Al sacar ahora las HAM, y unas cifras pesimistas, chafaron el Jubileo de nuestros jóvenes
Jóvenes católicos españoles en el Jubileo de la Juventud en Roma el 1 de agosto de 2025
¡Cuerpo a tierra, que disparan los nuestros cuando no toca!
La prensa española, y la internacional, no suele hablar bien de la Iglesia. Pero en verano hay menos actualidad rabiosa, hay becarios en las redacciones (yo empecé así mi carrera de periodista) y todo es más informal. Se buscan noticias simpáticas y la Iglesia proponía al mundo algo muy atractivo y visual: dos semanas de músicos, influencers y jóvenes católicos sonrientes.
Televisiones, periódicos y digitales debían llenarse de imágenes alegres de fe durante dos semanas. Y además con un Papa nuevo, aún vigoroso, simpático, que habla español. Su primer gran contacto con jóvenes del mundo.
En cambio, en España, la prensa (la católica y la anticatólica) lleva dos semanas llenándose de lo contrario: cifras diciendo que la Iglesia va fatal, tomadas de un ensayo que ha difundido la Universidad San Pablo CEU, e historias horripilantes (poco concretas, pero lo indefinido asusta más) sobre lo malo que es ser joven en una congregación, con el caso de las HAM intervenidas por el arzobispado de Madrid.
Ya de paso, algunos periodistas aprovechan los mismos artículos para criticar mil cosas más: los retiros de Emaús, Effetá, cualquier cosa "emocional", etc... ¡Bum, bum, fuego! Cuidado, españoles que se "emocionan" con la fe. ¡Peligro!
Tener vocación (y emoción) ahora es dudoso y sospechoso
El lunes 28, el arzobispado de Madrid intervenía a las HAM, y su superiora se enteraba al mismo tiempo que la prensa. El martes 29, el cardenal Cobo hablaba en Roma a mil influencers católicos, jóvenes en su mayoría, para que llevaran a las redes la alegría del evangelio. Pero lo que las redes iban a llevar esta semana era el miedo a tener vocación religiosa. O el miedo a ser joven y estar emocionado con la fe. ¿Y si todo es una secta y una manipulación? ¿Y si no lo es, pero me quitan del sitio donde pensaba que me llamaba Dios?
El domingo pasado teníamos los Premios de Música Católica en Roma, con artistas de todo el mundo, que se entregaron el 27 de julio. ¡Gran ocasión de difundir el Evangelio con música moderna, estilos variados, belleza y videoclips! En los países hispanoamericanos se alegraron con sus premiados, la prensa de cada país allí se hizo eco. En España, la prensa estaba con estos otros temas feos.
Después teníamos el Jubileo de los Influencers, con 1.000 comunicadores modernos, ágiles, creativos, de nuevo de todo el mundo, reunidos en Roma dispuestos a contagiar su fe. Las HAM podrían haber estado ahí, sus Diosidencias son simpáticas y espirituales y muy viralizables. Ahora, ser joven y sonreír hablando de Dios pasa a ser sospechoso.
Luego teníamos el Jubileo de los Jóvenes. Ojos brillantes, un poco alocados, muy alborotadores a ratos, meditativos otros, preguntándose cómo encarar su vida, su vocación, cómo servir a Dios. Tor Vergata acoge más de medio millón, quizá un millón. Muchos adultos recuerdan la multitud del año 2000 en el mismo lugar con Juan Pablo II: allí se forjaron noviazgos, vocaciones, apostolados...
Los jóvenes querían mostrar algo... y les taparon
Mi hijo de 17 años está allí, con un grupo de Guías y Scouts de Europa. Hay 23.000 jóvenes españoles de infinidad de parroquias y movimientos. Y muchos jóvenes hispanoamericanos, llegados tras un viaje largo y con esfuerzo. Cuando un periodista les pregunta todos dicen: "Queremos mostrar la alegría del Evangelio, que se puede ser joven, alegre y cristiano". Saben que sus amigos, colegas, la gente que les rodea, dudan de que eso sea posible.
Los enemigos de la Iglesia, incluyendo lo que llamamos el mundo, el demonio y la carne, quieren insistir en que esas tres cosas -joven, cristiano y alegre- son incompatibles.
Es normal que los enemigos de la Iglesia intenten tapar toda esta alegría. Ya lo vimos hace dos años en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa y escribimos sobre ello. Había cientos de miles de jóvenes alegres rezando y confesándose en pleno verano y la prensa española no publicaba casi nada, excepto algunas notas sobre cánticos franquistas en un tren.
