Las Siervas de los Corazones Traspasados llegan a España: abren una comunidad cada dos años

En 35 años, las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María han abierto 19 comunidades, la última en Santander (España), por invitación del obispo Arturo Pablo Ros. Así, esta dinámica comunidad llega a España.

En la fiesta de María Reina, en la catedral de Santander (dedicada a la Asunción) firmaron el convenio con la diócesis cántabra, en presencia de todos los canónigos de la catedral. El obispo destacó el carisma mariano de las Siervas. La comunidad constará de tres hermanas, María Andrea, Catalina Verónica y Andrea María, que servirán en la catedral.

Estuvo presente Madre Adela Galindo, natural de León (Nicaragua), fundadora y superior de la comunidad, en los días previos a la canonización de San Carlo Acutis, a la que acudió con algunas hermanas. Ellas trabajan con jóvenes en distintas ciudades y promueven la figura de Carlo Acutis, santo que murió con 15 años. Madre Adela participan, por ejemplo, en la película Kit de Santidad, actualmente en los cines en varios países.

Las Siervas de los Corazones Traspasados es en la actualidad un instituto religioso diocesano de la diócesis de Miami, Florida. Dio sus primeros pasos en 1986 y fue aprobada en 1990 por la diócesis. Impulsada por Madre Adela, se define como una comunidad "eucarística, mariana, carismática y fiel al Magisterio de la Iglesia". "Su carisma espiritual es contemplar, conocer, amar, consolar, imitar, reparar y servir a los Corazones de Jesús y María y su carisma apostólico es utilizar todos los medios de evangelización para promover la sólida devoción, espiritualidad y reinado de los Dos Corazones en los corazones de todos los hombres, y las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia", declaran sus principios. 

Muchas personas de fe las conocieron pronto en Internet porque abrieron una de las primeras webs católicas de la Red, Corazones.org, en marzo de 1999, con contenidos doctrinales.

Una familia devota, con cercanía de la Virgen

Madre Adela ha contado en entrevistas que nació en una familia muy católica. "Por algunas dificultades que tuve al nacer, mi madre comenzó a rezar el santo rosario diariamente por mí". Así, desde bebé se considera ligada especialmente a la Virgen. Estudió en un colegio católico muy mariano, de Pureza de María, y de su infancia recuerda su devoción mariana. "Mi padre era muy devoto de Nuestra Señora de Guadalupe y mi madre era muy devota del Santísimo Sacramento y del rezo del santo rosario. Tuve la gracia de recibir de los dos una sólida formación en la fe y la moral", detalla.

A los doce años, meditando en el colegio sobre la Anunciación y el "hágase" de la Virgen María, quiso amar así a Dios. "Sentí un gran deseo de conocer a Dios de una manera personal". En esa época de su adolescencia, estando enferma, "llegó el movimiento de la Renovación Carismática a Nicaragua. Quería asistir al primer Seminario de Vida en el Espíritu. Le pedí a nuestra Señora que me ayudara a recuperarme para poder asistir. Sé que mi recuperación fue por la intercesión de la Virgen María. Fue Ella quien me llevó al Espíritu Santo y al fruto de su unión con El: Jesucristo. Desde ese momento, me involucré en el liderazgo de la Renovación Carismática".

Pasó un tiempo aún muy joven con una comunidad carismática en Nueva York "para recibir formación y luego regresar a Nicaragua para continuar en el apostolado. En esos días surgió la guerra en mi país, y mi familia decidió mudarse para Miami". "La Renovación Carismática apenas había comenzado en Miami, y yo no tenía ni un grupo de oración, ni amistades en el Señor. Fue un desierto para mí y sufrí mucho". Se sintió apoyada por la Virgen, pero ese "desierto" duró de los 18 a los 21 años. Hoy es capaz de empatizar con muchos adolescentes y jóvenes migrantes, o solos, o desconcertados, por su experiencia.

A los 21 años, en 1983, conoció a un sacerdote recién ordenado, Jordi Rivero, que había sentido el llamado al sacerdocio siendo un joven estudiante, cuando un sacerdote oró por él imponiéndole las manos y sintió a la vez el amor de Dios y la vocación. El Padre Rivero estaba poniendo en marcha el grupo carismático de la parroquia. Adela se comprometió como responsable del grupo y de la música y alabanza. "Era un grupo de poderosa oración, abierto al Espíritu Santo y consagrado a nuestra Madre, la Virgen María", explicó madre Adela.

