El cardenal carmelita y políglota de Suecia, con 75 años esperaba volver al convento
Anders Arborelius, el papable que fue protestante y Francisco señaló

El cardenal Anders Arborelius escucha al arzobispo Shevchuk, en Kiev, explicar los horrores de la guerra en Ucrania
"Sería divertido tener un papa sueco, pero creo que es bastante improbable. Muy improbable", le ha dicho estos días de precónclave el cardenal Anders Arborelius, a la radio pública sueca, SVT.
Pero Giovanni Maria Vian, antiguo director de L'Osservatore Romano, historiador y periodista, piensa que no es nada improbable. "Hay otros dos cardenales europeos que tienen posibilidades para mí: el cardenal Arborelius, que tiene un perfil extraordinario, y el cardenal primado húngaro Péter Erdö. Yo lo que creo es que con el próximo papa se volverá a Europa, que el sucesor de Francisco será europeo", declaró en La Nación. Y cuando le preguntan por su "papa soñado", dice: "Arborelius, el sueco. Si yo fuera cardenal, lo votaría y haría campaña por él".
El poder de saberse pequeño, como Teresita
¿Y qué tiene Arborelius a su favor? Muchas cosas, pero todas conducen al poder de saberse pequeño, muy en la línea de Santa Teresita de Lisieux, una de las santas preferidas del cardenal sueco, el único cardenal carmelita.
Personajes
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A Arborelius lo sacó Juan Pablo II del convento en 1998, con 49 años, y lo hizo obispo de Estocolmo, es decir, de toda Suecia, país donde el catolicismo estuvo prohibido desde el S.XVI hasta Napoleón (Desirée, la exnovia de Bonaparte, fue quien abrió las puertas al convertirse en reina de Suecia).
Arborelius no había tenido ninguna experiencia de gobierno, y, como obispo novato, una y otra vez le decían que era muy blando, que no tomaba decisiones. Pero eso fue hace 27 años.
Ha aprendido a gobernar sabiéndose el pastor de toda Suecia: economía, disciplina, representatividad, diálogo ecuménico, acogida a fieles de todo tipo y de muchos países y ritos... En la práctica, de hecho, ha sido un mini-Papa de una mini-Iglesia (unos 120.000 católicos, 40 parroquias y 170 sacerdotes, la mitad religiosos). Como no sabía nada de todos esos temas, ha aprendido a rodearse de colaboradores que supieran.
Ha gobernando escuchando y escuchando. Porque sus católicos son muy raros. Muchos son como él, conversos que llegan del protestantismo, del descafeinado luteranismo local. Él se hizo católico a los 20 años. Que un sueco sea devoto, ya es motivo de extrañeza, que además se haga católico, más aún.
Muchos otros católicos, fieles y clérigos, llegan de Hispanoamérica, de la India, de Polonia, de África, de Filipinas. Cada uno cree que su estilo es el "catolicismo normal", pero ve que la misa hispana, o polaca, o africana, es muy distinta a la suya, y con sus devociones particulares. Él ha pastoreado toda esta diversidad con paciencia, afabilidad y estilo tranquilo y reflexivo.
En una entrevista en 2017 dijo: "Estoy acostumbrado a vivir en… no digo conflicto, sino en choques culturales. Para mí, es importante ser flexible, incluso, y tener en cuenta la diversidad de orígenes y nacionalidades que se reúnen aquí".
Ser pastor de una iglesia de migrantes en un país rico es peculiar. Suecia representa el mundo opulento, con seguridad, que no confía en Dios sino en el Estado de bienestar. Es la secularización con esteroides. Y la obispesa luterana de Estocolmo, lesbiana casada con una clériga, desfilando en cada fiesta de Orgullo Gay.
Una Iglesia profética, que no se avergüenza
La Iglesia católica no existe para ofrecer más de lo mismo, sino una alternativa profética. Lo llaman a la televisión sueca para representar la postura católica sobre temas, a veces con contertulios hostiles o groseros: él siempre se muestra cordial, sereno, tranquilo y firme. Así ha ganado respeto en el país.
Arborelius cumplió 75 años y presentó su renuncia a Francisco, con planes de volver a su convento carmelita, a rezar y estar tranquilo. Y ahora oye rumores de que le presentan como papable. Precisamente porque manejando su pequeña iglesia ha aprendido las habilidades útiles para manejar la iglesia universal.
