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Ante la inacción de los políticos, Rouco lanza un profético mensaje para solucionar la crisis

Cardenal Rouco Varela

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Luis del Real Espanyol/ReL

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El cardenal Rouco Varela ha lanzado en su última carta pastoral un auténtico programa de reflexión y soluciones ante "crisis de nuestra economía con unas consecuencias dolororísimas para muchas personas y familias".


Rouco señala que "se pierde el trabajo; se teme perderlo; se teme al futuro: ¿quién y cómo se garantizarán las prestaciones para el desempleo, la jubilación, la vejez, la enfermedad…? La inquietud es grande".


Ante este panorama de emergencia nacional y la evidente inacción de los políticos, Rouco, como portavoz cualificado de la Iglesia en España, propone unas soluciones proféticas.

Las causas de la crisis económica

El cardenal-arzobispo de Madrid se pregunta por las causas de la crisis: "¿Qué nos ha fallado? ¿En qué hemos fallado todos? Es indudable que se pueden señalar con acierto causas de orden técnico: de ciencia y praxis económica, sociológica, política y jurídica. Esas causas, sin embargo, no lo explican todo".


Una crisis no sólo económica

Rouco Varela subraya que esta crisis no sólo es económica: "Las más decisivas hay que buscarlas en el ámbito de las conciencias y en el uso de la libertad. Son de naturaleza ético-moral y espiritual y tienen que ver con el ejercicio auténtico, veraz e insobornable de la responsabilidad personal y colectiva".

Lo que necesita la sociedad

El cardenal Rouco señala lo que necesita la sociedad en este momento de crisis tan profunda: "Urge una conversión: conversión personal y conversión social y cultural; de algún modo, conversión política y jurídica. Conversión de las conciencias a la justicia y a la caridad".

Promover la justicia social

El prelado es contundente al reclamar un cambio de vida: "Hay que estar dispuestos, en la vida privada y en la pública, a volver no sólo a ´dar cada uno lo suyo´ -lo que le pertenece en términos de puro cálculo de intereses-, incluso a distribuir cargas y beneficios con una cierta y ponderada objetividad y a promover justicia social y solidaria- todo ello, imprescindible para asegurar un mínimum de moralidad en las relaciones económicas, sociales y políticas- sino que, además, hay que abrirse a una actitud guiada e impulsada por una virtud cualitativamente superior: la de la caridad".

Cambiar la conciencia

El Presidente de la Conferencia Espiscopal Española subraya que hay que superar los deberes señalados por Ley: "Hay que buscar aquellos bienes que no se pueden garantizar por ley: la justicia y la bondad de corazón, la rectitud de conciencia, la superación de los egoísmos personales y colectivos".


La clave es el amor

"Hay que dar a Dios lo que es de Dios - dice Rouco- para poder dar al hombre lo que se le debe: los bienes materiales que le pertenecen por justicia; pero, sobre todo, el amor, sin el cual a la postre tampoco se es capaz interiormente de guardar y cumplir imparcialmente las exigencias de la justicia".

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