Dejemos de correr tras el mito del bienestar, pide el Papa: «No podemos olvidar a los más frágiles»
León XIV visitó el Hospital de la Cruz, fundado en el siglo XX por el padre Yaacub, beato capuchino.

León XIV saluda a los pacientes del Hospital de la Cruz en Jal Ed Dib, en su último día de estancia en el Libano.
En el arranque de su último día en el Líbano, el Papa visitó el Hospital de la Cruz en Jal Ed Dib, una cercana localidad al norte de Beirut. Fue fundado por el padre Yaacub de Ghazir (1875-1954), capuchino maronita beatificado en 2008.
León XIV le recordó como "incansable apóstol de la caridad, de quien recordamos su santidad de vida, que se manifestó especialmente en el amor a los más pobres y a los que sufren". Las Hermanas Franciscanas de la Cruz, fundadas por él, continúan su obra "y prestan un precioso servicio", dijo el pontífice quien les agradeció "la misión que llevan adelante con alegría y dedicación".

León XIV muestra una imagen del padre Yaacub, fundador del hospital y de la congregación que lo rige, junto a su superiora.
"Aquí habita Jesús", ensaló el pontífice, "tanto en ustedes, los enfermos, como en ustedes que los cuidan: las hermanas, los médicos y todos los trabajadores sanitarios y administrativos". Agradeció asimismo el "hermoso himno" que cantaron, un Christus vincit, Christus regnat, Christus imperat intercalado con un "Líbano, tierra de fe, vida y felicidad" que sirve de fondo a este vídeo-resumen del evento:
La alcución del Papa
En las palabras que dirigió a continuación, León XIV se dirigió tanto al personal del hospital como a los enfermos:
- Ensalzó la misión de los trabajadores del hospital, porque "su presencia competente y solícita, así como el cuidado de los enfermos, son un signo tangible del amor compasivo de Cristo". Aunque "a veces pueden sobrevenir el cansancio o el desánimo", les animó "a no perder la alegría de esta misión y a tener siempre presente el bien que pueden realizar. Es una gran obra a los ojos de Dios".
- En cuanto a los pacientes, quiso recordarles que "están en el corazón de Dios, nuestro Padre": "Él os lleva en la palma de sus manos, os acompaña con amor, os ofrece su ternura a través de las manos y las sonrisas de quienes cuidan de su vida. A cada uno de vosotros el Señor os repite hoy: '¡Te amo, te quiero, eres mi hijo!' ¡No lo olvidéis nunca!".

El Papa recordó a los pacientes del Hospital de la Cruz que Dios está particularmente pendiente de ellos, directamente y a través de quienes les atienden.
"No podemos olvidarnos de los más frágiles", afirmó el pontífice: "No podemos imaginar una sociedad que corre a toda velocidad aferrándose a falsos mitos de bienestar, ignorando tantas situaciones de pobreza y fragilidad. En particular nosotros, los cristianos, que somos la Iglesia del Señor Jesús, estamos llamados a cuidar de los pobres: el Evangelio mismo nos lo pide y nos interpela el grito de los pobres, que atraviesa también la Escritura".