Entre sus fans estaba el mismo Papa Francisco. El argentino lo decía a directores de revistas jesuitas europeas en un encuentro en Roma en 2022: "Quisiera destacar […] a un hombre que es un modelo de guía: el cardenal Anders Arborelius. No le teme a nada. Habla con todos y no se opone a nadie. Siempre busca lo positivo. Creo que una persona como él puede indicar el camino correcto a seguir". Les unía, entre otras cosas, la admiración por Teresita de Lisieux, a quien Francisco dedicó un documento.
Arborelius fue consagrado obispo de Estocolmo por San Juan Pablo II en diciembre de 1998, convirtiéndose en el primer obispo católico de origen sueco desde el siglo XVI. De 2005 a 2015, fue presidente de la Conferencia Episcopal de Escandinavia, y luego vicepresidente en 2015. Ha colaborado en la Curia Romana 7 años en el Pontificio Consejo para la Familia. Como cardenal, era miembro de varios dicasterios vaticanos, entre ellos los del Clero, los Obispos, las Iglesias Orientales, la Promoción de la Unidad Cristiana y el Consejo para la Economía.
No sólo políglota, sino lingüista
Arborelius no sólo es políglota, sino lingüista: eso siempre ayuda a un Papa. Tiene una Maestría en Lenguas Modernas y habla con fluidez inglés, español, francés, alemán y neerlandés. En 2017, el cardenal elogió la decisión del Papa Francisco de otorgar a las conferencias episcopales locales más autoridad sobre las traducciones de los textos litúrgicos: los países "conocen los idiomas que se utilizan", afirmó.

El cardenal Arborelius, junto con el obispo noruego Erik Varden y el arzobispo ucraniano Shevchuk, rezan ante la tumba del cardenal Husar en Kiev en 2023
Tiene además una Licenciatura en Espiritualidad por el Teresianum (la universidad pontificia carmelita) y ha escrito bastantes libros de espiritualidad y figuras de santos.
Su lema episcopal (In Laudem Gloriae, Para alabanza de la gloria), dijo, «expresa todo lo que soy: glorificar al Dios Trino», que el hombre, al «honrar y glorificar a Dios», se vuelve más libre y feliz. "Uno de mis mayores deseos es ayudar a la gente a descubrir esto", declaró. Para ello, una y otra vez ha tratado de impulsar la vida contemplativa de la que proviene.
Ni clero casado ni diaconisas
En un país donde los luteranos presumen de obispesas lesbianas y matrimonios gays, Arborelius ha hablado con claridad a favor del celibato sacerdotal, contra la ordenación de diaconisas, la redefinición del matrimonio, etc...
También ha hablado sobre políticos y aborto. "Muy pocos católicos se involucran en política porque todos los partidos políticos están a favor del aborto y no lo defenderán", escribió. "Existe la tentación de permanecer en una especie de gueto. Pero ser una minoría profética es, en realidad, una vocación que hay que abrazar". Es líder de una minoría y pedirá a los cristianos que, sin avergonzarse, den testimonio.
Sobre las situaciones de convivencia irregular, como pastor de una iglesia de inmigrantes entiende que hay todo tipo de casos extraños. Por ejemplo, conversos que se casaron antes de convertirse al catolicismo y desean obtener información clara sobre sus primeras uniones no católicas. O refugiados de Asia que concertaron matrimonios en sus países de origen. ¿Qué vale una promesa de matrimonio concertado entre familias católicas devotas? "Con tantos casos y problemas distintos es muy difícil dar normas generales”, declaró.
Firme frente al caótico Camino Sinodal alemán
Afable y tranquilo, pero no huidizo. Fue un firmante clave de una carta abierta contra el caótico Camino Sinodal Alemán, escrita por los obispos nórdicos, difundida antes de la "corrección fraternal" más amplia de los cardenales Pell, Burke, Napier y Arinze. La carta abierta de los obispos católicos nórdicos expresó su alarma por la dirección del "Camino Sinodal" alemán y advirtió contra la "capitulación ante el Zeitgeist" y el "empobrecimiento del contenido de nuestra fe".
Más recientemente ha colaborado en la carta de obispos nórdicos sobre la sexualidad humana, en colaboración con otras iglesias minoritarias y conservadoras de Escandinavia (ortodoxos y evangélicos, frente al luteranismo liberal oficial).
Muchos cardenales buscan a alguien que haya demostrado capacidad de gobernar, de profecía y de espiritualidad, y que no tenga ninguna gana de carrerismo ni de tocar poder. Arborelius sería una de sus opciones.
Un papa, a la vez, europeo y de las periferias. De joven protestante a Papa: sería una carrera única.