Religión en Libertad
Dos de las religiosas, trabajando en el nuevo monasterio.

Dos de las religiosas, trabajando en el nuevo monasterio.

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Un día sí y otro también tenemos noticia del cierre de algún convento, de que las religiosas (de la orden X) que llevaban doscientos años en una ciudad o una diócesis la abandonan porque solo quedan un par de ancianas monjas que son reagrupadas en otro cenobio con otro grupo tampoco numeroso de hermanas de la misma orden. Incluso se está iniciando un proceso de convivencia de religiosos de órdenes distintas en un mismo recinto. En paralelo, pero con otra dinámica, van quedando en manos de seglares diversos colegios fundados por religiosos, porque entre estos no hay relevo generacional.

En medio de tal panorama una bocanada de aire fresco: las Hermanitas del Cordero abren un nuevo monasterio en Barcelona.

Precisamente en Barcelona, una magnífica ciudad pero cuyo nivel de espiritualidad actual se sitúa entre los puestos de cola de España. Y en un barrio, el Clot, con práctica religiosa particularmente baja. Aunque los cambios de población han sido muy grandes en casi un siglo, no está de más recordar que antes de la Guerra Civil de 1936-1939, la zona Clot-Poble Nou, un área obrera de residencia de miles de familias de trabajadores de las fábricas de entorno y de los vecinos barrios de La Verneda, Sagrera i Sant Andreu, era un feudo anarquista. Líderes incluidos. En la calle Espronceda vivía Joan García Oliver, en la de Sant Joan de Malta, Francisco Ascaso, y allí acudía y se escondía cuando era perseguido Buenaventura Durruti. Es decir, aparte de aspectos revolucionarios, un territorio profundamente anticlerical.

En la calle Rosendo Nobas número 37, junto al actual parque del Clot (en otro tiempo fue estación ferroviaria), nace el nuevo monasterio. Como afirman las religiosas, “esto es de Dios”, y las posibilidades son mucho mayores de las que ellas habían soñado. Hay mucho espacio.

En realidad se trata de un grupo de casas en ruinas alineadas en un corredor interior de una manzana, pero que podrán ir rehabilitando poco a poco para adaptarlas a las nuevas necesidades. Un donante anónimo las ha comprado todas y las ha cedido a la comunidad. Un acto de gran generosidad. 

Una imagen de las edificaciones donadas a las Hermanitas del Cordero.

Una imagen de las edificaciones donadas a las Hermanitas del Cordero.

Ahora necesitan muchos recursos, tanto espirituales como materiales. Ellas piden primero, oración, y también aportaciones, sean económicas, de determinados bienes materiales o participación personal en los trabajos de rehabilitación. Varios voluntarios ya colaboran con ellas, pero hacen falta más. Necesitan quienes puedan realizar trabajos de albañilería, fontanería, electricidad, jardinería, pintura, etc.

Los trabajos que están realizando las religiosas incluyen una rehabilitación completa del edificio y la construcción de una capilla.

Los trabajos que están realizando las religiosas incluyen una rehabilitación completa del edificio y la construcción de una capilla.

Entre lo primero que están haciendo, una pequeña capilla en la que tener el Santísimo, celebrar la Eucaristía y la Adoración. Lo primero para ser un foco de irradiación cristiana.

Bloqueo de anticatólicos

Llegar hasta aquí ha significado una larga marcha llena de obstáculos. Las Hermanitas del Cordero llegaron a Barcelona hace ya más de treinta años, y han estado viviendo con precariedad provisional en diversos lugares del distrito de Ciutat Vella, siempre a la espera de poder disponer de un espacio en el que ubicar su pequeño monasterio. Hace unos años parecía resuelto, precisamente en el barrio del Poble Nou, no muy lejos del actual, pero la hostilidad antirreligiosa de grupos de la zona lo impidió: se organizaron protestas porque “no querían monjas” en el barrio.

Las Hermanitas del Cordero son una rama de la espiritualidad dominica, del tronco de los predicadores. Se denominan también Misioneras de la Santa Faz y Mendicantes de la Santísima Trinidad. Viven de la Providencia, lo que les van dando. Una vida contemplativa entregada a la oración y al anuncio del Evangelio. Cuidan mucho la liturgia y dedican largos ratos a la oración. Su divisa es Heridas, no dejaremos jamás de amar.

Su centro es la oración, pero tienen también misión en la calle y acogen a pobres, celebran una vez al mes una cena con jóvenes tras las vísperas del domingo, y desarrollan la que denominan Escuela de la Palabra de profundización en el Evangelio.

Las Hermanitas del Cordero (existen también los Hermanitos, pero en este momento no están en Barcelona) nacieron en Francia en los años 80 del siglo pasado, teniendo su casa principal en Saint Pierre, en el Sur de Francia.

Han empezado su nueva andadura en Barcelona. Llegarse ahora al convento significa encontrarse a las religiosas y a algunos voluntarios rascando o pintando paredes, reparando algún mueble, limpiando, etc. Hacen falta muchos más.

El nuevo monasterio ya tiene nombre: Llum de l’Anyell [Luz del Cordero]. 

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