Carlos Pérez Laporta, uno de los nuestros
No estamos preparados para recibir amor, para aceptarlo, mucho menos para agradecerlo. Mira lo que le hicimos a Dios.

Somos herederos de una mancha de la que no podemos librarnos, y en el mar de la vida estamos solos en la generosidad y la gratitud.
Carlos Pérez Laporta ha publicado Nacidos para vivir. Es un libro sobre el sentido moral de la existencia. Es un libro filosófico, católico, cercano, pero de la cercanía que conforta al que se equivoca y no de la que justifica el error. No es un manual de autoayuda, pero ayuda a entender lo que pasa y lo que nos pasa, y a cada edad, los capítulos se leen de una manera distinta, y te interpelan según tu etapa vital y tu madurez. Es un libro total, que lo explica todo y que te explica a ti en las distintas fases de tu vida. No hace falta leerlo seguido, se puede abrir por cualquier página. Aunque seguramente la editorial quiere venderlo entre los jóvenes, también es un libro postrero que ayuda a hacer balance cuando muchos años han pasado ya por ti.
El libro se parece a su autor, Carlos Pérez Laporta, doctor en Teología y en Derecho. Es una persona culta. Es una persona ilustrada. Es una persona sabia. Es una de esas personas, y hay muy pocas, por la que merece la pena volver a planteárselo todo después de escucharlo. Éste no es un libro escrito desde la doctrina ni desde el dogma. Es un libro escrito desde la vida, desde el amor y el dolor, desde el aprendizaje, habiendo pagado el precio de hacer lo que está bien en lugar de lo que es fácil. Es un libro escrito desde el mismo plano moral que las personas que van a leerlo. No pretende partir de una superioridad que de todos modos no existe. No pretende volver del más allá para explicar cómo son las cosas en realidad sino compartir la tiniebla y tratar de ver por dónde se sale.

Carlos Pérez Laporta ('Nacidos para vivir') es profesor universitario de Antropología, Filosofía del Derecho e Historia de las Ideas Políticas.
Vivir es una vocación y aunque podemos pasar de puntillas por ella, tarde o temprano lo fuerte, lo categórico nos acorrala y no siempre podemos entenderlo sin que alguien nos lo explique mejor. Carlos Pérez ha dedicado su vida a explicar mejor las cosas, aunque no todos han llegado a entenderlo. Hay un precio que se paga cada vez que intentas acercarte a la luz. No se pagan precios entre las sombras. La luz es lo salvaje, lo oneroso. La mentira es barata. La verdad es de un precio impagable. Se paga el precio cuando ayudas, cuando sufres con quien sufre, cuando pones tu mano en la herida. Los que pasan de todo no pagan nada. Y este libro es la explicación no sólo de que la generosidad queda desmentida cuando esperas algo a cambio, sino de que ayudar al otro es lo que más hiere, y que de ahí es de donde sales más ensangrentado. Las traiciones, las soledades. Y no es tan extraño si lo piensas bien: estamos preparados para recibir ataques y para repelerlos. Pero no estamos tan preparados para recibir amor, para aceptarlo, mucho menos para agradecerlo. Mira lo que le hicimos a Dios. Y se lo volvemos a hacer en cada uno que, muy de vez en cuando, llega a nuestras vidas y nos recuerda a Él.
Este libro se ocupa de muchos temas en sus distintos capítulos, pero por debajo hay un hilo que los cose y es el de que la generosidad y la gratitud son las dos grandes virtudes, pero que siempre estamos solos. Estamos solos en nuestra imperfección y por eso lo primero que hace Carlos Pérez es reconocer la suya. Una de las mayores virtudes de este libro es que no intenta predicar con el ejemplo, esa trampa que tantas sociedades y culturas se han puesto. Creemos en las buenas acciones y tratamos de llevarlas a cabo. Pero no predicamos con el ejemplo porque no somos ejemplo de nada. Somos seres caídos, somos seres dolientes, somos seres que no podemos abstraemos de la mancha fundamental que nos da sentido. Pero por supuesto aprendemos, o lo intentamos, por supuesto, tenemos deseo de un mundo mejor, y lo más importante: tenemos esperanza, esperanza en que el Dios a cuya semejanza estamos hechos va a atender siempre nuestras plegarias. Este libro no está escrito desde la pretensión de que su autor es infalible sino desde la seguridad de que Dios no se cansa nunca de perdonarnos, y que somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón.
Cada vez que le pedimos a alguien que viva en un plano moral superior al nuestro, le estamos pidiendo que nos decepcione. Da igual si es periodista, empresario, cura, médico, juez o maestro de escuela. Todos venimos de nuestra debilidad y de nuestra incapacidad para ser perfectos. Perfecto sólo hay uno y es eterno. Los demás estamos sujetos a nuestra ceguera, por lo menos parcial, y a una vida cuyo último sentido desconocemos por completo. Nacidos para vivir no es un libro de elecciones prácticas para que no te equivoques. Es el libro de una persona que te muestra su fragilidad y que te propone que uses la tuya para arriesgarte, equivocarte, herirte, desesperarte mientras tratas de poner acentos de luz en lo que crees y de hacer lo que está bien para ti y para los demás.
Es un libro católico y no protestante, porque se basa en la libertad y no en la felicidad. No es un libro anglosajón que te dé consejos para que seas feliz, sino un libro católico que te explica cómo usar la libertad para hacer lo que creas que tienes que hacer aunque sea el precio de acabar muy mal. Nuestro símbolo es una Cruz, no es una sauna. Esto a veces lo olvidamos. Carlos Pérez, no.
Vivimos al límite, vivimos sin saber exactamente por qué, ni hasta cuándo, ni con qué propósito. Hemos elegido creer en unas cosas, pero no estamos absolutamente ciertos de que sean las verdaderas. Está bien. Es lo que nos fue encomendado y es lo que hacemos. Pero a pesar de las dificultades y del pesar que una vida así comporta, gastamos muchas horas en el cuidado de nuestro cuerpo y muy pocas en el cuidado de nuestro corazón y nuestro cerebro. Hacemos más de lo que pensamos. Musculamos más las piernas que el alma, y aunque pueda parecer una frase bastante patética, más triste es la realidad que esconde. Nacidos para vivir se mete entre nosotros y nuestras decisiones y nuestros actos, como un filtro, como un cristal que distribuye de otra manera los rayos de luz, y estos rayos nos alumbran lo que permanecía oscuro a nuestra sensibilidad y a nuestra inteligencia. Carlos es uno de los nuestros. Este libro no va a solucionar tu vida, pero va a cuidar de ella. Y de ti.
- Publicado en ABC.