El obispo de Barbastro dice que el Papa Francisco le habló sobre Torreciudad: «Ángel, no cedás»

Lenguaje fuerte en la homilía del obispo de Barbastro, Ángel Pérez Pueyo, del 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de la Virgen María. Dedicó la homilía a hablar de su esfuerzo para "que se respete la dignidad de nuestro pueblo". Se refiere a sus gestiones por devolver la imagen de la Virgen románica de Torreciudad a su anterior ermita, sacándola del actual gran santuario que gestiona el Opus Dei.

El obispo se remitió a mensajes de apoyo que dijo recibir del Papa Francisco.

"El papa Francisco acogió esta súplica durante la «visita ad Limina», en diciembre de 2021, y se interesó e hizo suyo el sentir de nuestro pueblo, que se vio reflejado en una carta suya manuscrita en 2023 con una indicación clara a vuestro obispo con su particular acento argentino: “Ángel, no cedás”, para que llevara de vuelta a nuestra Madre a su ermita originaria. Posteriormente, en audiencia pública en la plaza de san Pedro, el 18 de septiembre de 2024, siete meses antes de su fallecimiento, me expresó de manera clara y directa al saludarme: “Ángel, ¿bajaron ya la Virgen”", proclamó el obispo desde su catedral.

"Intrigas mafiosas en curso"

El obispo añadió luego que "el mismo papa Francisco me advirtió, en una carta manuscrita fechada el 13 de octubre de 2024, que tuviera cuidado con las ‘intrigas mafiosas que están en curso’ en torno a este asunto".

Las expresiones "Ángel, no cedás" y hablar de forma nada concreta sobre unas vaporosas "intrigas mafiosas", siempre puestas en boca del Papa Francisco, han suscitado el interés de muchas personas que siguen esta polémica entre el obispado y el Opus Dei.

La reclamación del obispo

El obispo además expresó el contexto de sus reivindicaciones. "Con ese respaldo [pontificio] decidimos reclamar de nuevo, como ya hiciera nuestro antecesor monseñor Ambrosio Echevarría, que nuestra querida Virgen de Torreciudad, que durante más de mil años ha estado en manos de nuestro pueblo, que la ha querido, tocado, besado y protegido incluso a costa de la propia vida durante la guerra, volviese a la ermita donde siempre estuvo. No se trata de una petición baladí, sino del reclamo de la misma dignidad que se respeta en otros lugares como Fátima o Lourdes". 

"También dentro de nuestra diócesis, desde hace siglos, se ha custodiado a Nuestra Madre en sus lugares originarios: así en el Santuario del Pueyo, donde han servido tres congregaciones distintas —benedictinos, claretianos e Instituto del Verbo Encarnado—, o en el Santuario de Guayente, Hermanos de La Salle. Todos ellos recibieron el mismo encargo que en su día tuvieron los responsables de la Prelatura —como se recuerda en el programa de fiestas del año 1968—: cuidar de la Madre común, la original talla románica, y difundir su devoción desde su propio hogar, para visitarla, rezarle, besarla, cantarle, vestirla y procesionarla en su casa".

El obispo anunció su voluntad de insistir en el tema. "Gustosamente vengo luchando hasta la extenuación en defensa de nuestro pueblo, de su dignidad, de su devoción y religiosidad popular, sin importarme ningún sacrificio", añadió.

La argumentación del Opus Dei

Por su parte, el Opus Dei, consultado por ReL al día siguiente de las declaraciones, aún no tenía decidido si responder de forma oficial la homilía del obispo, pero sí recordó la argumentación que ha sostenido al respecto del uso de la imagen románica. 

"En el contrato originario de 1962 se acordó la restauración y el mantenimiento en perfecto estado de conservación de la imagen de la Virgen y de la ermita, promover el culto y garantizar el acceso a los peregrinos e, inicialmente, no retirar la imagen de la Virgen de la ermita", explica la Prelatura.

"Sin embargo, posteriormente, en 1966, y con motivo del proyecto de construcción del nuevo templo, el obispo de la diócesis, monseñor Jaime Flores (el mismo que había firmado el contrato enfitéutico [a perpetuidad] de 1962) accedió formalmente a que la imagen de la Virgen pudiera ser colocada en el nuevo templo para la veneración de los fieles, sin que esta circunstancia modificase lo ya acordado previamente entre las partes firmantes del contrato del censo enfitéutico. Así consta en testimonio notarial dicho acuerdo de fecha 8 de septiembre de 1966", añade la argumentación del Opus Dei. 

El contexto del conflicto

En 1962 el obispo cedió la gestión de una pequeña ermita medieval al Opus Dei, institución que la convirtió en un gran centro de peregrinaciones que recibe 200.000 visitantes al año. El conflicto se divulgó hace dos veranos cuando el obispo actual, Ángel Pérez Pueyo, quiso recuperar el control del santuario, nombrando personalmente al rector y aumentar el pago anual de los actuales 19 euros simbólicos a más de 600.000 euros, además de reclamar que la imagen románica vuelva a la pequeña ermita medieval. El Opus Dei señaló que el santuario tiene pérdidas de 200.000 euros anuales, y que se mantiene por el gran esfuerzo de muchos "amigos del santuario" de toda España y otros países (la inmensa mayoría ligados a la espiritualidad del Opus Dei).

En octubre de 2024, el Papa Francisco nombró un comisario pontificio para resolver este conflicto: el decano del Tribunal de la Rota Romana, el sacerdote Alejandro Arellano Cedillo.

Consultada por ReL, la oficina de comunicación del obispado descartó que se fueran a producir más declaraciones respecto a la homilía, que sí hizo llegar a nuestro digital.