Decreto de Santos: una religiosa india y sacerdotes firmes frente al poder y buenos formadores

Francisco retoma poco a poco su actividad normal, y tras su presencia en la celebración del Domingo de Ramos recibió este lunes en audiencia al cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Además de la proclamación de las virtudes heroicas de Antonio Gaudí (1852-1926), arquitecto del templo expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona (noticia especial en preparación en ReL), el decreto incluye un milagro para la beatificación de una laica de la India, un mártir italiano en Brasil y tres sacerdotes diocesanos europeos (dos italianos y un belga).

Eliswa de la Santísima Virgen María

Año y medio después de proclamar sus virtudes heroicas, Francisco ha reconocido el milagro obtenido por intercesión de Eliswa de la Santísima Virgen María, en el siglo Eliswa Vakayil (1831-1913), fundadora de la Congregación de la Tercera Orden de las Monjas Carmelitas Descalzas. Nació en Ochanthuruth (India), en el seno de una familia de terratenientes de fuertes convicciones católicas, y a los 16 años se casó con un hombre de negocios con quien tuvo una hija en 1851.

Al año siguiente enviudó y no volvió a casarse. Llevó una intensa vida sacramental y de oración, marcada por la soledad y la dedicación a los pobres. Ella misma vivía en una cabaña.

En 1862 conoció al carmelita descalzo italiano Leopoldo Beccaro, bajo cuya guía espiritual fundó la primera congregación local en Kerala, la Tercera Orden de Carmelitas Descalzas, hoy Hermanas Carmelitas Teresianas.

Nazareno Lanciotti, mártir en Brasil

Nazareno Lanciotti (1940-2001) nació en Roma y fue ordenado sacerdote en 1966. Ejerció su ministerio durante varios años en su ciudad natal, hasta que en 1971 fue enviado como misionero a Brasil formando parte de la denominada Operación Mato Grosso para la evangelización de esa región del país.

Se instaló en la aldea de Jauru, en la frontera con Bolivia, donde llevó a cabo una intensa labor misionera basada en la devoción a la Eucaristía y a la Santísima Virgen, además de apoyar diversas causas sociales y enfrentarse a las mafias de la prostitución y la droga. Fue responsable en Brasil del Movimiento Sacerdotal Mariano.

El 11 de febrero de 2001, mientras terminaba de cenar en su domicilio junto con unos compañeros, fue gravemente herido por dos sicarios encapuchados, falleciendo once días después a consecuencia de las heridas. El decreto del Dicasterio para las Causas de los Santos considera su muerte "por odio a la fe" y le proclama mártir.

Pedro José Triest

Pedro José Triest (1760-1836), nacido en Bruselas, fue ordenado sacerdote en 1786, y se vio obligado a ejercer su ministerio en la clandestinidad en dos periodos de su vida. 

Primero, por las disposiciones de control sobre la Iglesia del emperador José II de Habsburgo-Lorena, y luego, cuando vivía en Francia, por el poder surgido de la Revolución Francesa, pues se negó a jurar la Constitución Civil del Clero. 

Como párroco en Ronse, en la Bélgica flamenca, se entregó a los huérfanos, enfermos y pobres. Fundó un orfanato para atender a niños pobres y abandonados ayudado por algunas mujeres, con  quienes fundó en 1804 la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Jesús y María.

Angelo Bughetti

Angelo Bughetti (1877-1935) nació en Imola (Italia) en el seno de una familia humilde y firmemente cristiana. Fue ordenado sacerdote en 1900 y se entregó a la enseñanza, la predicación y diversas instituciones de caridad con el objetivo de formar la conciencia cristiana de los jóvenes en un clima educativo marcado por el anticlericalismo, el socialismo y la masonería. 

Fue conocido como "el apóstol de la juventud" y "el sacerdote de la Providencia".

Agostino Cozzolino

Agostino Cozzolino (1928-1988) nació en Resina (hoy denominada Ercolano, en la Campania, Italia) en una familia pobre y muy religiosa. Fue ordenado sacerdote en 1952 y se dedicó a la formación y catequesis en las parroquias.

Fue vicerrector del seminario mayor de Nápoles, donde formó a muchos futuros sacerdotes con su sabiduría y su ejemplo. En 1960 fue trasladado como párroco a la basílica santuario de Santa  María de las Nieves, en el barrio Ponticelli de Nápoles, donde ejerció su ministerio hasta su muerte.