"Creo que la Renovación Carismática debe ser muy mariana y que el movimiento mariano tiene que ser muy carismático, en otras palabras, muy abierto al poder transformador del Espíritu Santo. No podemos separar el Espíritu de la Novia. Los dos juntos dicen a cada uno de nuestros corazones: ¡Ven!", insiste.

En 1984, el padre Jordi y otros hermanos oraron por Adela. "Sentí un agudo dolor que traspasaba mi corazón. Era como si mi corazón se hubiera roto en dos. De repente, me dijo el Padre Jordi: 'Tuve la visión de un pelícano. El pelícano tenía su corazón traspasado, y pequeños pelícanos tomaban de la sangre que salía de su herida'. El Padre me explicó, que en la Iglesia, ésta ha sido una imagen que se ha usado para representar el Corazón traspasado de Jesús. En ese momento, comprendí que Jesús ha abierto la llaga de su Corazón para que todos tengamos vida y bebamos de su sangre y agua. Desde ese momento, dondequiera que iba encontraba una imagen del pelícano".

Más adelante, en 1984, en un santuario de la Virgen de Schoenstatt en República Dominicana, dice, "escuché en mi corazón que nuestra Madre me decía: 'quiero que hagas una alianza de amor conmigo'". Hablando con religiosas de Schoenstatt, entendió que "yo tenía que recibir el Corazón traspasado de María para entonces recibir el Corazón traspasado de Jesús". Dio el paso de entregarse así a la Virgen. "Tuve una convicción de que Dios me estaba llamando a consagrarme totalmente a Él. Experimenté paz, pero era una paz que llevaba en sí dolor. Era como una espada que traspasaba mi corazón, sin embargo, al mismo tiempo que me daba dolor, me daba también gozo".

Con distintos indicios, Dios la fue llamando a una mayor consagración, acompañada en su discernimiento por el P. Rivero. Hizo unos votos privados en 1985 y fue reflexionando sobre la espiritualidad de la comunidad y estilo de vida que se le inspiraba. Tres chicas jóvenes que se habían comprometido a partir del grupo carismático le dijeron que se sentían llamadas a la vida consagrada y que el Señor les ponía en el corazón que debían seguir a Adela. "Me di cuenta de que Dios estaba planeando algo que iba mucho más allá de lo que yo me había imaginado; y unos meses más tarde comenzamos a vivir en comunidad". Tras tres años de oración y discernimiento, nacieron las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.

Desde el principio les acompañó el obispo auxiliar de pastoral hispana de Miami, Florida. Además de eucarísticas, marianas, carismáticas y fieles al Magisterio, proclaman un especial amor por la enseñanza de Juan Pablo II. Como Juan Pablo II, también a ellas les gusta hablar del "genio femenino" al servicio de la Iglesia.

En Estados Unidos han abierto comunidades en Phoenix, Kansas City, Austin, Birmingham, Rapid City, Jacksonville, Orlando y Miami. En Sudamérica, sólo en Asunción (Paraguay). En Europa, sólo tenían comunidad en Roma y en Gliwice, Polonia; su comunidad en Cantabria es su tercera comunidad europea.

Trabajando con jóvenes

A menudo trabajan con jóvenes, bien en el mundo de la inmigración o de la pastoral universitaria. Así, en ReligionEnLibertad ya contamos en 2022 su llegada a la Universidad del Gran Cañón, Arizona (EE.UU), en 2021. En 18 meses colaboraron para que la asistencia a misa dominical en la universidad se triplicase y para que hubiera conversiones entre los jóvenes. 

"Vestidas en todo momento con su hábito es fácil reconocer a las monjas jugando al fútbol, al frisbee o incluso haciendo atletismo junto a otros estudiantes. Pero también verlas rezando el Rosario en grupo o directamente anunciando el Evangelio. Son monjas bastante en buena forma que también se llevan a los jóvenes a caminatas por la montaña o a retiros espirituales. Y los frutos son ya evidentes".

Los estudiantes, incluso los de origen protestante, explican que ellas les causan admiración y curiosidad. Ven monjas jóvenes con hábito, siempre alegres, cercanas, deportistas... Ellas acuden a los eventos deportivos. También rezan el Rosario en público.

En Arizona no organizaban fiestas ni espectáculos para atraer a gente, pero sí noches de estudio bíblico, misa, oración, alguna comida al aire libre y alguna excursión a la montaña. Y suscitan las grandes preguntas: ¿para qué es la vida, sólo para trabajar de nueve a cinco? Son alegres, pero cuando muere algún estudiante joven, un drama sin respuesta, ellas pueden ofrecer el consuelo de Jesús y de María, y de sus corazones, que traspasados, saben lo que es el dolor.