sin necesidad de que las lleven a cabo personas consagradas a Dios, la infinidad de obras consagradas a Dios que han dado sentido a nuestra historia desde la conversión de Recaredo en 589.

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Título: Héroes españoles de la A a la Z Ciudadela
Autor: José Javier Esparza  
Editorial: Ciudadela  
Páginas: 331 páginas ilustradas  
Precio 29,90 €