Tuvo que venir Dios a curar milagrosamente a una chica española de 16 años llamada Jimena que contó su testimonio en redes y televisiones para romper el bloqueo de la prensa mundana y que una historia bonita de interés humano llegara al espectador español.
El desastre del fuego amigo
De acuerdo: ya sabemos que la prensa más anticatólica esconderá las noticias positivas de la Iglesia.
Lo que no es normal es el fuego amigo, que un estudio de una universidad católica y un arzobispado torpedeen lo que debía ser una semana de prensa positiva.
Como periodista especializado en Religión, en realidad tengo bastante buena opinión del cardenal Cobo en tanto que comunicador. Considero que es cercano, desinhibido y suele salir al encuentro de los medios. Es triste pero en muchos años de periodista de Religión he visto que ¡entre los obispos es una actitud poco común! También pienso bien de la capacidad de comunicación del sociólogo Joaquín Leguina y el demógrafo Alejandro Macarrón, del Observatorio Demográfico CEU-CEFAS: saben llamar la atención sobre problemas incómodos de la sociedad española y advierten de ellos con valentía, desde hace años. En ReL publicamos varios de sus análisis sociales (en nuestra sección Natalidad, por ejemplo).
Por eso me asombra y extraña el desastroso timing, el momento inoportuno: el de Cobo con el caso de las HAM y el de Leguina y Macarrón desde su instituto del CEU con su informe sobre las malas cifras de la Iglesia española y mundial.
No voy a entrar en la forma en que el Arzobispado de Madrid ha intervenido a las HAM; una asociación con 130 mujeres jóvenes que quieren seguir al Señor. He leído que el mismo Cobo aprobó sus estatutos en 2024, y hace años hubo ya una primera aprobación del cardenal Rouco. Sobre los aspectos extraños de este caso ha escrito aquí el veterano periodista Jesús García, que conoce de cerca a las HAM y escribió un libro sobre vocaciones de religiosas jóvenes ("¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?)". Este artículo de Jesús García es lo más leído en ReL desde la elección del Papa León. También se han pronunciado laicos cercanos a las HAM (ver aquí).
Yo me centro en criticar el momento y el escándalo. Los que tenemos hijos adultos jóvenes emocionándose con la fe y la fraternidad cristianas en Roma nos encontramos estos días con digitales y televisiones repitiendo que la vida religiosa es sospechosa, que si ves un joven cristiano sonriente probablemente es víctima de una estafa.
Nuestros jóvenes sufren presiones anti-cristianas
A veces los adultos maduritos no nos damos cuenta de que los jóvenes cristianos no sólo reciben presiones negativas de sus coetáneos sin fe o antirreligiosos, sino también de adultos. Lo explicaba Nicola Camporiondo, influencer católico italiano de 20 años: "Yo, que hablo de fe en redes sociales, recibo críticas a diario. Si eres católico, chico o chica, la gente suele tener muchos prejuicios sobre ti. Quienes te juzgan suelen ser adultos: te dicen que eres joven y que vivas la vida al máximo".
¿Eres joven y estás pensando en serio cómo ordenar tu vida para ser feliz sirviendo a Dios? ¡Olvídate de eso, "eres joven, vive al máximo"! (Porque, les dicen, servir a Dios, es decir, amar a Dios y al prójimo, no sería vivir). En 2009 una asociación atea en Londres lanzó unos autobuses publicitarios con ese mismo lema: "Dios probablemente no exista, deja de preocuparte y disfruta de tu vida". (Era reacción al éxito de Cursos Alpha, que sacó autobuses antes). Dios sería, según estos ateos, causa de preocupaciones y falta de "disfrute". Por eso, cuando nuestros jóvenes intentan mostrar que Dios y alegría van de la mano, muchas fuerzas tratan de ocultarlo.
La prensa habla mucho del caso HAM, del que apenas hay datos y del que la Iglesia -el arzobispado- solo ha ofrecido una nota no muy detallada. Como siempre, la falta de datos lleva al rumor. La forma de combatir el rumor es la transparencia y la comunicación... pero mejor en otro momento. Arzobispado de Madrid, ¡qué mal momento has elegido!
17 universidades católicas... y usamos las cifras falsas del socialista Tezanos
Algo similar podemos decir del estudio sobre cifras de la Iglesia que ha difundido el CEU, firmado por Leguina y Macarrón.
