Finalizan días de fe y fervor, multitudes y un tremendo calor
Multitud en El Rocío: la Virgen procesionó sin problemas, León XIV envió un mensaje

El obispo de Huelva con los romeros en la Misa de Pentecostés del Rocío de 2025
Desde las 02.46 de la madrugada (momento del llamado "Salto de la reja") hasta las 14.19 de la tarde de este Lunes de Pentecostés, la Virgen del Rocío, patrona de Almonte, recorrió esta aldea repleta por muchos miles de devotos de las 127 hermandades filiales.
La Blanca Paloma, la imagen de la Virgen, procesionó con normalidad entre las multitudes durante casi diez horas, en un recorrido cien metros más largo que el año pasado (en la plaza de Doñana) pero que se recorrió en menos tiempo. Retornó a su santuario entre campanadas y pétalos de flores. La romería de Pentecostés finalizó con el rezo de una salve.
Como de costumbre, los capellanes de las hermandades a hombros de sus hermanos rezaban la salve a la Virgen, y muchos devotos intentaban acercar a los niños en "vuelos" (pasando por los brazos en alto de los fieles) hasta la imagen.
La Misa rodeada de los simpecados
Decenas de miles de personas participaron en la misa del Domingo de Pentecostés, con el repique de campanas a las diez de la mañana, oficiada por el obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra. El lugar era distinto a otros años: en vez de celebrarse en el Real del Rocío, la ceremonia tuvo lugar en el Paseo Marismeño. Como novedad, se elevó un efímero adornado con los simpecados (los estandartes) de unas 150 hermandades, de las que 127 eran hermandades filiales llegadas de toda España y de otros países.

Misa de Pentoecostés del Rocío de 2025, con unos 150 simpecados (estandartes) de las hermandades filiales
Los devotos afrontaron con entereza un calor terrible, por encima de los 40 grados, con sombreros, agua y abanicos, conociendo el aviso naranja por altas temperaturas.
Con la marisma de fondo, el coro de la Hermandad del Rocío de Málaga, acompañó la liturgia. Entre los asistentes, estaba el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que llegó el sábado a la aldea.
Un mensaje del Papa León XIV
El obispo Gómez Sierra anunció una sorpresa: un mensaje escrito del nuevo Papa, León XIV. El Pontífice saludó a los peregrinos que acudían ante la "bienaventurada Virgen del Rocío", se unía "espiritualmente" a la celebración y pedía a Dios que "derrame con abundancia los dones del Espíritu Santo sobre cuantos participan en esta tradicional peregrinación de fe y devoción". Animaba a los fieles a "dejarse transformar por la acción del Espíritu, para que cada uno sea testigo valiente del Evangelio, sembrador de reconciliación y servidor alegre de los más necesitados".
Por su parte, la homilía del obispo Gómez Sierra, con muchas menciones a textos de Juan Pablo II, avisó de que "la cercanía y presencia de Dios en el hombre y en el mundo, siempre encuentra resistencia y oposición en nuestra realidad humana”.

Romeros en la misa del Rocío de Pentecostés de 2025
Los males por resistirse al Espíritu Santo
Así, "la resistencia al Espíritu Santo se convierte en rebelión en el terreno moral, porque cada persona puede vivir según la carne". Citando a San Pablo, avisó de la lucha en el corazón de cada persona, "la que o bien se abre a la acción del Espíritu Santo, o la resiste, oponiéndose a su don salvífico".
Enumeró males que se oponen al Espíritu Santo: "las guerras, con la consiguiente carrera armamentista de nuevo reactivada; persistencia de la indigencia y el hambre en extensas regiones del planeta; indiferencia ante los derechos de migrantes y refugiados; corrupción en la vida pública; conflictos irresolubles; desprecio de la vida desde el seno materno hasta sus últimos momentos, propiciado cada vez más por iniciativas legislativas; y tantas otras causas de sufrimiento y muerte que se podrían seguir agregando".
Por el contrario, dijo, Dios actúa en muchos otros signos: "esfuerzos y sacrificios, a veces, heroicos en la búsqueda de la verdad, la paz, la justicia, la libertad y la solidaridad entre las personas y los pueblos; el amor total, fiel y fecundo en tantos matrimonios, que se irradia en las familias entre padres, hijos y abuelos; la preocupación y el cuidado de los enfermos, los débiles, los niños, los migrantes, los ancianos, los exiliados, los refugiados, los pobres, los presos".