En su visita al Vaticano, y además del encuentro con el Papa, el presidente bávaro visitó a su paisano Benedicto, lo que brindó la ocasión de apreciar su buen estado anímico y su no tan buena situación física. Markus Söder decretó recientemente que todos los edificios públicos bávaros luzcan un crucifijo, lo que suscitó el apoyo general de los bávaros como signo de su identidad, y el rechazo del cardenal Reinhard Marx. Pincha aquí para ver el asombro, indignación y contundente respuesta del nuncio en Austria ante el rechazo de algunos obispos a esa medida de las autoridades de Bavier
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