El catedrático de Periodismo sorprende con una obra sobre apologética y pensamiento
«Aquel que se salva, sabe», la receta de Galdón para librar la batalla espiritual, «que no cultural»

"La obra nace de un discernimiento realizado en mi oración, tras jubilarme", dice Gabriel Galdón
El prestigioso catedrático de Periodismo Gabriel Galdón, tras una fecunda carrera docente e investigadora, ya jubilado, aunque sigue siendo Profesor Emérito en la Universidad CEU San Pablo de Madrid, nos ha sorprendido recientemente con un libro de pensamiento y apologética titulado Aquel que se salva, sabe. Breve diccionario de palabras de Luz, (Tulibrería, 2023).
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En él parte de la idea de que la batalla de los católicos frente a las ideologías y poderes inhumanos y anticristianos que se están enseñoreando sobre el mundo no debe ser meramente una "batalla cultural", sino que, fundamentalmente, es una batalla espiritual, ya profetizada en las Sagradas Escrituras y que se da en el corazón y la mente de cada persona.
- Después de tantos años ejerciendo como docente y con cerca de un centenar de libros y artículos científicos publicados ¿Qué le ha animado a escribir este ensayo?
-Pues, como explico en la introducción, nace de un discernimiento realizado en mi oración, tras jubilarme. Le pregunté al Señor acerca de qué quería de mí en esta nueva situación. Y el Señor me hizo ver que, ante la situación de barbarie, apostasía, confusión y oscuridad reinante en el mundo y en la propia Iglesia, era necesario recordar, desde la fe, la razón y el corazón, algunas verdades perennes, olvidadas, tergiversadas o silenciadas, y los criterios operativos que de ellas se deducen, con el fin de ayudar a que todos los católicos reflexionemos sobre cómo actuar coherentemente con esa Luz Divina que se nos ha dado gratis y que se ha opacado o borrado en tantas inteligencias y corazones.
»Y, tras muchas dudas sobre cómo hacerlo y varios intentos que no me convencieron, al final salió este breve diccionario con treinta y tres síntesis significativas sobre "palabras de Luz", ordenadas alfabéticamente. Desde la voz Abbá, que nos sirve para reflexionar sobre nuestra condición de hijos de Dios, hasta Virgen María, que nos ayuda a llenarnos de esperanza ante el triunfo final de Inmaculado Corazón de Nuestra Señora, y de sus hijos fieles con Ella.
»Y, entre esas dos, palabras como Agradecimiento, Amor, Biblia, Cultura, Dignidad, España, Fe, Humildad, Natalidad, Oración…, pretenden que razonemos sobre los medios, las virtudes, los conocimientos y las actitudes sabias que necesitamos para participar en esa batalla espiritual que tenemos que dar y que nos conducirá, a la postre, a la Vida Eterna.
- Treinta y tres palabras ¿no son pocas para tanta oscuridad? ¿Por qué ha elegido estas treinta y tres palabras?
-Efectivamente, son muy pocas. De hecho, en el borrador de índice que hice antes del proceso de escritura anoté sesenta. Pero me parecieron muchas y que, por mucho que sintetizara, iba a salir un libro muy extenso. Opté pues, por elegir las treinta y tres que me parecieron más perentorias; y las más trascendentes y necesarias hacerlas "transversales".

"Aquel que se salva, sabe. Breve diccionario de palabras de Luz", (Tulibrería)
»Por poner un solo ejemplo, la palabra Verdad aparece continua y profusamente en voces como Amor, Coherencia, Cultura, Fe, Justicia, Libertad y otras, y es el fundamento de la voz Ética. También metí la alegría en Abbá, la defensa de la vida humana y el servicio en Dignidad… Pero con todo, quedan palabras importantes por recordar que, si Dios quiere, escribiré en un próximo volumen.
-¿Este libro aporta algo a una persona que vive una experiencia de fe madura o está pensado más bien para jóvenes o aquellos que están alejados de Dios? ¿Podría decirse que este es un libro para todos los públicos?
-En mi ensoñación y petición utópica a Dios, está pensado para que lo lean todos los católicos que tengan uso de razón y sepan leer. Es decir, por un lado, no es un libro para convencer a ateos, agnósticos o "progres descreídos", sino para que los católicos, desde el Presidente de la Conferencia Episcopal hasta el último bautizado en la reciente Vigilia Pascual, reflexionemos sobre nuestra responsabilidad en estos momentos decisivos de la historia de la humanidad y, más concretamente, de la situación de la Iglesia y de España.