Hay que reconocer que de las 17 universidades católicas en España, las del CEU y la ACdP destacan por una intensa y valiente acción evangelizadora. Ahí están el Congreso de Católicos y Vida Pública, el Festival de la Fiesta de la Resurrección en Madrid, diversos congresos y concursos, campañas de publicidad, algunas reivindicaciones de políticas familiares... todo eso es loable, en ReL lo difundimos con gusto.
Pero a las 17 universidades católicas de España -¡17! ¿hay algún país que tenga más?- les deberíamos pedir cifras , estudios, análisis, datos, sobre la fe y sobre las virtudes cristianas. Y no hacen casi nada en esa línea.
La Universidad de Navarra, en un caso inusual, está investigando los efectos de la confesión (con la rica Fundación Templeton). Cuando lo publicamos en ReL, ¡lo leyó muchísima gente! A la gente le interesa cuando las universidades investigan sobre la vida cristiana, porque es la forma de mostrar que ¡la vida cristiana es buena! Lo que propone Cristo ¡es sabio! Ya lo intuimos, incluso mucho paganos lo intuyen, pero debemos exigir que lo midan las Ciencias Sociales.
Hace unos meses escribí un artículo quejándome de que las entidades de Iglesia, igual que la prensa anti-Iglesia, no dejan de repetir las cifras del CIS sobre religiosidad y valores de los españoles. Esas cifras las controla y manipula descaradamente el activista socialista José Félix Tezanos.
España
Por favor, dejemos de dar las cifras del CIS sobre religión: ¡son un timo absoluto!
Pablo J. Ginés
Es estúpido que el CEFAS-CEU, los católicos o cualquier entidad usen esas cifras, especialmente si son las cifras de tu enemigo.
Pero es más estúpido tener 17 universidades católicas y no tener nuestros propios sondeos científicos sobre religiosidad y valores.
Compararnos con los años 60 no ayuda a nada
Leguina y Macarrón, de los pocos que hacen sociología y demografía con cifras en este panorama, en este último estudio no aportan absolutamente nada nuevo. Usan las mismas cifras dudosas del CIS que la prensa anticlerical difunde con bombo y platillo tres veces al año. Y a la hora de comparar con el pasado, se van a otro planeta, a otra dimensión, ¡a comparar con los años 60! ¿Por qué no al siglo XVI?
Parece que su ensayo quisiera animar a la Iglesia hacer algo, no se sabe qué, que "funcionaba en los 60". Creo que es una comparación inútil, que no aporta ideas ni estrategia ni luz. A principios de los años 60 sólo el 4% de familias españolas tenía vehículo propio; hoy lo tienen 8 de cada 10 familias. Y lo usan para ir de excursión el domingo. En los 60, el 40% de los españoles vivía en el campo, hoy apenas es un 15% (y son jubilados). En los 60 había sólo uno o dos canales de televisión, controlados por un régimen político muy concreto. Y sólo había dos yogures: blanco con azúcar y blanco sin azúcar.
Hoy hay infinitos yogures y una oferta infinita de ocio y comunicación en Internet. No vivimos en un pueblo, nadie te mira mal por no ir a la misa del pueblo, de hecho nadie sabe a qué te dedicas ni como te llamas, a menos que lo difundas en redes.
En los 60, los niños crecían rodeados de tíos y con algunos hermanos. Hoy, si ves familias con tres hijos, puedes apostar a que son religiosas (aunque quizá musulmanas).
Esta publicación de Macarrón y Leguina no edifica, no da ideas útiles o aplicables, ni siquiera detecta cosas que hayan pasado en los últimos años (sobre eso recomiendo mi artículo: 50 cosas que han mejorado en la Iglesia en los últimos 15 años).
Munición nuestra para dispararnos a nosotros
Esta publicación del CEU sólo sirve como munición para que la prensa anticatólica repita datos dudosos, ya conocidos y ya publicados, precisamente en verano, chafando el esfuerzo de los jóvenes que en Roma quieren mostrar una fe joven y alegre . Los jóvenes con fe de 2025, que se enfrentan a mil retos duros, con acceso a porno, series y haters infinitos en su bolsillo, en su móvil, se ven saboteados porque les comparan con un planeta lejano y muy distinto llamado "la España de los 60", anterior a la Revolución sexual.
El arzobispado, igual que Leguina y Macarrón en el CEU, pueden hacer mucho bien a la iglesia y sin duda lo van a hacer, si reflexionan más sobre los tiempos y los modos.
Pero esta semana ellos han sido fuego amigo sobre nosotros y nuestros hijos.