»Honradamente creo que a todos les puede servir. A unos unas palabras y a otros otras, para unas cosas u otras, según la situación espiritual, cultural, psicológica y vital de cada persona. De hecho, así me lo están demostrando las personas que lo han leído. Además de tener fe, reconozco que hace falta una cierta formación cultural y doctrinal previa, amén de la buena voluntad y el deseo de verdad y bien.
-Me ha llamado la atención el magnífico elenco de autores y textos que cita. Denota sin duda un profundo trabajo de estudio. ¿Encontraremos en este libro el fruto de la experiencia docente y personal del profesor Galdón?
-Ha dado con la clave en su magnífica pregunta. En efecto, este libro es fruto del esfuerzo de toda una vida cuyo lema - partiendo de la fe y del horizonte de la salvación propia y ajena- ha sido saber para servir. Es decir, por buscar la verdad que es bueno vivir y comunicar a los demás. Y eso se hace a través de la lectura reflexiva, llevada a la oración, de la Biblia y de los mejores libros sobre las Verdades eternas y las verdades humanas, desde la teología, la filosofía, la historia, la literatura… Uniendo la fe, la razón y el corazón.
»Gracias a mi padre, que me enseñó a leer y escribir cuando yo tenía cinco años; a que casi nunca he dejado la lectura; a que he buscado siempre el consejo de personas prudentes para leer lo mejor… Todos esos libros que me han ayudado tanto están presentes de algún modo en este texto. Tanto en las citas de los que me han dejado más poso sapiencial y vital, como a modo de consejo de su lectura.
»Así, en la voz Cultura, además de una serie de consideraciones sobre su naturaleza verdadera, recomiendo la lista de mis tesoros favoritos. Y en las demás palabras de Luz voy sugiriendo los mejores libros para que cada lector pueda verificar y ampliar lo que su afán por profundizar en algún aspecto le dicte. Por otro lado, la experiencia docente me ha ayudado a saber explicar con sencillez y claridad lo que para muchos es complicado y oscuro.
-Imagino que, tras unos meses en las estanterías de las librerías los lectores le habrán dicho algo. ¿Nos puede contar qué críticas ha recibido el libro?
-Este libro necesita que unos se lo comuniquen a otros. Como sucedió con los primeros cristianos. Entiendo que si el libro gusta es porque hace bien a quien lo lee y el bien es algo que se comunica, que se muestra, que se quiere compartir. Tuvimos la primera presentación hace un par de meses en la Parroquia de San Gabriel y tuve la ocasión de volver a ponerme delante de más de cien personas a las que presenté el libro como si de una de mis clases de la Universidad se tratara.
»Fue un momento muy especial y debo dar muchas gracias a Dios porque lo que me han comunicado es que les ha servido muchísimo; que no solo les ha gustado sino que les ha entusiasmado; que por fin han entendido determinadas cosas que no comprendían; que es un libro de referencia que hay que tenerlo cerca y leerlo de vez en cuando; que lo debería leer todo el mundo; que debería ser un libro de texto para la catequesis de adultos y para la formación de los seminaristas… En fin, y otras expresiones que me da cierto pudor referir. Así que, gracias a Dios, parece que lo que Le pedí, salvo que lo lea mucha gente, ya me lo ha concedido.
-Si tuviera que recomendar este libro a tres personas conocidas… ¿Quiénes serían? Digamos a alguien del mundo político, del mundo empresarial y del mundo de la comunicación, por ejemplo.
-Pues lamento decirle que me es imposible contestarle a esa pregunta, pues solo Dios sabe qué político con influencia, si hay alguno que leyera este libro, podría convertirse con la ayuda de Su Gracia y comenzar a luchar por la protección de la familia, por el derecho a la Vida, por la Justicia y la Libertad; o qué director de un medio de comunicación influyente, si hay alguno que aún lea algo que no sea política, se podría decidir a defender con valentía la verdad que es bueno comunicar, con la jerarquía adecuada, por muy políticamente incorrecto que fuera…
»Como ve, soy muy escéptico respecto a los que ostentan y detentan la fama y el poder en los diversos ámbitos. Pero confío en Dios y en que hay muchísimas personas deseosas de verdad y bien a los que este libro, si lo leyeran, les ayudaría muchísimo, como ya ha pasado con los que lo han leído ya.